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- 02/05/2011 02:00
La llegada de los primeros fríos lleva a que la persona no sude tanto y retenga líquido. Un especialista explicó por qué es saludable reducir la ingesta de cloruro de sodio especialmente en esta época. En nuestro medio y por razones culturales, la sal siempre está presente en la mesa a la hora de comer. Muchas personas, aún antes de probar el gusto de la comida, le agregan sal. Esta práctica en realidad es un reflejo automático que bien puede evitarse, ya que la comida elaborada en casa o en restaurantes suele tener sal incorporarda en cada una de sus recetas y preparaciones. Hay alimentos que tienen de por sí contienen un alto contenido de cloruro de sodio (sal de mesa): éste está presente en las conservas, fiambres, quesos duros, congelados e incluso en postres muy elaborados, tortas industrializadas, facturas y pan. Recientemente, el Ministerio de Salud logró un consenso con la Asociación de Panaderos para reducir la incorporación de sal en la harina del pan, y los proveyó de un medidor especial para la utilización reglada. Un aspecto importante será lograr también un consenso con los locales de comidas rápidas, para que no salen -por ejemplo- sus papas fritas u otros platos si el cliente no lo pide expresamente y entreguen el sobre de sal por separado. Hay que tener en cuenta y reflexionar que, en nuestra dieta ‘normal’, sumando la sal ‘escondida’ en los alimentos elaborados, la añadida en la cocina y la servida en la mesa, el consumo promedio se eleva por encima de 12 grs. diarios, el triple de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud.