Hitchcock detrás de escena

PANAMÁ. Una chica está bañándose mientras una silueta crece detrás de la cortina. En ese momento, una música de fondo compuesta con nota...

PANAMÁ. Una chica está bañándose mientras una silueta crece detrás de la cortina. En ese momento, una música de fondo compuesta con notas disonantes en los registros más agudos de los violines entra en escena. Es muy conocida. Hace: chan, chan, chan, chan. La cortina se corre y aparece un rostro irreconocible con un cuchillo en la mano. La chica grita desesperada pero recibe un cuchillazo tras otro y finalmente cae muerta en la bañera.

Esta escena, que seguramente muchos conozcan, es de Psicosis (1960), una de las obras maestras del mayor maestro de suspenso de todos los tiempos: Alfred Hitchcock. Y no sólo es una de sus escenas más conocidas. También demuestra un modo de trabajar obsesivo y personal: para obtener esos poco más de 30 segundos de filme, Hitchcock dedicó varios días de rodaje y colocó la cámara en más 70 posiciones.

Por eso, no es casualidad que también dure poco más de 30 segundos una de las escenas más maravillosas de Hitchcock, la biopic sobre el maestro del suspenso y del terror que se estrena esta semana en Panamá. Pero, esta vez, no vemos un asesinato, sino al propio Hitchcock (personificado por Anthony Hopkins) fuera de la sala de cine simulando ser un director de orquesta que anticipa con el movimiento de sus manos las reacciones del público durante el asesinato.

Hitchcock, la película, está basada en el libro Alfred Hitchcock and the Making of Psycho, escrito por Stephen Rebello, y si bien cuenta la historia de cómo se realizó la película que contiene esta famosa escena de la ducha, como señala mucho más afortunadamente el título original del libro, también es una historia de amor y convivencia matrimonial.

‘Siempre sentí que la esencia de mi película debía ser la historia de amor entre Alfred y Alma’, explica en una entrevista Sacha Gerva si, quien debuta como director con este filme después de su premiado documental Anvil: el sueño de una banda de rock, y continúa: ‘Tenían esta relación dinámica, compleja, contradictoria, bella y dolorosa, que no fue simplemente un matrimonio, sino una auténtica colaboración creativa. Sin Alma a su lado, Hitchcock no hubiera podido sacar adelante Psicosis’.

Y Gervasi da en la tecla con el comentario. Alma Reville (interpretada por Helen Mirren) fue la gran mujer detrás del gran hombre, y la película se dedica a contar esta historia de amor, de supuestas infidelidades y de colaboración creativa. Alma, por ejemplo, fue la que detectó poco antes del estreno de Psicosis, en 1960, que la actriz parpadeaba en una de las escenas luego de morir en la ducha.

El mismo Alfred Hitchcock, que no era ni tonto ni zonzo, aceptó esto en su discurso al recibir el Premio d el American Film Institute a toda su carrera poco antes de morir. Dijo: ‘Si la hermosa señorita Reville no hubiera, hace 53 años, aceptado un contrato para toda la vida como madame Alfred Hitchcock, monsieur Alfred Hitchcock quizás estaría esta noche aquí, pero no en esta tribuna, sino como uno de los camareros más lentos de la sala’.

La pareja de Anthony Hopkins y Helen Mirren en los protagónicos es uno de los grandes hallazgos de esta película, que además cuenta con figuras de lujo como Scarlett Johansson, Jessica Biel y James D’Arcy, quienes interpretan a los actores de la original Psicosis en el estudio y el detrás de escena.

A pesar del nivel de las figuras, sin embargo, el filme muestra signos de flaqueza en el guión. Trastabilla sobre todo al intentar contar sin demasiada profundidad aspectos personales de la vida de Hitchcock que se encuentran fuera de la trama principal, como la obsesión enfermiza del director con las protagonistas femeninas de sus películas o la subtrama en la que Ed Gein, el asesino en serie de Psicosis, aparece en las alucinaciones de Hitchcock.

Algunos se dedicaron a decir que esta biopic no está a la altura del ya fallecido director británico. Es probable que sea cierto. Pero también lo es que el relato nunca pierde fuerza ni deja de ser una propuesta entretenida, que la película cuenta con buenas actuaciones y buena fotografía, con un maquillaje nominado al Óscar (a cargo de Howard Berger) y una banda sonora de lujo, a cargo de Danny Elfman.

Tanto para el público cinéfilo como para el que no lo es, Hitchcock, además de ser una buena película, es una buena forma de recordar que sólo hay un maestro del suspenso, y su nombre es monsieur Alfred Hitchcock.

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