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- 02/03/2010 01:00
N o es la primera ni la última vez que los padres se mostrarán en desacuerdo con las amistades que escogen sus hijos. Ya sea por su forma de vestir, por las fachas o sencillamente por actitud. La pugna entre los amigos y los padres comienza temprano, tal vez desde que los niños inician su vida social en el jardín de infantes, pero ¿deben los padres en ese momento o más adelante inmiscuirse en la escogencia de los amigos?
“Los padres tiene la responsabilidad de establecer los límites que puedan conducir a sus hijos a mejores comportamientos éticos y morales, es su obligación, de no hacerlo se hacen responsables ante la sociedad y la ley como causantes por omisión de guiar a sus hijos en el buen sendero”, establece la psicóloga Lesbia González. Una decisión de los padres basada en el amor y la preocupación por sus hijos es la mejor manera de demostrar que hacen lo correcto en la crianza de sus hijos.
Pero esto, no necesariamente significa que los padres deben escoger las amistades de sus hijos, más bien, guiarlos para que ellos hagan por sí mismos buenas elecciones.
“El proceso de hacer amistades implica descubrir que existen otras personas a nuestro alrededor y que de alguna manera u otra influyen en nosotros por lo que tener especial cuidado en escoger a esas personas es importante”, detalla la psicóloga. Esta tarea empezará desde muy temprano así es que es esencial que los hijos desde pequeños tengan un buen ejemplo que les permita tener confianza en algunas ideas que tenga la familia con relación a la escogencia de los amigos.
No hay una reglamentación establecida ni puntos claros a la hora de escoger amistades. Este proceso se da de forma natural, meramente por simpatía. Sin embargo, si los chicos consideran algunos de estos puntos, su elección será mucho más acertada.
• Deberán seleccionar amigos que los impulsen a ser mejores personas, no que los hundan en la mediocridad, en el conformismo, en la depresión, en la envidia, en las drogas o en el alcoholismo.
• Amigos que puedan llevar a su casa tranquilamente y presentarselos a sus padres.
• Transparentes, que no tengan ni oculten vicios, nobles y sinceros, con valores morales, que no corrompan, que no destruyan, que se superen día con día.
Amigos inadecuados pueden hacer que niños o adolescentes sean mal influenciados y se metan en problemas, esto sin mencionar que pueden ser abusados por otras personas. Con respecto a estas situaciones, “es importante conocer, reforzar y apoyar la autoestima de nuestro hijos, mientras más capacidad tengan ellos de amarse y respetarse a sí mismos, les será más fácil alejarse de malas compañías o de poder enfrentarse a situaciones en donde quieran hostigarlo, minimizarlo, ridiculizarlo o amenazarlo”, dice González. Un niño con alta autoestima siempre acudirá a sus padres o mayores por ayuda, no se enfrentara solo a la situación para demostrar valentía o por temor al que dirán, él sabrá que está protegiéndose y ayudándose a sí mismo si no se enfrentan con hostiles, “peleones” que sí tienen baja autoestima y probablemente sin padres que los guíen o los amen.
Claro está que esta labor debe iniciarse desde la infancia, puesto que un niño que es amado, que confía en sus padres, que es apoyado por ellos en sus ideales y decisiones acompañándolo y entendiéndolo, siempre tendrá enormes ventajas para ser exitoso y difundirá esa felicidad en su medio siendo uno menos que entre en bandas juveniles, que se aleje de la escuela o que afecte la sociedad en que vive.