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- 24/11/2011 01:00
TENERIFE. Las orcas, esos fantásticos mamíferos a los que el cine les ha granjeado el mote de ‘asesinos’, muestran ahora una nueva cualidad. Al parecer el animal mantiene un código de comunicación completo y estructurado que incluso puede variar según como avancen las circunstancias a lo largo de su vida.
Se sabe que hay comunicación entre las orcas, pues son capaces de coordinar los ataques en grupo, hacer una maniobra casi coreografiada y sistemáticamente rodear a su presa. Todo basado en algo que podríamos llamar el lenguaje de las orcas.
Ellas conviven en clanes matriacarles perfectamente identificados y conformados por hasta doce miembros de la descendencia por línea materna, de una hembra dominante.
Según un estudio del Departamento de Física de la Universidad de La Laguna y de Loro Parque Fundación, los ejemplares de cada grupo emiten sonidos diferentes a los de otras zonas.
Cuando atacan a una ballena jorobada, por ejemplo, son capaces de ir en silencio ‘como un submarino’ hasta que lo capturan y entonces empiezan a vocalizar, y sin embargo cuando atacan a un pez más pequeño, se mantienen en comunicación todo el tiempo, lo que aún no se descubre es el significado de cada sonido.
El objetivo final del proyecto es contar con herramientas ‘potentes’ para obtener la mayor información posible para entender cómo funcionan los animales desde el punto de vista ecológico, y así poder ser más eficaces en su protección, detalla Javier Almunia. Este estudio tiene un costo de $172,500.
LA BIOACÚSTICA
Precisamente la bioacústica será el procedimiento empleado para facilitar la integración de ‘Morgan’, la orca que será trasladada a Loro Parque desde Holanda después de que un juzgado de Amsterdam autorizase su desplazamiento a Loro Parque.
El primer paso para esta integración consiste en emitir sonidos grabados de ‘Morgan’ en las instalaciones de Loro Parque para que el resto de orcas se habitúe a su nueva compañera.
Actualmente, para realizar un trabajo de bioacústica hay que analizar muchos sonidos en un tiempo muy rápido y el problema es que se hace de forma manual, escuchando las horas de grabación de los sonidos captados con hidrófonos instalados por un barco en alta mar, a veces durante una semana entera.
T ambién hay hidrófonos autónomos instalados con un sistema de boyas que se fondean y que disponen de un sistema de memoria que almacena todo lo grabado durante un periodo determinado, para luego analizarlos, o sistemas conectados on line en zonas someras, algo que en Canarias no es posible porque la profundidad entre islas supera fácilmente los 3,000 metros. Por ello Loro Parque Fundación tuvo la idea de automatizar los sistemas de bioacústica para que fueran lo más autónomos posible, es decir, que un hidrófono registre en continuo y un sistema informático elimine todo lo que no sean sonidos —el silencio, los ruidos— para quedarse con la parte que vocalizan los animales y clasificarla para determinar el dialecto.
ANIMALES CAUTIVOS
El proyecto ha comenzado con los animales en cautividad pues, al estar en un ambiente controlado, se puede identificar cuál de ellos vocaliza y a partir de ahí se obtiene la información necesaria para construir la herramienta informática y luego aplicarla en el mar.
Para la investigación, que comenzó en 2006 y se prolongará durante seis años, se ha contactado también con la Universidad escocesa de Saint Andrews con el objetivo de probar la herramienta con medios reales, en el mar. Trabajar en el mar es complicado, difícil, a veces hostil y siempre muy caro, por lo que hasta ahora la bioacústica consiste sólo en ‘grabar y analizar’ y muy pocos grupos de investigación se dedican a esta labor.