Micromachismo, la violencia normalizada contra la mujer

Actualizado
  • 25/11/2023 00:00
Creado
  • 25/11/2023 00:00
Este tipo de violencia es la base de otro tipo de agresiones a la mujer, sin embargo, puede pasar desapercibida al ser aceptada a nivel social
Tanto parejas como familiares, amigos e incluso otras mujeres pueden perpetuar el micromachismo.

La violencia contra la mujer es un problema social a gran escala que actualmente tiene como víctima a una de cada tres personas de este género.

Desde la discriminación en todos sus contextos, hasta la violencia verbal, económica, psicológica, sexual o física, forman parte del espectro que afecta a aproximadamente 736 millones de mujeres en el mundo, al menos una vez en su vida, de acuerdo con datos proporcionados por ONU Mujeres.

El micromachismo, término acuñado por el psicoterapeuta argentino Luis Bonino Méndez para referirse a las formas de violencia de género o misoginia que han sido normalizadas, también forma parte de las agresiones que infinidad de mujeres sufren a lo largo de su vida.

“El micromachismo es la base para otros tipos de violencia; a través de estas conductas el hombre suele convencer a la mujer que no tiene la razón, restándole poder de decisión, elevando su sentimiento de frustración e ineficacia, quedando a su merced, ya que la balanza del poder se inclina casi totalmente hacia él”, explica la psicóloga Yercia Rivera a La Estrella de Panamá.

Las mujeres que son víctimas del micromachismo, pueden tener una baja autopercepción y no reconocer su propio valor.

Esta experta también menciona que las conductas que engloban el micromachismo impactan directamente la salud mental de la mujer, lo que se hace evidente en su vida social, familiar, laboral e individual, así como cuando ejerce el rol de pareja y madre.

Al igual que otro tipo de agresiones, los principales perpetradores son los esposos o parejas actuales o anteriores de las mujeres, pero figuras masculinas que sean parte de la familia, de otro tipo de círculos sociales, e incluso otras mujeres pueden incidir en este tipo de comportamientos.

El micromachismo puede estar presente en acciones como sexualizar la vestimenta de una mujer, culpabilizar a las víctimas de acoso o abuso sexual de este tipo de violencia o incluso cosas tan sencillas como no repartir equitativamente el trabajo del hogar.

Frases y formas de pensar que también pueden caer en el micromachismo son aquellas que coercen las intenciones de las mujeres o críticas que buscan que las mujeres se sientan avergonzadas por no cumplir cierto rol o estereotipo de género. Cualquier forma de este fenómeno atenta contra la autonomía, la libertad y la capacidad de decisión de las mujeres.

Rivera explicó a este medio que a pesar de los avances que se han alcanzado en la sociedad en temas de derecho a la mujer para que esta desempeñe un rol mucho más activo en la vida pública, todavía existen los mismos patrones de pensamiento que limitan el desarrollo de las mismas de una manera más amplia.

“Todavía se percibe a la mujer con la obligación de formar pareja, no como complemento emocional, sino como un medio de que esta esté protegida. Y si forma pareja, entonces debe aceptar que sumado viene el ejercer el rol de madre”, señala la psicóloga.

Esto trae como consecuencia que todavía en las familias se eduque a las niñas para casarse y tener hijos. Esto deja muchas veces a las mujeres con un temor de expresar en voz alta el deseo de no formar familia ni tener hijos, que puede ser transitorio. Sin embargo, esta situación es aceptada y no criticada cuando la misma decisión proviene del género masculino.

El efecto colateral de la violencia

Pero el micromachismo puede ir mucho más allá. Según el estudio 'Desarrollo de una escala y estudio de los micromachismos en la población adulta y universitaria', publicado en 2021 por Ana Torralba-Borrego y Helena Garrido-Hernansaiz, el micromachismo es un fenómeno que se va haciendo más evidente en la adultez.

Las investigadoras encontraron que elementos como la edad y el género son fundamentales para la justificación del mismo, por lo tanto, es más común que este tipo de violencia sutil se encuentre más normalizada en personas adultas que en la población joven.

El micromachismo se encuentra normalizado en el ámbito tanto de la víctima como la del victimario. Al tener su origen en la sociedad no hay un balance, y las mujeres víctimas de estos comportamientos no tienen reconocimiento propio de su valor o su trabajo.

“El micromachismo sí puede estar relacionado con la baja autoestima. Recordemos que es un aprendizaje normalizado, interiorizado por repetición, lo que evita que exista reconocimiento consciente. Aunque la mujer se sienta emocionalmente afectada al tener baja estimación personal, se puede quedar en el círculo y no sabe cómo salir de este”, dice la psicóloga.

La enseñanza del micromachismo inicia desde el núcleo familiar, cuando la mujer cocina y le da la mejor presa al compañero porque es el que trabaja y sustenta la economía del hogar, cuando los negocios familiares son heredados por los varones porque las chicas nacieron para otros quehaceres; en el área laboral cuando el trabajo de la mujer no es reconocido y no se le da la oportunidad de escalar profesionalmente.

“El costo de normalizar estas conductas es que daña la relación hombre-mujer, convirtiéndola en un juego de poder donde la mujer es la adversaria a la se debe dominar, para garantizar obediencia. Esto crea resentimiento en la relación establecida, la cual incidirá directamente en el entorno circundante”, afirma Rivera.

Sin embargo, a través de la educación organizada desde el hogar hasta en la sociedad, de manera que permee en todos los ámbitos, puede empezar la solución a esta problemática que afecta a ambos géneros.

Educando tanto al hombre como a la mujer, a través de leyes con las cuales la mujer pueda con sustentación reclamar sus derechos, sentirse reconocida, protegida y no juzgada o minimizada, así como políticas públicas que busquen la equidad, respeto y visibilidad de la mujer, con la cual se originen espacios donde pueda validarse a sí misma.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones