'Si un país no tiene educación, no tiene progreso'

Actualizado
  • 23/08/2023 00:00
Creado
  • 23/08/2023 00:00
Germán Zappani, gerente de Operaciones del BID, se refirió a los proyectos enfocados en educación que el banco desarrolla en el país. Un diálogo fluido con el gobierno es clave, asegura, para mejorar la educación, que a su vez generará desarrollo
Participantes del proyecto 'Campeonas solares'.

En un cubículo decorado con imágenes de vegetación y paneles solares, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) atiende a los estudiantes y demás visitantes de la FIL Panamá. El espacio es propicio para conversar sobre temas de educación. Allí nos encontramos con Germán Zappani, gerente de Operaciones del BID en Panamá.

“Este es un espacio de integración donde uno puede tener diferentes perspectivas: saber qué leer, saber de autores, de temas de actualidad, de historia... son espacios donde uno se lleva mucho, por eso el banco decide participar acá. Sobre todo con niños, que son el futuro”, dice.

El proyecto que llama la atención y por el que los chicos preguntan es “Campeonas solares”, en el que un grupo de mujeres de la comarca Ngäbe Buglé ha recibido entrenamiento para instalar y dar mantenimiento a una serie de paneles solares en lugares poco accesibles.

“Tenemos una cartera diversificada, y siempre buscamos las opciones que generan más impacto. Independientemente del valor económico, de si la inversión es grande o chica, consideramos que este es un proyecto lindo, con mucho impacto, muchos beneficios en cuanto a género, diversidad, transición energética, energías limpias, impacto inmediato, escalables, tiene muchas aristas”, asevera.

Mujeres ngäbe se han capacitado en su idioma.

“Es un ejemplo motivador, [muestra] lo que se está haciendo y lo que se puede hacer. Es como cuando uno abre un libro, se encuentra uno con una perspectiva de algo que va a aprender, y queremos que los chicos vean cómo hay otras formas de hacer energía, de que el cambio de matriz energética no es un problema del gobierno, es un problema de la sociedad. El gobierno debe liderar, pero la sociedad tiene que educarse, tiene que saber que el mundo no va a ser sostenible si no cambiamos nuestra forma de consumir, entre otras cosas, la energía. Este también es un tema de aprendizaje”, explica.

Además, el proyecto es un excelente ejemplo de los logros que se pueden alcanzar con un trabajo público-privado. Además del BID, participa la Secretaría de Energía y actores del sector privado. “A pesar de que es pequeño (el proyecto), tiene un tema de trabajo público-privado muy importante, porque cuando se trabaja en conjunto, de manera coordinada y con sinergia no solo se obtienen mejores resultados, sino que se evitan duplicaciones. Se es mucho más eficiente. Por eso, entre tantas opciones que teníamos, nos quedamos con este, programas que son pequeños pero con un impacto muy grande”, como lo es el que una comunidad apartada logre servicio eléctrico, lo que implica el acceso, entre muchas cosas, a la educación. La capacitación del primer grupo finalizó e inició la segunda etapa, que es de instalación de los paneles solares. Y son 35 mujeres que se van a capacitar en esta ocasión, capacitación que se está haciendo en su lengua”, resalta.

Y este no es el único proyecto que está ligado con la educación. “Nosotros nos alineamos con los objetivos del gobierno y la educación es uno de los pilares de este gobierno, así como para nosotros porque creemos que educación es futuro. Es difícil que un país se desarrolle sin la educación”, sostiene.

El BID maneja actualmente tres operaciones focalizadas exclusivamente en educación. “Tradicionalmente tenemos asistencias técnicas, pero en cuanto a operaciones de crédito, tenemos una de infraestructura de escuelas en zonas de muy difícil acceso ya finalizando, [estamos] viendo los últimos detalles. Pero además de infraestructuras, el proyecto abarca temas de gestión de las escuelas”, informa.

Germán Zappani

La segunda operación se sustenta en un préstamo de $100 millones a cinco años. De esta se ha cubierto aproximadamente la mitad.

“Esta operación es lo que llamamos 'soft'. Abarca temas de tecnología, capacitación de maestros, apoyamos los planes del gobierno y el programa de alfabetización, temas de evaluación, temas de empoderamiento de programas, temas de medición del 'performance' de algunas escuelas, es mucho más abarcador, mucho más completo que el primero que es específicamente de estructuras”, explica.

Y la tercera operación, que fue recién aprobada, es una donación de $15 millones muy relacionada con el proyecto anterior, pero enfocada en zonas receptoras de migración.

El préstamo proviene de un fondo para atender el tema migratorio. “Hace lo mismo, capacitación, fortalecimiento de la gestión, pero con un componente de sensibilización porque está focalizada en zonas que son receptoras de población migrante”, detalla.

La conversación se dio en el marco de la FIL Panamá.

El paquete se completa con asistencias técnicas, estudios, diagnósticos, donaciones pequeñas que se trabajan con el Meduca. “En nuestra cartera consideramos una prioridad: la educación. Por supuesto que las demandas son muy grandes, pero creo que estamos dejando buenos resultados”, asegura Zappani, a pesar de reconocer que el panorama es muy complejo. “Es un mundo difícil porque no es nada más hacer escuelas con ladrillos, hay que contemplar la digitalización, las nuevas tecnologías, los maestros, los directores, los funcionarios del Meduca. Todo tiene que acompañar esa estrategia de país que no es ajena a lo que está pasando en el mundo, es una prioridad”.

Además, los resultados no son evidentes de forma instantánea. Con respecto a la primera operación, que involucra la construcción de infraestructuras, “las escuelas aún no están habitadas, son escuelas con infraestructura adecuada para recibir a una población que tenía escuelas en condiciones precarias, y aunque no le resto importancia a la propia construcción, lo lindo del proyecto es que es en zonas de difícil acceso, en comarcas”, comparte.

Los edificios todavía no se ocupan. Se espera que estén listos para el inicio del próximo año lectivo. Esto facilitará la vida de los estudiantes que contarán con mejor acceso, tendrán un gimnasio y salones separados para media y premedia. Acompañan el proyecto algunos componentes de capacitación y empoderamiento de los maestros de la zona.

“Muchas veces, dependiendo del objetivo de estos programas, la medición del impacto toma tiempo y en el momento en que finaliza nuestro proyecto, viene el desafío de la sostenibilidad de lo que hacemos. Y en el sector educativo no es que sea más difícil, es que toma más tiempo”, insiste.

Es un desafío, no solo en el sector educativo, es en todos los sectores, establece Zappani. Todo lo que se financia debe tener un impacto medible en el menor tiempo posible, pues es la única forma de asegurar que los recursos, que siempre van a ser mucho más limitados que las necesidades, se estén utilizando de la mejor manera.

Inicialmente los proyectos se establecen a través de diálogos concienzudos. “Cada ministro, cada gobierno tiene sus ideas, tiene sus prioridades. El banco lo que hace es asesorar, pero al mismo tiempo tenemos nuestro cuerpo de especialistas técnicos en educación, que no solo traen conocimiento sino también experiencia internacional, sabemos qué ha funcionado bien y qué no y por qué”, remarca.

Ese conocimiento y experiencia de mejores prácticas resulta en proyectos mejor enfocados en cada país. “Cada país tiene su contexto, temas geográficos, hay temas de clima, de pertenencia cultural, no todos los países son iguales, pero esencialmente lo son”, señala. “Aprendemos de lo que no ha funcionado para poder sugerir, pero todo termina siendo una decisión soberana del gobierno. El banco asesora, trae sus especialistas, sus buenas prácticas, sus consejos, pero el gobierno tiene sus prioridades y el banco acompaña”, concreta.

Migración

“A diferencia de otros países de la región, en los países donde el banco trabaja, Panamá es receptor de migración. De Centroamérica es de los países de donde más salen, pero Panamá es un país que ha recibido mucha migración en los últimos años, y eso genera ciertas presiones a las escuelas”, comenta Zappani.

“El BID aprobó un fondo de migración para apoyar a los países, y dadas las características de este país que ha sido receptor de migración, aprobamos esta donación de $15 millones que ejecuta el Meduca. Y es que el tránsito de los migrantes no es regular. Quienes decidieron continuar un trayecto de repente quedan varados por algún tiempo, el mantenerse o no de tránsito es algo muy relativo. Es un gran desafío para Panamá que ha hecho un gran esfuerzo para atender a esta población”, detalla.

Las escuelas apoyadas serán 120, distribuidas en todo el país, alrededor de 55 en zonas de frontera y las demás están donde hay un mayor porcentaje de estudiantes en situación de migración.

“Estamos muy contentos de trabajar con el gobierno en estos temas, son muchos desafíos pero tenemos muy buena relación con el Meduca y nuestros programas están funcionando bien. Sí consideramos que hay que seguir trabajando, es algo continuo. El sector educativo tiene que ir acompañando el progreso. Si un país no tiene educación, no tiene progreso. Uno puede invertir en carreteras, en energía en infraestructura, pero si la gente no está educada, en algún momento el crecimiento se frena”, concluye.

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