La mujer más deseada del planeta

COLOMBIA. A sus 56 años Sylvia Kristel luce como cualquier mujer de su edad. Se viste sin mayor complicación, como si estuviera lista ...

COLOMBIA. A sus 56 años Sylvia Kristel luce como cualquier mujer de su edad. Se viste sin mayor complicación, como si estuviera lista para ir al supermercado o a la panadería. Pareciera que la madurez por fin la hubiera liberado de ser Emmanuelle, esa provocadora veinteañera con cierto halo de ingenuidad que se convirtió en la mujer más deseada del planeta en la década de los 70.

La que apareció por primera vez sentada en una silla de mimbre con el torso desnudo adornado con un collar de perlas en los afiches de los teatros del mundo. Ahora ha vuelto a ser Sylvia, "podría ser mi tía, de no ser por el brillo de sus ojos y porque cuando sonríe descubre cierta perversidad que recuerda su personaje inmortal", cuenta el escritor colombiano Efraim Medina, quien la entrevistó en Ámsterdam para la revista SoHo y quien la convenció de visitar Colombia. Y lo hará el 31 de enero, como preámbulo del Carnaval de las artes y la cultura en Barranquilla, organizado por la Fundación La Cueva. Cuando se le pregunta por este país sólo se le vienen a la mente dos cosas. "Tuve una relación muy fuerte con la cocaína en el pasado. También soy una amante de las frutas.. será una pasión difícil de resistir", dijo a SEMANA con el desparpajo que la caracteriza.

Según Medina, infortunadamente ella, como muchos europeos, "sólo sabe de Colombia lo que lee fugazmente en los titulares de las noticias. Pero la idea es que cuando venga le cambie la perspectiva". Por el contrario, aquí toda una generación aún la recuerda como la diosa del amor porque su película fue una de las pioneras del cine erótico que se exhibieron comercialmente.

La cinta, que se estrenó en 1974 con el atrevido eslogan "el filme que no lo hará sentirse mal por sentirse bien", relata las aventuras sexuales de la joven esposa de un diplomático francés en Tailandia en su búsqueda del erotismo. "No puedo decir que fue brillante, pero apareció en el momento oportuno", ha afirmado la actriz holandesa.

Según ella, el hecho de que incluyera escenas lésbicas explícitas y hasta violaciones como sinónimo de placer no impidió que fuera la primera película de sexo en aparecer en cinemas 'normales', gracias a los cambios en las regulaciones de censura.

"Hasta entonces el sexo en el cine tenía cierto aire de sucio y por ende prohibido, para gente sórdida, pero Emmanuelle le dio estándar de arte, de algo respetable, y amplió su audiencia", recuerda Medina. Lo paradójico es que aunque durante seis meses la película fue prohibida en Francia, la cinta se convirtió en un éxito sin precedentes en ese país, donde duró más de 10 años en cartelera.

Sylvia reconoce que "no ha sido fácil ser Emmanuelle, porque un personaje de ese tipo termina encasillando a quien lo interpreta". Sin embargo, convertirse en ella fue en un principio la puerta a la liberación de una joven que había crecido en el seno de una familia conservadora con una estricta educación religiosa impartida en un convento. Su abuela, por ejemplo, detestaba cualquier atisbo de vanidad, y por eso solía cubrirle los espejos con periódicos. En su autobiografía cuenta que sus padres eran alcohólicos y que por eso ella a los 11 años veía como algo normal tomar coñac para poder conciliar el sueño. Ese vicio la acompañaría a lo largo de su vida.

También revela que fue abusada sexualmente de niña en el hotel de su papá y que eso le dificultó tener una buena relación con su cuerpo, al punto de que muchas de sus parejas le habrían reprochado su pasividad en la cama. Pero a pesar de eso, advierte que es buena amante. "Por supuesto que lo soy. Y creo que lo básico para serlo es tener mucha fantasía. Por desgracia no abundan los buenos", reiteró. ©PUBLICACIONES SEMANA

Lo Nuevo