Huecos, baches o alcantarillas sin tapa ponen en riesgo a los conductores que transitan por las deterioradas carreteras de Panamá, bajo lupa con una nueva...
- 01/03/2015 01:00
Íbamos con todo el ánimo y energía, dispuestos a realizar nuestro tercer ascenso al Volcán Barú, pero no sabíamos que el destino nos jugaría una mala pasada: debido al mal clima, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) nos negaría el acceso a la elevación más alta de Panamá.
Era imposible volver a la capital sin haber enlodado nuestras botas, así que optamos por un plan B: Boquete.
Al arribar al fresco distrito, tomamos una chiva que nos dejó en la entrada que conduce al sendero de la Cascada Escondida. Fue una caminata de aproximadamente una hora. Armamos nuestras tiendas de acampar y disfrutamos la vista de la hermosa caída de agua.
Al día siguiente decidimos hacer el Sendero Los Quetzales. A este camino se puede ingresar desde dos vías: Cerro Punta - Boquete, o Boquete - Cerro Punta. Después de pagar B/.3.00 en la garita de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), nos enfrascamos en una caminata que tomó horas, y que incluyó cantos de aves, empinadas, lomas, vistas magistrales, el cruce de un río, y la magnífica sensación de estar en auténtico contacto con la naturaleza.
Aunque no logramos avistar ningún quetzal, refrescamos nuestros pulmones con lo fresco del aire y nuestra vista con el relajante verde.
Al final, aunque no pudimos realizar nuestro objetivo principal de llegar a la cumbre del Volcán, por lo que procedimos a realizar el Plan B. Y fue perfecto. El visitante nunca se va decepcionado del corregimiento de Bajo Mono.