La pintura de Armando Seijo arriba al Istmo

Actualizado
  • 14/10/2015 02:00
Creado
  • 14/10/2015 02:00
Hoy se inaugura en la galería Arteconsult la muestra ‘Ladies of the night', una exhibición del artista plástico sevillano afincado en Londres

Cuando Armando Seijo se enteró que vendría al Istmo a exhibir sus cuadros, decidió ir a sentarse frente a la sección tropical de un jardín botánico. Dentro de las 120 hectáreas del Royal Botanic Gardens, Kew, en Londres, hay una sección dedicada a Panamá donde Seijo dibujaría y tomaría fotos de algunas plantas y flores. Una documentación que luego plasmaría en tres lienzos, parte de su exhibición en Arteconsult.

‘Traté de imaginarme la luz —dice el artista plástico a Ego , sentado en la galería local—, la paleta es más de jungla, más salvaje en estas tres piezas'. En una pared lateral cuelga un cuadro donde un lagarto comparte espacio con varias flores blancas conocidas como ‘damas de la noche', una especie de orquídea que florece y muere al día siguiente, representativa de áreas tropicales, y que sirvió para bautizar la primera muestra en el Istmo del artista plástico sevillano afincado en Londres hace 20 años, ‘Ladies of the night'.

Lo mismo hizo con la ‘flor del Espíritu Santo', otro icono de la naturaleza panameña, y en otro cuadro con un jaguar y una mujer que se asoma entre el follaje, para el artista, un guiño a la primera colonización humana que hubo en el continente, aquel acercamiento primitivo a las especies silvestres.

‘(Las obras) están basadas en la realidad, pero luego con el color, marcas, texturas... es un ejercicio pictórico, no una representación fiel de la realidad, es un cuadro, un espacio en el que puedes perderte', advierte el artista dando pistas sobre su estilo pictórico, alineado al expresionismo alemán. ‘Es acogedor, la gente puede tener cierto tipo de respeto o de miedo (a la selva), pero yo la veo como algo apasionante, como un sitio para adentrarte'. Pero aparte de estas tres piezas que Seijo ha bañado con colores incandescentes, la paleta del resto de lienzos nos remite a lo barroco de Diego Velázquez, pero con resultados más contemporáneos, como él mismo dice.

REALISMO MÁGICO SEVILLANO

Su abuelo era torero. Dice y ríe cuando le preguntan si la rama artística es de familia. Sus primeros recuerdos con el arte son un dibujo que su hermana mayor le enseñó —y del que no tiene una imagen precisa— y un telesketch. ‘Pintores así de galerías, reconocidos con renombre y tal, no. Había tradición de pintura en mi casa pero a nivel más personal', señala.

Llevaba años pintando y luego lo llevó al plano académico ingresando a Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, Sevilla. Describe la escena sevillana como buena en aquel momento, aunque reducida; menciona también el Museo de Bellas Artes de Sevilla, vital para conocer la pintura clásica de España, donde están Bartolomé Esteban Murillo, Francisco de Zurbarán, Diego Velázquez y Francisco de Goya.

‘Mientras yo estudiaba la carrera hacía copias, no copia como copista sino analizando cómo pintaban ellos, hacían una capa de un color, luego metían tonos medios... era un ejercicio que me autoimpuse —rememora—. La escuela sevillana es la más tradicional de España, hay un ‘realismo mágico sevillano' que le llaman, que no es igual al realismo mágico de aquí, pero sí consiste en unir diferentes elementos y meterlos todos en el mismo cuadro'.

Esta convergencia de elementos, de movimiento, son fácilmente identificables por el trazo característico del artista. ‘Por ejemplo, los cuadros de músicos que tengo aquí son cuadros que pinto en directo en locales o salas de fiestas, en bares, durante los conciertos, y sí tiene un poco de realismo mágico, digamos, del concepto de agarrar diferentes momentos que van pasando a lo largo de, puede ser, un evento, o varios eventos, y meterlos todos en un lienzo', formula Seijo.

PINCELADAS DE LA NOCHE

El lugar donde reside era antes una fábrica de caramelos. Al este de Londres, está un edificio de 200 habitaciones o estudios donde orbita el arte en la atmósfera y al pie de la torre están las puertas de un club de música llamado Jamboree, donde Seijo llega a pintar con asiduidad. Las situaciones en las que pinta cambian constantemente —afirma— pero la técnica es siempre la misma. En la muestra que inaugura hoy cada cuadro es distinto al otro, tonalidades, sombras, trazos, son como dimensiones insulares en el mismo mar expresionista.

‘Aquí a lo mejor puede dar la sensación de que hay muchos estilos, pero más que estilos me intento adaptar a la situación', esboza Seijo, quien ha sido amadrinado por la empresaria y socialité francesa de origen libanés, Mouna Ayoub. El artista, finalista del Royal Society of Portrait Painters Award, ejemplifica que no es lo mismo pintar a alguien con quien se está dos meses, a una escena que dura cinco horas. Y no hay rutina. Cada instante frente a la tela en blanco es único. ‘Pinto normalmente directamente, me gusta resolver sobre el lienzo', puntualiza.

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‘TOXOPLASMOSIS'

El rasgo contemporáneo

A Armando Seijo le gusta leer sobre ciencia. Una enfermedad que transmiten los mamíferos como el gato, y mata un embrión durante el embarazo de una mujer, captó su atención.

‘Ahora, se ha descubierto que toxoplasmosis es un ser unicelular que se instala en el cerebro del gato, y del ratón (ríe) y de la rata. Pierden el miedo, y se instala justo en el...', pronuncia y pide disculpas por tenerlo todo en inglés en la cabeza. ‘Afecta el lanzamiento de dopamina, con lo que se convierte el ratón o la rata más temerario, sexualmente más activo, no le teme al peligro, y han descubierto que al igual que el ratón o la rata, que son mamíferos, el ser humano también lo tiene. Un tercio del planeta puede estar afectado por él'.

Aún sin montar, hay un cuadro en el que aparece un hombre que se imprime como una especie de autorretrato con un gato encima. Tiene guantes de box. Toxoplasmosis. ‘Hice un cuadro rápido haciendo un ejercicio totalmente nuevo, es el más personal que he hecho aquí (para la exhibición), en el que es todo inventado, basado en ciencia', explica el artista plástico y menciona a Basquiat, por aquella esencia de garabato, de escribir en el cuadro. ‘(Es) más grafitero, más callejero, pero todo eso basado en cosas que me afectan o me impresionan', dilucida. ‘No sé cómo una célula se puede meter en el cerebro de otro animal y vivir su vida, me parece fascinante'.

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