Una deuda que supera los $70 millones reclaman a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), los productores de arroz de la región...
- 08/09/2019 02:00
La palabra ropa proviene etimológicamente del gótico "raupa", que quiere decir ‘botín' y este vocablo deriva de la palabra germánica "raupjan", que significa pelar o arrancar.
Es decir, la ropa es aquello que los bárbaros te arrancaban cuando entraban a tu aldea, o a tu ciudad, a sangre y fuego y te pillaban corriendo por la calle, tratando de escapar; o pegaban una patada a la puerta, mataban a tu perro y antes de que pudieras suicidarte, te arrancaban lo que llevabas puesto. Y te lo arrancaban por tres razones fundamentales, la primera, para violarte; lo típico, la adrenalina del ataque, las semanas o meses de asedio, en fin, que las ropas eran un estorbo. La segunda razón obvia es porque, desde luego, un esclavo no necesita para nada ni sedas ni pieles. El último motivo de la arrancada de la ropa es porque les gustasen especialmente las prendas que llevabas puestas, y total, un muerto no necesita demasiadas galas para irse al otro mundo. Aunque yo hubiera aleccionado a mi hombre para que las arrancase antes de cortarle el cuello al dueño, que la sangre se quita muy malamente, y en aquel entonces no había limpiadores con oxígeno activo.
La cuestión es que el origen etimológico de la palabra ropa es bastante violento, y seguimos peleando alrededor de la ropa como si los bárbaros corrieran tras nosotros, (que corren, ¿eh?, correr, corren, pero no queremos verlo), pero dejemos el tema de los bárbaros en las puertas por ahora, que hoy quiero hablar de ropa.
Vivimos en un país bipolar, o esquizoide, elijan ustedes el término. Por una parte nos exigen montones de códigos de vestimenta y apariencia absurdos y totalmente fuera de edad. Que sí, que lo he puesto bien y a sabiendas: de edad, que los que aún defienden que las mujeres no puedan entrar a las instituciones públicas en pantalón corto, o con escote, o con los hombros descubiertos, no es que se hayan quedado en los años cincuenta del siglo pasado, no, es que se han quedado en la Edad Media.
Porque nadie puede creer que es coherente que no puedes sacarte la foto de la cédula con el pelo teñido de determinados colores, y solo de algunos, porque si eres fula y lo llevas teñido de negro no hay problema, o viceversa, si tu afro está teñido de amarillo dorado como espiga bajo el sol nadie te va a decir nada, pero si se te ocurre ir a sacarte la foto de la cédula con tu pelo pintado de rosa, te van a negar el derecho a tener identificación, pero a ver que si llevas una peluca con un color ‘normal' no te ponen problemas. ¡¿Pero nadie se da cuenta de que están siendo absolutamente gilipollas!?
Pero me estoy desviando, que de lo que quiero hablarles es de la ropa, que sí, que estoy de acuerdo en que la ropa es uso y costumbre y dista mucho de representar la honradez o la dignidad, y que los honorables tomen posesión vestiditos de blanco es ridículo y patético. Aunque es curioso que nos centremos tanto en algo que significa ‘rapiñar'…
Ahora bien, ¿alguien se da cuenta de la incoherencia que es defender a un mangajo que visita la presidencia en pantalón corto y haber criticado a voz en grito a un presidente que iba en camisa de golfista jubilado gringo? Que si nos parece estúpido fijarnos en las convenciones sociales debemos rechazarlas todas, y no solo aplaudir como focas las contravenciones de aquellos que nos caen bien, que cuando los bárbaros nos arrasen, no se fijarán en esas bobadas.
COLUMNISTA