Un viaje a Barcelona, una ciudad de ensueño

Actualizado
  • 27/04/2024 00:00
Creado
  • 26/04/2024 19:18
La capital catalana es un lugar ideal para recorrer sus calles, que fusionan elementos arquitectónicos clásicos con las posibilidades de ocio y cultura que ofrece en cada uno de sus rincones.

“Quien no ha visto Barcelona, no ha visto cosa buena”. Este es uno de los refranes populares que bien ilustran lo única que es el área metropolitana de Barcelona, que ofrece tanto a locales como a visitantes una variada oferta turística, cultural y gastronómica que la sitúan como una de las diez ciudades más visitadas del mundo como París, Berlín y Roma, de acuerdo con la empresa Euromonitor International, que elaboró el Índice de los 100 Mejores Destinos Urbanos.

Uno de los iconos de Barcelona, imprescindible a la hora de planificar una visita, es la catedral que para todos es conocida como de La Sagrada Familia. Un lugar que no deja de deslumbrar tanto en su interior como en su exterior debido a los diseños del arquitecto catalán Antoni Gaudí. La basílica, que se empezó a construir en el año 1882, atrajo el año pasado a 4,7 millones de habitantes, de acuerdo con el diario Ara.

Ingresar a la basílica brinda una muestra de que la edificación en sí misma es una obra de arte. Desde sus ventanas hasta sus puertas, todos los elementos arquitectónicos que hoy forman parte de la Sagrada Familia guardan relación con pasajes de la Biblia y, especialmente, de un evento muy significativo para los católicos: la pasión y la resurrección de Jesucristo.

La obra –que forma una parte ineludible del skyline de Barcelona– no solo deslumbra por las esculturas auténticas, sino por la variedad de los colores que se usan en los ventanales del interior de la catedral, que realzan su belleza al filo del atardecer, creando un espectáculo artístico único que, a su vez, evoca una sensación divina. Este periodista pudo atestiguarlo mientras visitó la basílica y presenció cómo el carnaval de colores se planeaba sobre los visitantes que asistían a la iglesia, creando una sinfonía visual magnífica digna de ser inmortalizada con una fotografía.

No muy lejos de allí se encuentra una obra de Gaudí que cobra aún más vida: el parque Güell: una zona urbana en la que se reúnen las obras que mejor expresan el mejor estilo del arquitecto, inspiradas en el movimiento del modernismo que, a su vez, se emparenta con otros estilos como el art nouveau.

Tomarse una fotografía en la Plaza de la Naturaleza –que se distingue por sus balcones elaborados con diversas piezas de colores– es una acción obligada ya que promete inmortalizar no solo un punto de vista de la ciudad de Barcelona desde lejos, sino que daría una estética atractiva a la hora de subir esa fotografía a una red social o bien para guardar una estampa inolvidable de Barcelona.

Para poder ser testigos de las bellezas de este monumento, se tienen que comprar los boletos en la página web de la Sagrada Familia: https://sagradafamilia.barcelonatickets.org/. La entrada, con audioguía incluida, tiene un precio de 36 euros.

Otros elementos del parque Güell que deben ser visitados son los viaductos que se caracterizan por su interesante atractivo, apreciable tanto en los materiales con que están construidos como en los diseños surrealistas. En la misma plaza del parque también hay casas que destacan por ese toque particular que le puso Gaudí en su diseño.

Se recomienda la compra de los boletos del parque Güell por internet en: https://park.barcelonatickets.org/. Tienen un costo de 16 euros por persona.

Gaudí también dejó su estampa en la casa Batlló –conocida como la casa de Gaudí– en la que se pueden observar espectáculos lumínicos –especiales en tiempos de Navidad y que congregan tanto a grandes como a pequeños mientras caminan por el Paseo de Gracia– y se puede visitar su interior para obtener un vistazo de la Barcelona de la primera mitad del siglo XX.

La azotea, el desván, la escalera y el atrio son imprescindibles en la visita a esta edificación, que contiene también atracciones conocidas como el Domo de Gaudí y el Gaudí Cube. Ir a la casa Batlló es una especie de viaje en el tiempo, ya que se podrá ver cómo era la vida en los años 1900 a través de los lentes de la familia Batlló en un espacio que fue también la vivienda personal de esta familia.

Otros sitios fascinantes que deberían ser visitados en Barcelona son sus museos. El principal de ellos es el Museo Nacional de Arte de Cataluña, situado en lo alto de la montaña de Montjuic y en el que se pueden apreciar obras de distintos estilos artísticos como el arte moderno, el renacimiento y el barroco. En su oferta cultural destacan obras de artistas como los catalanes Antoni Tàpies, Salvador Dalí y Santiago Rusiñol, entre otros, como parte de una exhibición que busca mostrar una colección de arte catalán que va desde el arte románico hasta la primera mitad del siglo XX.

El recorrido a pie de todo el museo puede tardar cuatro horas y, para un mejor aprovechamiento de la experiencia, se aconseja acudir desde la apertura del museo –que abre en torno a las 10:00 a.m.– ya que cierra un poco antes de las 2:00 p.m. La entrada general es de 12 euros.

Más centrado en el arte contemporáneo está el Moco Museum –que es hermano gemelo del Moco Museum de Amsterdam– y que, en su caso, ofrece una selección de arte contemporáneo que muestra a artistas como Andy Warhol y Jean Michel Basquiat hasta el mismísimo Banksy, que se caracteriza por sus obras de arte controvertidas y de temática social. El museo se encuentra en el Carrer de Montada.

Para ir caminando por el centro de Barcelona y hacer varias actividades como comprar o degustar la gastronomía, hay dos centros urbanos importantes en los que puede encontrar de manera céntrica tiendas y restaurantes: la plaza de Cataluña y el paseo de Gracia.

En la plaza de Cataluña –un punto de convergencia entre las Ramblas de Barcelona, el paseo de Gracia y la calle de Pelayo, entre otros– tienen presencia grandes tiendas como Primark y El Corte Inglés, el Hard Rock Café Barcelona, así como otros establecimientos y restaurantes para pasar el tiempo. La misma oferta la tiene el paseo de Gracia, que no solo es ideal para comprar y disfrutar, sino también para caminar y disfrutar de un vistazo de la vida nocturna que se vive en Barcelona.

En los restaurantes pueden degustar platillos tradicionales catalanes, tales como el pan con tomate y la butifarra catalana de Pagés, que se caracteriza por ser un embutido fresco compuesto de carne picada de cerdo y condimentada con sal y pimienta. Una combinación de elementos que, a su vez, otorga un sabor crujiente y ahumado que realza su sabor.

Hablando de lugares específicos, si se quiere disfrutar de un ambiente gastronómico en el que predomine la buena comida y la excelente cerveza, es mejor hacerlo en el establecimiento cervecería Catalana –situada en la calle de Mallorca, en L’Eixample– que tiene un menú de tapas como las croquetas y los pimientos al padrón (alguno que otro puede ser picante). Otro sitio es el bar Molina –ubicado en la plaza Molina– que tiene un menú similar y que se distingue por su amplia variedad de cócteles como los gin tonics y los vermuts.

En estos locales gastronómicos, que además ofrecen en su menú platillos como las croquetas y la paella valenciana, también se puede degustar la comida con bebidas como el vino y el cava, así como las cervezas tradicionales.

Y, finalmente, ya sea para iniciar o terminar el viaje de la mejor manera, nada mejor que recostarse sobre un petate en la arena de la playa de la Barceloneta a contemplar el mar. La mejor banda sonora para aquel momento sería la canción Mediterráneo, del catalán Joan Manuel Serrat, que ilustra muy bien los atardeceres de Barcelona frente al mar.

Para moverse en la ciudad es recomendable utilizar el transporte público usando la red de transporte urbano de Barcelona, que funciona a través de su red de Metro y la línea de autobuses. Si bien los autobuses forman parte del transporte urbano, le recomiendo usar la red de Metro ya que está mejor señalizada y puede llegar al destino que desea con menos contratiempos.

La tarjeta T-usual es la opción preferible porque permite tener viajes ilimitados durante todo un mes con el precio de 21.35 euros. La tarjeta de Metro se puede adquirir en las máquinas expendedoras que están situadas en la boca de cada una de las estaciones que están situadas en todo el área metropolitana de Barcelona.

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