El dolor visto desde su historia cultural

Actualizado
  • 22/08/2016 02:00
Creado
  • 22/08/2016 02:00
El doctor Javier Moscoso explica, desde la historia y cultura, cómo le hemos dado al sufrimiento humano un significado y valor colectivo

Javier Moscoso lleva años estudiando la historia del cuerpo, desde el punto de vista de la filosofía y la historia de la medicina. En años recientes, su interés por saber cómo las personas conseguimos llegar a un acuerdo sobre nuestros asuntos más íntimos, lo llevó a investigar sobre el dolor.

Esto resultó en la publicación de su libro Historia cultural del dolor , el cual lo trajo a la XII Feria Internacional del Libro de Panamá (FIL).

JAVIER MOSCOSO

‘Los seres humanos hemos sido capaces de compartir la experiencia emocional de otros... Incluso la expresión ‘no te puedo decir cómo me siento' es algo que entendemos todos'

FILÓSOFO E HISTORIADOR

Además de la presentación de su libro en el marco de la FIL el pasado viernes, el académico español formó parte de un Café Filosófico organizado por los Amantes de Sofía alrededor del mismo tema.

EL DOLOR SIN PALABRAS

Desde la edad media no consumíamos el dolor en lamedida que lo hacemos hoy, a través de imágenes de enorme violencia o daño físico. Así lo asegura el historiador y filósofo español.

‘Nos encanta recrearnos en ese dolor que no puede ser justificado, esos actos de violencia extrema que ponen en tela de juicio nuestras creencias', dice Moscoso.

A pesar de esto, agrega, la sociedad se muestra cohibida en relación al dolor propio. Esto se refleja de cierta forma en las limitaciones del lenguaje a la hora de expresarlo.

Cuando intentamos hacerlo en palabras, podemos sentir que los demás no nos entienden todo lo que queremos decir, pero según el investigador entendemos lo suficiente.

‘Los seres humanos hemos sido capaces de compartir la experiencia emocional de otros, hasta la de quienes no tienen capacidades verbales, son de otras culturas u otras clases sociales a la nuestra', asegura. ‘Incluso la expresión ‘no te puedo decir cómo me siento' es algo que entendemos todos', asegura.

EL DOLOR DESDE LA CULTURA

El dolor no puede ser catalogado como una experiencia solo de tipo biológico o psicológico, pues comprende ambos aspectos.

‘Es algo que ocurre desde el punto de vista experiencial y afecta todo lo que somos. Las personas que tienen un duelo, incluso el del desamor, la nostalgia o la patria perdida, también experimentan sensaciones físicas', expresa.

Asimismo, existen lesiones que no producen conciencia de dolor y dolores que se ven ante la ausencia de lesiones.

‘Esta línea que hemos querido trazar entre lo físico y lo psicológico es muy ficticia', resalta.

Pero además, el dolor es uno de los elementos constitutivos de la cultura general, considera el autor del libro.

Para ejemplificar menciona que la mayor parte de los rituales de paso desde un punto de vista antropológico implican cierto tipo de recreación del dolor.

En otras palabras,el dolor se aprende y se enseña desde la cultura.

EL DOLOR DE LOS OTROS

Una de las razones por las que nos gusta leer novelas o ir al cine es que experimentamos deleite en la contemplación de las desgracias de otros, vuelve a enfatizar Moscoso.

Aún así, somos capaces de sentir el dolor que no percibimos directamente y, en ocasiones, el que peor llevamos, ‘es el de aquellos que no podemos consolar, de los cuales no podemos responsabilizarnos', sugiere.

En este sentido, destaca que el dolor que experimentan los niños en relación a los problemas de sus padres es uno de los más terribles.

‘La mayor parte de los eventos traumáticos de la infancia provienen muchas veces de que se sienten responsables o parte de un problema para el que no son capaces de ofrecer una solución', agrega.

Esta carácterística convierte el dolor en una experiencia conectiva pues, para Moscoso, no existen las emociones o experiencias privadas, solo las íntimas.

FUTUROS TRABAJOS

En cuanto a trabajos futuros, el filósofo revela que está por finalizar un libro sobre otra de sus líneas de investigación: las pasiones humanas. Dentro de este tema, ha indagado específicamente en la historia de la traición, ‘lo que sienten aquellos que han sido traicionados en sus promesas o esperanzas'. El libro se titulará Promesas incumplidas .

A su vez, le han encargado otro sobre la historia política de los dientes, lo que estos han significado desde el punto de vista de las pasiones, ideas e historias.

‘Los dientes revelan datos sobre la dieta de la humanidad y la historia de la sonrisa', señala el filósofo.

‘En el siglo XVIII, cuando se populariza el chocolate y el azúcar en Europa, las personas no sonreían porque tenían la boca llena de caries', apunta. ‘Los reyes de Francia nunca se hicieron un retrato sonriendo justamente por esto'.

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