Hijos preferidos pueden sufrir soledad

Regularmente no hacen vida social. Pueden comportarse como egoístas, narcisistas. Esta situación también afecta al hijo o hija que no recibe el trato especial

El hijo o hija que recibe una atención privilegiada o diferente al resto de sus hermanos, por parte del padre o la madre, tiene mayor posibilidad de no hacer ‘vida social y caer en depresión' al ser adulto, afirmó Vicente Martínez, doctor en psicología social y sociología.

Los padres lo niegan. Es una situación milenaria con una lista de secuelas. El hijo favorito. Según Jeffrey Kluger, autor de ‘The Sibling Effect: what the bonds among brothers and sisters reveal about us' (El efecto fraterno: lo que los vínculos entre hermanos y hermanas dicen de nosotros), un artículo publicado en la revista Time :‘El 95% de los padres tiene un hijo preferido, y el otro 5% miente'.

‘No nos engañemos, hay situaciones reales de preferencias en cada familia. Esto se da por diversas variables y afecta de manera diferente a los miembros del hogar', apuntó Mercedes Ruíz, psicóloga clínica y terapeuta familiar.

Profesionales (Ellen Libby, psiquiatra y autora del libro El hijo favorito ) afirman que los hijos o hijas preferidos ‘crecen experimentando la confianza de haberse ganado el favor paterno. Así no hay reto que se les resista'. O por el contrario, pueden crecer siendo personas inmaduras e inseguras.

A pesar de ser un fenómeno antiguo cada día se le agregan nuevas consecuencias tanto para el hijo preferido como para el que no recibe el trato especial.

SOLEDAD Y DEPRESIÓN

‘En los últimos años he conocido casos que los hijos o hijas preferidos cuando llegan a la edad adulta sufren de depresión y soledad, contrario a lo que regularmente estábamos acostumbrados a ver', señaló Martínez.

‘Acostumbrados a recibir atención del padre o la madre, o bien de ambos. A obtener todo con facilidad, cuando los padres le hacen falta, y deben enfrentarse al mundo, se sienten solos, no saben qué hacer', afirma el doctor en psicología social.

Martínez explica que regularmente estos hijos o hijas preferidos, no hacen vida social. ‘Sus padres les corren los novios o novias y como ellos están enfocados en la atención y mantener los privilegios, no se preocupan por esta área de su vida'.

‘Quien recibe una atención especial o privilegios en el núcleo familiar puede comportarse como egoísta narcisista; cree que todo se lo merece y cree que todo el mundo le tiene que rendir pleitesía', indicó la terapeuta familiar, Ruíz.

‘Esta situación afecta al resto de la familia creando una rivalidad y diferencia entre hermanos', agregó.

Si bien es cierto que el fenómeno del hijo privilegiado es una realidad en la mayoría de las familias, ‘también hay hijos e hijas susceptibles que están evaluando ‘si me quieren o no', hay percepciones y cosas que son ciertas', manifestó Ruíz.

EL NO PRIVILEGIADO

El principal efecto o secuela para el hijo o hija que no recibe la acción privilegiada es la ‘herida emocional'.

‘Cuando son niños o niñas y ven estas diferencias, no comprenden y se deprimen hasta el grado de causarles heridas emocionales que pueden generar un trauma', indicó la psicóloga Ruíz.

Aseveró que a su consultorio han llegado casos de adultos deprimidos que confiesan haber sufrido un trato desigual respecto a sus hermanos durante su crianza.

A pesar de esto, ‘si ellos logran encontrar apoyo en otra persona cuando son adultos, pueden ser personas libres de cualquier consecuencia', señaló Martínez.

RECOMENDACIONES

‘De que habrá afinidad por uno de los hijos o hijas, la habrá', apunta el sociólogo a la vez que aconseja a los padres evitar que esto se note.

‘Aunque no lo quieran admitir los padres siempre tendrán un preferido pero deben saber manejarlo', dijo.

Es importante que cada hijo o hija sepa que tiene responsabilidades y necesidades diferentes pues ‘son individuos diferentes unos más fuertes que otros'.

‘No se debe calificar y mucho menos comparar a los hijos e hijas para evitar rivalidades', puntualizó Martínez.

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‘El grado de afinidad y apego puede causar que los padres pierdan el norte y hacer ver que un hijo o hija es preferido'

VICENTE MARTÍNEZ,

SOCIÓLOGO

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