Panorama de oportunidades para Panamá, según el BID

Actualizado
  • 22/02/2024 00:00
Creado
  • 21/02/2024 21:57
El organismo recomienda invertir en el desarrollo humano del país

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Panamá es un referente de crecimiento para América Latina y el Caribe, ya que es una nación que puede inspirar el desempeño económico de otros países de la región. “Desde 2000 y hasta 2019, el aumento promedio anual del PIB ha sido cercano al 6%. Por esta senda, y de manera gradual, han venido aproximándose al nivel de ingresos que sostienen economías más avanzadas”.

“Si tuviera que resumirse en una frase, el crecimiento y la estabilidad macroeconómica del país, estas han sido más que destacadas, pero no se ha traducido, como debería, en inversiones sociales y avances en materia de igualdad. Así las cosas, el mayor reto de Panamá y, a la vez, su mayor oportunidad, es consolidarse como una economía de ingresos altos, al tiempo que lo hacen de manera más inclusiva y sostenible”, sostiene el informe ‘Panorama de oportunidades para Panamá’ del BID.

El organismo en dicho documento hace un análisis e identifica los principales desafíos que enfrenta el país, y además elabora recomendaciones. Para el BID, los tres principales pilares de crecimiento inclusivo que debería invertir Panamá son: desarrollo humano, bases para la productividad y modernización institucional.

Sobre el desarrollo humano

Para el BID, la gente es el principal y más importante recurso de una sociedad. Las personas pueden y deben ser, a la vez, responsables y beneficiarias del progreso. “Para que los ciudadanos contribuyan es vital que sus condiciones de vida se soporten en unas bases mínimas: protección social de la primera infancia y la tercera edad, vivienda sostenible, salud con equidad, la educación y formación para el trabajo”.

“Panamá enfrenta un desafío doble en el sector de la vivienda, con un déficit cuantitativo de 82.000 viviendas, particularmente en zonas rurales y entre comunidades indígenas e informales, y un déficit cualitativo que afecta a 254.000 viviendas, mayormente concentradas en zonas periféricas y asentamientos informales. Estas viviendas requieren mejoras significativas en calidad de construcción, materiales y regularización de la tenencia de la tierra”, expone el BID.

Implementar políticas y programas para acceder a vivienda digna es posible si se ofrecen soluciones acordes para grupos vulnerables y minorías étnicas. Es clave el uso de ecotecnologías y de diseños adaptados a las necesidades culturales y ambientales, sostiene el ente.

El ente da varias recomendaciones enfocadas al desarrollo humano, una de ellas es la de construir nuevos centros de atención para la primera infancia, ya que aumentaría el alcance de los servicios de educación temprana, especialmente en niños de zonas rurales e indígenas. “Urge actualizar los estándares de calidad de los centros de atención integral a la primera infancia (Caipi), ejecutar un plan de formación de talento humano para los mismos y poner en marcha un sistema de información que monitoree el impacto de sus servicios. Un modelo de pago por resultados incentivaría la efectividad y eficiencia de los Caipi”.

Ofrecer garantías a la tercera edad, por ejemplo, adoptar un sistema integral de cuidados ayudaría a fortalecer la articulación de las instituciones que acompañan a adultos mayores. “Es fundamental instaurar modelos con mejores estándares de calidad, tanto en centros de atención diurna como en la asistencia que se brinda a domicilio, así como en el desarrollo de programas de formación y certificación de cuidadores”.

Bases de la productividad

El crecimiento sostenible es altamente dependiente de qué tan eficientes son las industrias y las estructuras que facilitan –u obstaculizan— su desempeño. “Es imprescindible que el país encamine esfuerzos para dar un salto importante en las siguientes áreas: Infraestructura estratégica, sectores de tradición y con futuro como turismo, agricultura e innovación, y lazos económicos globales.

El BID detalla sus rutas que Panamá puede trazar para impulsar la productividad. Turismo de vanguardia podría lograr el país si se renueva el marco jurídico y normativo del sector, porque ayudaría a fomentar y proteger el capital natural, cultural y patrimonial del país. “Es importante acompañar esto con planes locales de ordenamiento territorial y de desarrollo turístico que estén alineados con entidades y regulaciones nacionales”.

Menciona el sector agrícola y apuesta porque se revisen a profundidad las políticas actuales de control de precios de productos y de subsidios agropecuarios, lo que serviría para estimular la innovación y la competitividad.

También modernizar la institucionalidad del sector, así como fomentar modelos agropecuarios ambientalmente sostenibles, bajos en carbono y resilientes. “Es primordial contemplar el cambio climático en la planificación del sector. Para ello pueden adoptarse nuevos enfoques en asistencia técnica y asesoría rural”.

El BID recomienda intensificar la implementación del Programa de Integración Logística Aduanera (Pila), ya que esto aceleraría la calidad de este tipo de procesos, con herramientas de cumplimiento y monitoreo. “Allí es clave la digitalización de trámites. Deben renovarse los pasos fronterizos con Costa Rica, en especial Paso Canoas, por la cantidad de transporte que lo atraviesa en el Pacífico”.

Modernizar las construcciones y procedimientos portuarios agregaría valor a los servicios logísticos. Hay que involucrar los puertos menores, para que las zonas productivas de las provincias se beneficien de la economía del Canal, puntualiza.

La modernización institucional

Según el BID, el desempeño de las entidades públicas, especialmente de aquellas encargadas de velar por las finanzas del Estado y de administrar e invertir recursos del tesoro nacional, es esencial para que los logros económicos se transformen en conquistas sociales. “Panamá puede aprovechar las oportunidades de mejora en estos frentes de trabajo: finanzas responsables, administración pública técnica y transparente”.

Actualizar el código tributario fortalecería el sistema impositivo en materia de simplicidad, eficiencia, equidad y facilidad de administración. “Debe reducirse el gasto tributario inocuo: exenciones fiscales, deducciones y beneficios poco útiles que afectan el recaudo. Hay que restarle complejidad al impuesto de transferencia de bienes muebles y servicios”.

También optimizar la base de datos de la Caja de Seguro Social y mejorar su interoperabilidad con la Dirección General de Ingresos “permitiría un monitoreo más riguroso, tanto de los impuestos que deben pagar personas naturales, como de los aportes prestacionales de empleados y empleadores. Renovar el sistema de gestión del impuesto sobre la renta facilita el seguimiento a la evolución económica y laboral de trabajadores formales”.

Por otro lado está poner en marcha el consejo fiscal, porque esto promovería la transparencia y generaría confianza en la gestión de las finanzas públicas por parte de la ciudadanía, sector privado y calificadoras de riesgo crediticio.

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