Literatura de denuncia social

Actualizado
  • 01/07/2009 02:00
Creado
  • 01/07/2009 02:00
Recientemente, el escritor albanés Ismail Kadaré fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2009 por la belleza y ...

Recientemente, el escritor albanés Ismail Kadaré fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2009 por la belleza y el hondo compromiso de su creación literaria. Considerado como uno de los grandes autores de la literatura universal, Kadaré nació en Gjirokastra, Albania, en 1936. Sus obras están marcadas por la carga dramática de la conciencia.

En 1990 se exilió en la ciudad de París. Es un gran estudioso de la tradición albanesa y de la idiosincrasia de este pueblo balcánico. Es dado a la reestructuración en sus textos: los poemas se convierten en relatos, los relatos se alargan en novelas y éstas, en ocasiones, se reducen a cuentos.

El tema central de su obra es el totalitarismo, sus mecanismos de funcionamiento y cómplices. Se exilio en París, donde reside desde 1990.

Es un testigo privilegiado de la historia de los Balcanes. En sus páginas ofrece un paisaje social de lo que es un régimen comunista.

Su novela kafkiana “Spíritus” denuncia el régimen burocrático, totalitario y autoritario de Albania. El libro se divide en tres partes: caos, revelación y vestigios.

El capítulo titulado “Caos” narra la historia de un equipo investigador de fenómenos paranormales que llega a Albania y encuentra escalofriantes testimonios, dramas familiares causados por el Estado, psicosis como preludio de una campaña de terror. Las fases de autoexcitación del dictador enfermo degeneró a todos mediante la opresión y embriaguez. Un hombre tenido por muerto reaparece. Uno de los suplicios mas corrientes se descubrió durante el frenesí de las exhumaciones. El mismo consistía en introducir al torturado a una tumba de un recién muerto.

La policía secreta espiaba a todos, mantenía expedientes y filmaciones estremecedoras. Llegó a capturar un espíritu en una trampa. Consideraba dañina las prácticas místicas.

Un reducido grupo organizaba sesiones de espiritismo bajo la dictadura para contactar los espíritus fusilados, para recibir revelaciones y secretos.

El médium había muerto bajo tortura, la vigilancia por medio de micrófonos registró sus desvaríos. Se ignoraba la suerte del resto. Shpend Guraziu, amante de la actriz que protagonizaba “La gaviota” de Chéjov desaparece sin dejar rastro. Si un encarcelado fallecía en el curso de la condena su cuerpo debía continuar en prisión hasta que se cumpliera la pena. Cuando descubrían un intento de fuga castigaban a vivos y muertos.

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