Panamá, desde sus mejores obras visuales

Actualizado
  • 20/11/2016 01:00
Creado
  • 20/11/2016 01:00
Las piezas ganadoras del Premio Roberto Lewis nos muestran un país con interés en sus raíces, en la protesta y el uso de nuevas tecnologías

La fotógrafa Nedelka Campbell acaba de aterrizar en Panamá a las 5:30 p.m. Viene de Kenia, donde ha estado dos semanas congelando con el obturador de su cámara ciertos rincones y rostros del país africano. El calendario marca un 15 de noviembre y una hora y media después de que se baje del avión deberá estar sentada en una ceremonia en el Hotel El Panamá: esta noche, le entregan en la categoría de fotografía su segundo Premio Roberto Lewis 2016, el máximo galardón de las artes visuales en el país.

Dos meses antes de esta escena, ‘Nede' estaba armada con su cámara en la selva panameña que limita con Colombia. En la provincia de Darién, una mujer indígena con el pecho descubierto le explicaba la preocupación de su comunidad: se están perdiendo sus tradiciones y trabajan muy duro para que la nueva generación mantenga aquellos valores que se evaporan frente a sus ojos.

—Me explicaba sobre el collar y los aretes que tenía, que estaban hechos a mano, de plata y también sobre las figuras que tenía pintadas sobre el cuerpo —recuerda ahora la fotógrafa, en una entrevista con La Estrella de Panamá .

Durante la conversación en medio de la selva, Nedelka levantó su cámara y congeló para siempre la silueta de aquella mujer indígena, cuyo rostro será un misterio para la eternidad: el techo desenfocado de un bohío le tapa la cara.

‘Huellas de mi herencia' es el título de aquella instantánea, que le valió a la fotógrafa el primer lugar del Premio Roberto Lewis 2016. Una obra que captura de forma sublime el sentir de un pueblo originario, a través de un personaje con acento anónimo.

El aire espontáneo de sus retratos —atributo claramente identificable en la obra ganadora— es un sello que ella forjó desde su inicio en este arte, hace seis años.

—Empecé tomando fotografías en el Festival de Diablos y Congos en Portobelo, Colón. Me gusta la espontaneidad porque agarras a las personas despreocupadas, no están en pose y están más relajadas, puedes capturar su esencia —dilucida Campbell, quien ganó en 2013 su primer Roberto Lewis con la fotografía ‘Explosión de alegría'.

Una semana después de su memorable encuentro en Darién, tomó un curso de fotografía de moda, otro concepto que la mueve. Aunque, por ahora, planea una exhibición de las instantáneas que trajo consigo de Kenia.

UNA ESCULTURA SIN PRECEDENTES

En la fotografía hay una técnica conocida como ‘doble exposición': un juego con la sensibilidad de la cámara ante la luz, para convertir dos imágenes en una sola. Es común pensar que se trata de un efecto visual exclusivo de la fotografía o quizás de la cinematografía, pero este año el arquitecto panameño Juan Casis logró transponer ese concepto a una escultura.

—Utilicé una lámina de acrílico cortada a láser —detalla el ganador del primer puesto en la categoría escultura del Roberto Lewis 2016—. Espero no equivocarme, pero hasta donde sé es algo bastante novedoso. La lámina acrílica, como es transparente, me permitía hacer posible el efecto de superponer dos imágenes distintas en un solo plano —comenta Casis a este diario vía telefónica, justo antes de entrar a una entrevista radial.

Pero, ¿qué imágenes se superponen en la escultura-doble-exposición de Casis? Al arquitecto no le gusta obligar a la gente a pensar algo sobre sus creaciones, pero el título de la pieza es más que sugerente.

‘Nostalgia', la bautizó el joven arquitecto. El busto de un hombre y el de una mujer se están dando la espalda , pero la superposición permite que el hombre esté dentro de la mujer, y viceversa: una reflexión sobre el anhelo, sobre la pertenencia tras la ausencia.

La técnica del acrílico surgió como un experimento. La mayor parte del día, Casis utiliza programas de modelado tridimensional, una técnica con la que prepara maquetas para futuras casas o edificios de Panamá. Este mismo programa lo usó para crear su pieza ganadora. De hecho, en 2013, quedó en tercer puesto en la categoría de escultura del Roberto Lewis con esta misma técnica, por la obra ‘Sirena suspendida'.

La escultura es algo reciente para él, todavía se reconoce estudiándola. Pero sí está familiarizado con la pintura y la cerámica, gracias a sus padres.

—Mi primer recuerdo con el arte creo que sería una exposición de 1987 de mi padre, Iván Casis Mitil, es arquitecto, pintor y ceramista. Yo estaba pequeño y lo recuerdo tomando fotografías en el Casco Antiguo para las pinturas que le hacía a las cerámicas, y que todavía

10 VERSIÓN

El concurso lleva el nombre del destacado pintor y escultor istmeño, Roberto Lewis.

86 OBRAS

El total de piezas que participaron este año: 53 pinturas, 18 fotografías y 15 esculturas.

hace —rememora Casis hijo.

Para el joven arquitecto, el arte —como la técnica que utilizó en el Lewis de este año, y que representa una indiscutible innovación en el certamen— se le ha dado de forma natural, y considera que el premio no solo es un gran honor, sino una oportunidad para conocer a los nuevos talentos que desafían lo establecido.

LAS OTRAS PERSONAS LINDAS

La artista Elsy Acosta está a punto de tomar un avión para David, capital de la provincia de Chiriquí. Vino a la ciudad para recibir el primer premio en la categoría de pintura del Roberto Lewis 2016. Pero por el auricular del teléfono ya no se oye la emoción de quien acaba de recibir un galardón, sino la inquietud de quien revive una memoria transcendental cuando le preguntan cuándo empezó todo esto de la pintura.

—En la escuela —se apresura la artista—, la primera vez que me gané un concurso de pintura a nivel escolar, creo que fue a los 6 años, me regalaron una caja de lápices de colores, chuleta, eso fue para mí lo más emocionante —se sincera durante la entrevista.

Desde aquel momento hasta hoy, su pintura ha dividido y unido al país.

Lo primero pasó en 2009. Había concursado en el Premio Roberto Lewis pero no llegó al podio ni obtuvo una mención honorífica, en su lugar, se convirtió en objeto de críticas por una intransigente comunidad a favor del respeto a los símbolos patrios. La pintura de Elsy era el escudo panameño derramando sus colores hacia el piso, como si sangrara desde las entrañas, las estrellas también aparecen cayéndose, y el rostro de una calavera emergía de forma subliminal. Otros compartieron la imagen como un ejercicio de consciencia. Y esa es una palabra que define la obra de la artista.

—Me gusta pintar temas sociales —advierte—. El cuadro con el que gané este año, ‘Pasa la página', es una crítica social de lo que son los medios de comunicación, las redes en sí, lo perjudicial de sus artículos. Para dar una noticia no hay que ser tan gráfico o sensacionalista, porque los medios no los manejan solo los adultos, sino también los niños, ya sea escrito o audiovisual —añade, explicando su obra ganadora, de estilo figurativo y hecha en acrílico sobre lienzo.

Elsy unió al país cuando vistió a la Monalisa de Da Vinci con una pollera panameña, un traje congo y una vestimenta indígena guna.

—Lo hice para innovar —esclarece la artista—. Quise traer este icono del arte a las costumbres típicos. Ahora ya no lo son tanto, porque me están pidiendo vestidas con trajes chinos, alemanes, en fin, es un tipo de arte más comercial —dilucida, mientras va camino al aeropuerto.

Desde hace tres la representa Carlos Weil y pinta de unas 8 a 11 horas al día en casa, dependiendo de la inspiración, dice. Lo más difícil de su oficio de artista plástica no tiene que ver con la producción con las obras, sino más bien con el público, y lo dice hablando de David. A diferencia de la capital, donde la gente aprecia su obra, es algo que no sucede en el interior del país, quizás —estima— por la diferencia de poder adquisitivo. No obstante, esto no la detiene en su discurso.

—Está bien mostrar lo bonito que es Panamá, pero es importante retratar a la gente de abajo, que también es bien linda —concluye.

Las obras ganadoras —incluidas segundo y tercer puesto, y menciones honoríficas— se podrá visitar desde hoy hasta el 29 de diciembre en la Galería Juan Manuel Cedeño, del Instituto Nacional de Cultura (INAC), ubicado en Las Bóvedas, Plaza de Francia. Más información en el teléfono 501-4034.

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