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- 27/10/2010 02:00
Son muchas las personas en el mundo que, en algún momento de sus vidas, tienen que enfrentarse con la renovación o la decoración de su vivienda o negocio. Panamá no se escapa de esta realidad, pues la vida moderna le impone distintas necesidades en cuanto a la habitabilidad de los espacios.
El diseño de interiores es una profesión multifacética en la cual la creatividad y las soluciones técnicas se aplican dentro de una estructura para construir un ambiente interior estéticamente atractivo mejorando así la calidad de vida de los ocupantes. Debe ser un tema tan especializado como otras disciplinas. Es allí donde entra la importancia del diseñador de interiores, al que en la mayoría de los casos no se le da el reconocimiento que merece. Su opinión muy profesional, su creatividad y sus conocimientos determinarán el ambiente que usted está buscando. El diseñador tiene como materia prima de trabajo el manejo del espacio, el cual debe adaptar y modificar según las necesidades y medios que posea el cliente, buscando siempre la mejor solución espacial, funcional y tecnológica.
La reconocida diseñadora de interiores Rita García de Frochaux, con más de 15 años de experiencia en el campo, es fundadora de Eclectique Desing Group, Inc. en Florida, Estados Unidos, y recientemente se ha unido a Panama Properties & Desingn Corp. Como directora general de diseño de interiores, tiene como principal objetivo trabajar con sus selectos clientes para crear ambientes que reflejen sus necesidades, ya sea en espacios pequeños o proyectos comerciales medianos. Es además, fiel creyente de que la comunicación abierta es una herramienta principal para obtener resultados óptimos.
INICIACIÓN DE UN PROYECTO
Como en todo proceso creativo para la iniciación de un proyecto, García de Frochaux tiene varios aspectos importantes a implementar. Como punto de partida la elaboración de un concepto. Nos cuenta la especialista que esta es la etapa en que el diseñador o diseñadora hace uso de su capacidad de visualización para plasmar la idea general de un proyecto. Después de varias conversaciones con el cliente y visitas al sitio, el diseñador define el estilo general y el ambiente que se va a crear. Aquí es muy importante entender los gustos y necesidades del cliente para crear un ambiente funcional y armonioso que responda a sus necesidades. Por lo general, el concepto comienza a tomar forma después de varias conversaciones y muchas preguntas. Después de ponerlo por escrito, la diseñadora lo acompaña con dibujos esquemáticos y planos de planta mostrando la distribución del mobiliario. ‘Preparo tableros que ilustran colores, acabados de paredes, pisos, ejemplos de iluminación, etc. Esto me ayuda a comunicar mis ideas al cliente y proyectar el estilo y ambiente del que se ha venido conversando extensivamente’ asegura Rita García de Frochaux.
Explica la profesional que esta es una etapa fundamental donde se define la dirección estética que se va a seguir. La comunicación con el cliente debe ser abierta y franca para así lograr satisfacer sus aspiraciones y anhelos, tanto funcionales como estéticos. Una vez que el cliente aprueba las ideas, viene el siguiente paso, que es su implementación. El diseñador determina los elementos para realizar la obra; es decir, las especificaciones, incluyendo la selección de los materiales, acabado de paredes, y pisos. Seguidamente se encarga de localizar la mano de obra necesaria y supervisar el desarrollo de la obra.
PREPARACIÓN DEL PRESUPUESTO
Por otro lado, García de Frochaux inicia con una segunda fase procediendo a la preparación de presupuestos. Es nuevamente indispensable una comunicación franca y abierta entre el diseñador y su cliente para así determinar el presupuesto con que se cuenta para el proyecto. Con base en este conocimiento, podremos hacer sugerencias realistas.
Una vez establecido este presupuesto se programa su ejecución, que según lo acordado podría incluir su supervisión y ejecución.
Esto conlleva la selección, compra y colocación de mobiliario y accesorios. Cuenta la diseñadora que no hay que subestimar esta etapa ya que representa la culminación del proceso. Aquí el diseñador pone en práctica todo su talento y conocimiento para reforzar los principios de proporción, balance y ritmo que ha estado afinando desde la conceptualización en función del estilo personal del cliente. Este debe sentirse cómodo en su espacio residencial.
Al tratarse de un ambiente comercial, como sería el caso de un pequeño hotel, restaurante, almacén u oficina, el estilo debe proyectarse con mayor definición con base en los requisitos específicos de su mercado. ‘Este proceso llevado con inspiración, entusiasmo y transparencia, es el fundamento de una relación mutuamente beneficiosa para todas las partes. El diseño de interiores ha sido una de las actividades más satisfactorias de mi vida. En este proceso se forjan relaciones de amistad que duran para toda la vida’ concluye Rita García de Frochaux.