Un buen estudiante, tranquilo y algo introvertido, que fue monaguillo y empleado en un supermercado antes de alcanzar la fama. Esos son algunos retazos...
- 04/10/2010 02:00
PANAMÁ. Desde septiembre hasta noviembre, se estima que por Panamá crucen más de un millón de aves rapaces con destino al sur del continente americano en busca de calor y de alimentos para pasar una estadía de invierno.
Este fenómeno, único en sólo cuatro países del mundo (Israel, Costa Rica, México y Panamá), atrae a científicos y voluntarios de Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Argentina y México para contar, observar y monitorear la ruta de migración de las aves.
El punto acordado para la actividad es el Cerro Ancón, donde organizaciones no gubernamentales, empresas privadas e, incluso, instituciones del gobierno observan el avance de la migración y los hábitos de las especies durante mes y medio.
Las cifras de la Sociedad Audubon de Panamá revelan que durante el 2004, año en que se dio el primer conteo, 1,074,078 pájaros pasaron por el Cerro Ancón. Para el 2005, la cantidad fue menor: 800,329 aves quedaron registradas. Al año siguiente, 2006, el número de aves aumentó a 1,330,270. De allí en adelante, las cifras han sido superiores al millón de aves y el récord se dio en 2008 con 1,687,205 aves. (Ver cuadro adjunto).
‘La gran ventaja del conteo en el Cerro Ancón radica en que se realiza en la capital, donde la accesibilidad para observar este espectáculo no tiene competencia’, explicó Rosabel Miró, directora ejecutiva de la Sociedad Audobon, una organización no gubernamental dedicada a la conservación de las aves por más de 35 años.
Aunque los científicos escogen lugares estratégicos para capturar las mejores imágenes de la migración, también en el resto de la capital se podrá apreciar las bandadas sobrevolando los cielos. ‘El avistamiento es posible en cualquier otro punto de la ciudad’, detalló la especialista de Audubon.
Para ella, ‘Panamá, probablemente, es el mejor lugar en América para contar y monitorear las poblaciones de aves rapaces migratorias’. Esto se debe a que las áreas aledañas al Canal Interoceánico tienen pequeñas colinas que ofrecen excelentes puntos de avistamiento.
Miró señaló que el conteo del fenómeno se vive por sexto año consecutivo y con el mismo interés del principio.
LAS MÁS NUMEROSAS
Entre las especies más numerosas que usan los bosques panameños como puerto biológico están: el gallinazo cabecirrojo, el gavilán aludo y el gavilán de Swainson.
Algunas descansan, se alimentan y luego emprenden su destino final. Otras, sencillamente, hará de Panamá un hogar temporal, mientras dure el invierno en Norteamérica.
LA TRAVESÍA
Luego de reproducirse en el Norte de América, millones de rapaces emprenden un largo viaje hacia el Sur de América. Desde Canadá y Estados Unidos viajan, casi siempre, hasta las Pampas, en Argentina.
Para lograrlo, durante el verano se alimentan muy bien con el fin de almacenar mucha grasa en su cuerpo para tener la energía suficiente para resistir meses de viaje.
Se cree que ayunan durante la migración y que sólo viajan durante el día, aprovechando las corrientes ascendentes de aire caliente, producidas por los rayos solares, para obtener y mantener la elevación.
Las migraciones no son nuevas, pero cada vez es más frecuente la llegada de extranjeros para observarlas; sin embargo, los panameños lo dejan pasar por alto.