Julio, mes de la Virgen del Carmen

La isla de Taboga se llena de fe, música y color para celebrar a su patrona, la Virgen del Carmen, protectora de marinos y pescadores. Cada 16 de julio, los taboganos rinden homenaje con una procesión acuática, misa y festejos en su honor

El 16 de julio se celebra la fiesta de la Virgen del Carmen. En 1251, la imagen de la Virgen se la apareció a san Simón Stock, superior de la orden de Monte Carmelo. La devoción a la Virgen se extendió en Hispanoamérica desde el siglo XVI. Aunque esta festividad se celebra en la ciudad de Panamá, en Pocrí, Nata de los Caballeros y Santiago, en la isla de Taboga donde hay un fervor especial por ella, por ser patrona de marinos y pescadores, y es considerada la madre de todas las personas que habitan en la isla.

A 12 millas náuticas de la ciudad de Panamá, en Taboga, la festividad del 16 de julio mueve a los más fervientes taboganos, que preparan sus botes e invitan a familiares y amigos a unirse a la procesión acuática, ya que se saca a la Virgen al mar. Unos músicos traídos de la ciudad, a golpe de tambor y corneta, tocan las melodías religiosas para celebrar la fiesta.

Durante varios días, la isla y la iglesia de San Pedro de Taboga se visten de gala y preparan una serie de cultos religiosos y actividades para conmemorar la fiesta de la Virgen entre flores y música. Una semana antes se convoca a un rosario en honor a la Virgen, y el día 16 de julio, a las 5 de la madrugada, se reza el rosario, y seguidamente, a las 5:45, se le cantan unas Mañanitas.

Tras la procesión acuática, en la que la Virgen va adornada con numerosas flores, se oficia una santa misa y se pone broche final a la festividad con fuegos artificiales. En la plaza, frente a la iglesia, donde todo es alegría, se venden comidas y las familias se reúnen alrededor del templo con sus mejores galas, y un montón de niños corren y saltan con sus ropas nuevas, porque la isla entera es una fiesta.

Stella Maris, Estrella del Mar, es otro de los nombres que tiene la Virgen, quien cuida protege y bendice a los pescadores y marinos.

Taboga tiene una imagen de la Virgen del Carmen en la iglesia y otra frente a la Alcaldía. Es una fina talla de mármol blanco traída desde Italia en 1946 por Juan Brin Remón, quien la instaló en el patio de su residencia. La imagen fue donada luego por la familia Brin al pueblo de Taboga y fue trasladada en 1998 a su lugar actual, muy cerca de la iglesia y de la plaza principal, para que fuera “visitada y venerada por todos”. Es fácil ver a la gente pasar frente a ella y hacerse la señal de la cruz, dedicarle una oración o pedirle un favor. Hay otras imágenes de la Virgen del Carmen repartidas por toda la isla.

Es conocida por interceder por milagros y repartir salud y bendiciones a los taboganos. A ella se le atribuye el milagro de que “en la isla nadie se muriera por covid en el 2020”. Se dice que la Virgen cubrió con su manto a sus hijos taboganos y con una vacunación masiva al millar de vecinos, todos se libraron de morir a causa del virus.

Pero este no es el primer milagro que se le atribuye. En 1671, cuando Henry Morgan incendió Panamá la Vieja, muchos clérigos, notables y vecinos, con sus joyas y capitales, se refugiaron en Taboga por ser punto estratégico y por la gran prosperidad que allí existía. En los días siguientes, los piratas tomaron la isla, se apoderaron de varios barcos y pudieron formar una pequeña flotilla armada. Pese a que la historia cuenta que los piratas obtuvieron en esta expedición un enorme botín al capturar a los españoles que se habían escondido en la isla con sus pertenencias, a su posterior marcha se le atribuye la intervención de la Virgen.

Según la leyenda, cuando los taboganos vieron que los barcos de los piratas finalmente se retiraban, bajaron de las montañas y abrieron las puertas de la iglesia para dar gracias a Dios y se encontraron la imagen de la Virgen del Carmen con el manto mojado de agua de mar y los pies manchados de arena.

La doctora en historia Alejandra Fuentes González apunta que “La Virgen del Carmen es una de las devociones marianas más importantes de América, como madre, mediadora, símbolo de defensa contra invasiones y patrona del proceso emancipador”.

A tenor de su iconografía, la túnica chocolate que lleva alude a su origen en el Monte Carmelo, en la antigua Galilea (actual Israel), donde según la tradición se le apareció a san Simón Stock y le entregó el escapulario, distintivo de sus devotos y de la Orden Carmelita. También sostiene al niño Jesús, indicando el carácter mediador de su hijo con la humanidad. Las doce estrellas que a menudo la rodean representan a las tribus de Israel y a los apóstoles.

El escapulario, que a veces lleva en las manos y otras en los hombros, es el símbolo distintivo de la Virgen del Carmen, que representa la promesa de protección y salvación eterna a quienes lo lleven.

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