Enemigo suelto

Actualizado
  • 30/11/2009 01:00
Creado
  • 30/11/2009 01:00
M uchos se dan a la tarea de juzgar, estigmatizar, criticar y desvalorizar a aquellas personas que sufren del VIH/SIDA, pero muy pocos m...

M uchos se dan a la tarea de juzgar, estigmatizar, criticar y desvalorizar a aquellas personas que sufren del VIH/SIDA, pero muy pocos muestran el interés necesario para hacerle frente a esta enfermedad, que cada día crece más a nivel mundial, realidad de la cual Panamá no escapa.

A nivel nacional aproximadamente existen 10,121 casos registrados de VIH de los cuales la mayoría se presenta en hombres y oscilan en edades de 15 a 49 años, según estadísticas del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud hasta el periodo de septiembre de 2009.

Antecedentes y características del VIH y Sida en Panamá

El primer caso de Sida en el país fue detectado en el año 1984 y para final de año ya existían dos casos, uno masculino y el otro femenino, ambos en la ciudad capital. Una característica importante de la epidemia es que el principal modo de transmisión del virus es sexual con un 68.9%, desglosado de la siguiente manera: 12.3%, homosexual, 4.1% bisexual y 52.5% heterosexual. Estos datos nos explican que el mayor número de infectados no está en la comunidad homosexual sino en la heterosexual. Le sigue la transmisión perinatal con un 3.2% y la transmisión sanguínea con 1.4%, sin embargo, se reporta un alto porcentaje de casos que no definen la vía de transmisión un 26.5% que aparece como desconocida.

Experiencia de un profesional y testimonio real

Para adentrarnos más en el tema y del trabajo que realizan las instituciones no gubernamentales, entrevistamos al Dr. Orlando Quintero Arosemena, director ejecutivo de Probidsida quien además es un testimonio real y fehaciente de una persona que vive con esta enfermedad, que si es detectada a tiempo brinda mayores probabilidades de vida debido al adecuado tratamiento. Dentro de su oficina decorada a lo santeño, con alegorías de mujeres ataviadas con sus montunas y tambores, empezó la entrevista que se convirtió en una amena charla que al transcurrir el tiempo despertaba emociones a la vez que enseñaba la realidad de que esta enfermedad no discrimina clase social, género, edad ni raza.

“Uno de los aspectos esenciales en el tema del VIH es que es imprescindible la responsabilidad social ciudadana; hablamos de la responsabilidad gubernamental, de la responsabilidad empresarial, de la responsabilidad de todos los sectores, pero usted escucha a los panameños diciendo no, porque tenemos una cultura paternalista en la que esperamos que nos resuelvan los problemas, pero la cultura de ‘qué voy a hacer por tratar de resolver los problemas’ no la desarrollamos”, comenta el galeno.

Uno de los grandes retos en VIH es detener su epidemia y disminuir los casos, porque lamentablemente Panamá está entre los tres países más afectados de Centroamérica y es el cuarto en prevalencia en edades de 15 a 49 años a nivel latianoamericano. Triste es también que según un informe de Onusida la prevalencia del VIH en Latinoamérica se ha mantenido estática en 0.6%, sin embargo, Panamá tiene 1%. Esto para Quintero significa que, “algo no está funcionando y para uno que lleva doce años trabajando en esto es frustrante a veces ver que la gente no asume su responsabilidad. Por otro lado, es gratificante saber que la mortalidad del VIH ha bajado enormemente gracias a que existen tratamientos, pero el número de nuevos casos no los hemos disminuido, al contrario están aumentando, entonces ¿por qué no se asume la responsabilidad de la que estoy hablando?” argumentó.

Respecto a la ley 3 del 2000

La ley establece que el VIH-SIDA se declara un problema de Estado y de interés nacional. La importancia de esto es que cada una de las instituciones debe tener un programa de prevención, un plan estratégico para todo su personal con el apoyo de organismos no gubernamentales y control de las infecciones

de transmisión sexual en sus diferentes instituciones, pero solo algunas lo están cumpliendo.

En el tiempo que ha estado al frente de Probidsida, ¿han cambiado los estigmas que existen sobre el Sida?

“Los estigmas han cambiado, no es lo mismo que en los años 80 y 90, pero actualmente siguen fuerte. Hay que trabajar con las tabúes en contra de la sexualidad, el error de transmitirlos de generación en generación, tiene que haber un alto”, dice Quintero y añade, “ahora hay mil novelas, los muchachos tienen un bombardeo en la televisión que los lleva al morbo y a tener relaciones sexuales enfermas”.

Deberes de los padres

Es vital que los padres le hablen a sus hijos sobre sexualidad pero para eso tienen que educarse y así brindar la información adecuada. Sobre la ley de educación sexual que se quería implementar por el Meduca, el médico dice estar de acuerdo con que se tiene que implementar una ley sobre sexualidad, “porque si en la casa los jóvenes no reciben respuestas adecuadas, en las escuelas se las deben dar”. Eso sí, considera Quintero, que habría que arreglar algunos aspectos de dicho proyecto. “Está comprobado que las personas que tienen la información adecuada tiene el poder de decir no a las relaciones. Es una estupidez pensar que si le das información sobre sexualidad a un joven lo estás impulsando a tener sexo”, afirma el activista.

Actualmente unas 50 personas son diagnosticadas mensualmente en el Hospital Santo Tomás y en la Caja de Seguro Social.

Con la prevención, “un programa de educación fuerte donde deben interactuar todos los estratos de la sociedad, se evitaría la infección, pues si los muchachos aún con todas las herramientas morales y con valores, deciden tener relaciones sexuales, sabrán que deben utilizar un preservativo”, asegura Quintero.

Por otro lado, con un diagnóstico temprano y con el tratamiento adecuado se logra que una persona no llegue a la etapa Sida, es decir, se bloquean las réplicas del virus y se detiene el avance de la infección del VIH. Estas son las expectativas actuales de un infectado.

Un llamado que Quintero hace a la población es el de realizarse la prueba de VIH como cualquier prueba de rutina. En Probidsida la prueba tiene el costo de B/9.00 como donación y el resultado tarda aproximadamente 48 horas.

“Los pacientes con VIH deben fortalecerse, tienen que conocer al enemigo (el virus) y hacer de él un aliado para poder controlarlo con los tratamientos”, dice. Y, por último, reforzar el equipo de voluntariado para llevar información a la población.

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