Del calor tropical al frío invierno europeo

Desde hace varias semanas me encuentro entrenando y compitiendo por España, la cual se encuentra como gran parte de Europa bajo los rigo...

Desde hace varias semanas me encuentro entrenando y compitiendo por España, la cual se encuentra como gran parte de Europa bajo los rigores de un invierno especialmente intenso, con temperaturas muy bajas, fuertes vientos, lluvia y nieve.

Aunque viví muchos años en España antes de establecerme en Panamá, parece que mi cuerpo ya se acostumbró a las bondades del trópico, a la ropa de manga corta y a tener por toda preocupación el sufrir una pérdida excesiva de líquido por la combinación de alta temperatura y grado de humedad.

Al igual que en mi caso, otros panameños que también viajan al exterior por negocios, turismo o competencias, deben sufrir esta dura aclimatación a correr con temperaturas mas bajas. Si la disminución de grados no es excesiva deberíamos encontrarnos mejor físicamente e incluso ser capaces de rebajar nuestras marcas personales al ser el entorno más propicio.

Pero si enfrentamos ambientes realmente fríos, nuestro cuerpo puede sufrir consecuencias desagradables si no estamos preparados. Aunque la sensación de frío es subjetiva, creo mi experiencia puede ser de utilidad para otros runners que estén en un caso similar.

POR CAPAS, COMO LA CEBOLLA

Tanto si se trata de un entrenamiento como de una competición, nos vestiremos como ‘una cebolla’, por capas. La primera prenda será una camiseta térmica o de algodón, incorporando después otras dependiendo de la temperatura y la existencia o no de lluvia, prefiriendo tejidos transpirables.

No es recomendable usar materiales sintéticos como el nylon directamente sobre nuestro cuerpo, porque nos harán sudar en exceso. Una solución que me gusta mucho es competir con uniforme corto pero acompañado por manguitos de brazos y perneras o calcetines técnicos largos. Para culminar nuestra equipación, unos guantes y visera o gorro, evitarán la perdida de calor por manos y cabeza.

EL SOL, NUESTRO MEJOR AMIGO

En lo posible acomodaremos nuestros entrenamientos a las horas del mediodía, aprovechando la posible presencia de los rayos del sol. En la tarde-noche la temperatura se irá haciendo mucho mas fría y desagradable.

Elegiremos rutas resguardadas y protegidas del viento, ya que con su presencia la sensación térmica puede bajar fácilmente 5 ó 6 grados respecto a la temperatura ambiente.

Zonas urbanas con edificios, y parques con árboles son las mas recomendables. Hay que extremar las precauciones con el piso resbaloso a causa del agua, nieve o placas de hielo, sobre todo en escaleras y bordillos.

MANTENER LA TEMPERATURA

Tras un calentamiento adecuado, y si se trata de una competencia, hay que tener en cuenta que pudiera pasar un tiempo largo de espera hasta que se de la salida. Es preferible protegernos resguardados del viento, pudiendo usar hasta los momentos previos a la partida una bolsa plástica con agujeros para cabeza y brazos a modo de cortavientos o ropa desechable.

Durante la prueba intentaremos en lo posible correr en grupo con otros competidores, porque así estaremos mas protegidos del viento y otros fenómenos atmosféricos. Una vez terminado el entrenamiento o competición, hay que buscar rápidamente protección en un lugar cerrado bajo techo para estirar, remover la ropa húmeda, y sustituirla por ropa seca hasta que podamos darnos una ducha caliente.

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