¿Qué ocurre en la ANAM?

PANAMÁ. La renuncia de Lucia Chandeck pone tenso el ambiente en ANAM. Nadie sabe con exactitud que está pasando en esta entidad. La inst...

PANAMÁ. La renuncia de Lucia Chandeck pone tenso el ambiente en ANAM. Nadie sabe con exactitud que está pasando en esta entidad. La institución ha sido indiferente frente a los conflictos ambientales que enfrenta el país, se han aprobado obras de desarrollo sin los requerimentos que exige la ley e importantes sitios patrimonios de la humanidad enfrentan serios problemas.

Los grupos ambientales están preocupados por la crisis que experimenta la entidad encargada de velar por la conservación de los recursos naturales y hasta temen que se le quiera hacer desaparecer para desarrollar proyectos que van en detrimento del medio ambiente.

Todo indica que lo que está pasando es la crónica de una muerte anunciada. El presidente de la República de Panamá, Ricardo Martinelli, en campaña, dijo que la Autoridad Nacional del Ambie nte (ANAM) era un ‘estorbo, que atrasaba el desarrollo y que era una herramienta inservible’, afirmó Raisa Banfiel, directora ejecutiva de la organización ecologista Panamá Sostenible.

¿ Qué podría esperarse tras estas declaraciones. El Ejecutivo ni siquiera se preocupó por evaluar perfil de las personas que nombraba para dirigir la institución. Ninguno de los dos administradores de este gobierno, Lucía Chandeck y Javier Arias, cumplían con los requisitos para dirigir la ANAM, explicó Harley Mitchel, abogado ambientalista. ‘Ninguno tiene la educación formal para entender la complejidad de la gestión ambiental en el Estado panameño’, detalló. Chandeck era abogada y Javier Arias, economista.

La persona que dirige la ANAM debe estar capacitado en el manejo de los recursos naturales y la calidad ambiental sostiene Mitchel. Y, además, ‘no debe temer el enfrentamiento a los factores de poder que normalmente están detrás de las agresiones al ambiente’, afirmó.

Alida Spadafora, directora ejecutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, señaló que el gobierno ha puesto el tema ambiental en el último lugar provocando el deterioro de la calidad de vida de los panameños.

PROBLEMAS AMBIENTALES

El dejo que se tiene para enfrentar los problemas ambientales le da la razón a Spadafora. La ANAM vive su peor momento desde que fue creada. Hay más problemas que nunca. El tráfico ilegal de maderas preciosas, como el cocobolo, aumentó. Los controles para regular la actividad son ineficaces.

Sumado a esto, se han aprobado proyectos inmobiliarios en zonas de humedales (caso bahía de Panamá). El desarrollo de la minería metálica continúa sin una regulación efectiva. La contaminación en el ambiente no cesa. Y áreas protegidas como la bahía de Panamá y la reserva de Donoso han perdido esta categoría. Y como si esto fuera poco, una de las joyas de la naturaleza panameña, Coiba, podría perder la categoría de Patrimonio de la Humanidad si no cumple una serie de requisitos que le ha impuesto la UNESCO. A todos estos problemas deberá enfrentarse el nuevo administrador. ¿Quién tomará el timón de este barco? Oficialmente no hay nombre. Pero hay tres que suenan para el cargo: Patrick Fahith, que fue secretario general en la institución en la gestión de Javier Arias. Rubén Dario Campos y la profesora Lilia Herrera son los otros dos. Pero, por ahora, son rumores. Lo cierto es que Silvano Vergara estará a cargo mientras se nombre al sucesor de Chandeck.

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