Los probióticos y su rol en la diabetes y la obesidad

  • 13/01/2023 00:00
Los estudios demuestran que los pacientes con estas enfermedades metabólicas sufren un desequilibrio en su microbiota. Expertos brindan detalles sobre cómo evitar enfermedades
Aunque es poco probable que tomar un probiótico cause daños, puede que no ayude a combatir la obesidad.

Actualmente la investigación y el desarrollo de probióticos (alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias 'buenas'), han aumentado significativamente y cada vez son más los estudios científicos que avalan sus beneficios para la salud, especialmente para combatir o tratar enfermedades como la obesidad, la diabetes 2 y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (Ehgna o acumulación excesiva de grasa en el hígado), un problema de salud global.

Las investigaciones demuestran que los pacientes con estas enfermedades metabólicas padecen disbiosis (disminución de los niveles de bacterias beneficiosas), es decir, que su microbiota sufre un desequilibrio.

A pesar de que las pruebas científicas respaldan el consumo de probióticos para mejorar la gestión de la obesidad, pocos son los estudios que han analizado el papel de los probióticos en otras enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la Ehgna, según publicó la plataforma Gut Microbiota for Health, dedicada a divulgar conocimientos acerca de la importancia de la microbiota intestinal en la salud y la calidad de vida entre los medios de comunicación y la sociedad en general.

Meera Shah, endocrinóloga en Mayo Clinic, Minnesota, detalló en un comunicado que es “muy cierto que la población de bacterias intestinales de las personas obesas es diferente a la de las personas delgadas. No se sabe si esta diferencia contribuye a la obesidad o es una consecuencia de la misma”.

El consumo de alimentos como el yogur y el chucrut, que contienen probióticos, o la toma de suplementos de probióticos demostraron ser beneficiosos para la salud.

Hasta el momento, la investigación no ha arrojado respuestas claras. Aunque es poco probable que tomar un probiótico cause daños, puede que no ayude a combatir la obesidad, destacó la experta.

Añadió que es importante entender que el aumento de peso es esencialmente una función del desequilibrio energético. Se aumenta de peso cuando se ingieren más calorías de las que el cuerpo quema. Además, está demostrado que las bacterias intestinales influyen en la eficacia con la que el organismo extrae la energía de los alimentos que llegan al intestino delgado.

El tracto digestivo, también llamado intestino, contiene trillones de bacterias, dijo. “Muchas de esas bacterias desempeñan funciones útiles en el organismo, como metabolizar los nutrientes de los alimentos”, comentó Shah en la nota.

También dijo que si bien gran cantidad de las bacterias del intestino son valiosas, algunas no lo son. Se realizaron estudios sobre cómo un desequilibrio entre las bacterias intestinales buenas y malas podría contribuir a ciertos trastornos médicos.

El consumo de alimentos como el yogur y el chucrut, que contienen probióticos o la toma de suplementos de probióticos demostraron ser beneficiosos para la salud. Aunque se necesita más investigación, hay pruebas de que los probióticos podrían mejorar la salud intestinal.

Sin embargo, hasta la fecha, los únicos estudios que mostraron resultados convincentes de que la modificación de la composición de las bacterias intestinales (a veces denominada microbioma intestinal) afecta al peso se realizaron en ratones sin gérmenes. En cambio, en seres humanos, los datos son confusos en lo que respecta al rol de los probióticos en la pérdida de peso.

El análisis de los resultados de los estudios de investigación publicados señalan que los probióticos y la pérdida de peso no reveló ninguna respuesta clara. Esto se debe, en parte, a que los métodos de investigación variaron considerablemente entre esos estudios y a que se incluyó una gama de probióticos diferentes.

Lo que está claro es que el factor más importante que determina la composición del microbioma intestinal es la alimentación. Sin embargo, una vez más, eso pone en duda qué es lo primero. ¿La obesidad provoca un determinado tipo de microbioma? ¿O un determinado tipo de microbioma provoca la obesidad? En este momento, no se sabe, destacó la experta.

Lo que sí se sabe es que se pueden tomar medidas para mantener un microbioma intestinal más saludable, y estas medidas también deberían ayudar con la pérdida de peso. Por ejemplo, comer muchas frutas y verduras parece ayudar a que las bacterias intestinales buenas prosperen.

También puede ser útil para satisfacer el hambre y limitar el consumo excesivo de bocadillos y otras calorías innecesarias. Además, limitar las grasas, el azúcar y las fuentes de proteínas de origen animal también puede ayudar a mantener un microbioma intestinal más saludable, ya que las investigaciones demuestran que las dietas ricas en esos alimentos se correlacionan con una composición bacteriana más desfavorable en el intestino.

Tomar suplementos probióticos también puede mejorar la salud del microbioma intestinal, pero no está claro qué papel desempeñan estos suplementos en la pérdida de peso. La forma más confiable de perder peso es seguir una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad, para quemar más calorías de las que se consumen. Siempre recomiendo que acuda a su equipo de atención médica primaria si tiene preguntas específicas sobre la alimentación y el ejercicio, sustentó Shah en el comunicado.

¿Qué no se recomienda?

Cada individuo es diferente, pero existen principios fundamentales que se pueden aplicar a todo el mundo. En el intestino reside una gran variedad de microbióticos y cada uno es responsable de la buena salud.

Lo primero y más importante es evitar todo tipo de comida chatarra, como hamburguesas, pizza, sodas, dulces y frituras , explicó el doctor Luis Fernández, subdirector de Consulta Externa del hospital de Especialidades Pediátricas de la Caja de Seguro Social (CSS).

“En el caso de los niños no es malo darle ciertos gustos, de vez en cuando, pero que este tipo de alimentos no sean los que prevalezcan en sus hábitos alimenticios; recuerden que somos lo que comemos. La educación viene de la casa”, detalló.

Añadió que si el infante presenta algún tipo de infección se le recetarán antibióticos, y el uso excesivo de estos provoca una modificación en el organismo de los intestinos y mata las bacterias con la que cuenta el órgano, tanto las buenas como las malas; con el tiempo se pueden provocar causas negativas.

Alimentos que contienen probióticos, prebióticos, omega 3, vitaminas como la A, C, E, D, y minerales como el cinc y el selenio, son cruciales para proteger el microbioma intestinal.

El especialista detalló que dentro de los probióticos están los lácteos como leche agria y el yogur, los cuales se deben consumir diariamente, ya que su contenido de bacterias beneficiosas para el organismo fortalecen la flora intestinal y refuerzan la respuesta inmunitaria.

La fibra es un prebiótico, y es necesario incrementar su ingesta. Explicó que la fibra funciona como alimento para las bacterias (probióticos) que viven en “nuestros intestinos y que vienen a ser la primera barrera física del sistema inmunológico”.

Según Fernández, beber abundante agua, hacer ejercicios, tener una buena alimentación y mantener hábitos saludables es fundamental para cuidar la salud. Son consejos sencillos que si se siguen mantendrán un intestino sano.

El galeno también reconoció que la flora intestinal es única en cada persona; puede cambiar a lo largo de la vida por múltiples causas como el tipo de dieta, el grado de estrés al que se está sometido, la medicación que precisa, la zona geográfica donde vive, entre otros factores.

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