La importancia de la innovación

Venimos escuchando mucho sobre el tema de la necesidad de innovar, y tendemos a pensar que esos temas no tienen nada que ver con nosotro...

Venimos escuchando mucho sobre el tema de la necesidad de innovar, y tendemos a pensar que esos temas no tienen nada que ver con nosotros, que son asuntos, más bien, que competen a científicos.

¿De dónde nace la innovación? Normalmente, de la necesidad de solucionar un problema y la falta de recursos o la aparente imposibilidad de hacerlo.

Esto implica atreverse a cosas nuevas. C uando lo normal no funciona, llega el momento de la innovación.

¿Podemos ser innovadores? Claro que podemos, no importa qué tipo de trabajo realizamos, en la cotidianidad siempre hay cabida para la reinvención.

Muchas de las grandes empresas de hoy, por ejemplo, nacieron del deseo de un grupo de personas que quisieron crear una solución innovadora a un problema viejo. Existían muchas empresas de transporte cuando UPS reinventó el proceso, existían muchos cafés en el mundo cuando Starbucks creó su concepto, parecía que el smartphone tenía nombre y apellido cuando Apple creó el iPhone... los ejemplos son innumerables.

¿Cómo activar la ‘glándula innovadora’? Siempre recomiendo en mis talleres que se necesita buscar problemas. Sin problemas nadie innovaría. Cuando la gente se siente cómoda, es raro que piense en cambiar algo. Existen muchas técnicas para apoyar este proceso, pero la base de todas es lograr que las personas vean las cosas de una forma distinta; un par de ojos frescos logran maravillas.

Si de equipos se trata, se debe crear un protocolo para tener una comunicación homogénea. Es difícil crear inteligencia colectiva si los integrantes de un grupo no logran comunicarse primero.

Una vez que los procesos anteriores han comenzado a funcionar, es importante perder el miedo a probar cosas nuevas. El miedo al ridículo o la ‘auto censura’, son la principal causa de fracaso de la mayoría de innovadores en el mundo. Si uno prueba algo y no funciona... por lo menos ya sabe qué no debe volver a hacer. La mejor forma de no fracasar en nada... es no hacer nada.

Por otro lado, imaginar es un proceso castigado por nuestros sistemas educativos, más afectos a memorizar que a crear.

La creatividad es vista como algo superfluo y de hippies. Muchas veces, algunos centros educativos suprimen las materias relacionadas con la música, la pintura y el arte en general, sin darse cuenta que quien aprende a ser creativo, usa esa creatividad para su vida, no sólo para el arte.

La próxima vez que se enfrente a un problema, suelte la imaginación. Sin miedo... lo peor que puede pasar es que trate algo nuevo.

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