Invasión de las aguas malas

PANAMÁ. A mediodía del jueves de la semana pasada, el sol estaba radiante y las olas del mar eran buenas para surfear en la playa Teta, ...

PANAMÁ. A mediodía del jueves de la semana pasada, el sol estaba radiante y las olas del mar eran buenas para surfear en la playa Teta, entre Coronado y San Carlos. Pero un inconveniente que Aitor Iriberri no calculó le impediría hacerlo. Las aguas malas habían invadido la playa.

Montado sobre su tabla tocaba con sus manos las aguas malas, ‘era como una sopa de medusas’, describió Aitor.

Una tras otra picada sintió mientras remaba con sus manos para impulsar su tabla. Por ese día abandonó la idea de practicar este deporte. ‘No soportaba el ardor que producían las picadas’, explicó.

No era el único lugar de Panamá donde las aguas malas llegaron como hongos. El golfo de Chiriquí, que se extiende desde Punta Burica hasta la península de Azuero, está llenó de estas criaturas marinas, explicó Ángel Vega, biólogo marino de la Universidad de Panamá (UP).

Han llegado arrastradas por una corriente de agua fría procedente de las profundidades del océano Pacífico, detalló el biólogo.

Pero no es casualidad. Cada año, desde febrero hasta abril las medusas proliferan en aguas panameñas.

El especialista explicó que el ingreso de masas frías revuelve las aguas tornándolas turbias. Esto favorece la incursión de aguas malas, conocidas también como medusas.

Son animales pelágicos que flotan en las aguas entre 15 y 20 metros de profundidad. En sus tentáculos guardan veneno que inyectan a las personas que mientras disfrutan de un baño de playa o están surfeando las rozan. ‘Unas especies tienen más que otras’, dice Vega. En Australia, por ejemplo, está la especie ‘‘avispa del mar’’, cuya picada puede causar la muerte en minutos. Sin embargo, este ejemplar no puede llegar hasta Panamá. Sólo vive en Australia.

CONSEJOS

La toxicidad de la medusa varía según la especie. En Panamá no hay reportes de medusas tóxicas. La picadura de una de ellas sólo produce irritación en el área que entra en contacto con el tentáculo de la medusa. Tras unas horas, la molestia cesa.

El Instituto de Ciencias de Mar de Barcelona recomienda a las personas que han entrado en contacto con una medusa aplicarse vinagre para evitar que el aguijón siga inyectando el veneno; no frotar el área afectada con arena ni con toalla, no limpiar la picadura con agua dulce, sólo con agua salada, aplicar hielo en bolsa por 15 minutos, extraer con guantes cualquier resto de tentáculo que permanezca en la piel, no frotar la herida con orina ni bebidas alcohólicas.

Si la víctima experimenta complicaciones respiratorias, convulsiones o alteraciones cardíacas, el Instituto de Ciencias de Mar de Barcelona recomienda recurrir a un hospital.

ALIMENTACIÓN

Las medusas se alimentan de peces y crustáceos pequeños. Mientras que ellas son uno de los alimentos preferidos de los pargos.

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