‘La animación es la forma más popular de arte'

Actualizado
  • 19/02/2018 01:00
Creado
  • 19/02/2018 01:00
El ‘claymator' israelí Rony Oren opina que la antigua técnica de ‘stop motion' sigue más vigente que nunca.

‘Todo empieza con una pequeña bola', dice el animador Rony Oren a un grupo de jóvenes que le observan en un salón mientras moldea un pequeño trozo de plastilina azul. Con sus delgados dedos sigue amasando el maleable material mientras va explicando cómo se hace un diminuto pingüino. Los jóvenes que acompañan a Oren en el auditorio del Grupo Experimental de Cine Universitario (GECU) son estudiantes y profesionales del cine a quienes les dicta un taller sobre cómo crear personajes en plastilina o claymation dentro del stop motion , una técnica de animación antigua manual que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

UN MUNDO DE PLASTILINA

En su estudio ‘Frame by Frame', Rony Oren crea sus obras

Ha hecho más de 500 cortometrajes animados en arcilla.

Ha escrito e ilustrado más de 30 libros infantiles.

Sus cortometrajes fueron presentados por la Autoridad de Radiodifusión de Israel y seleccionados para su proyección en el Museo de Radio y Televisión de Nueva York y Los Ángeles.

En la actualidad la técnica es muy utilizada en publicidad, series, videoclips y cine. Oren también les muestra algunos de los innovadores cortos que realizan él y sus estudiantes en su estudio independiente ‘Frame by Frame', creado en 1978. Su idea es acercar a la gente por el significado del arte. El artista israelí de 64 años ha dirigido y animado más de 500 cortometrajes y series de televisión basados en figuras de plastilina. Entre las series que ha producido están The Egg (25x25sec), Foxy Fables (13x7), Tales of a Wise King (26x6) y Grabbit the Rabbit (13x7), transmitidos en más de 80 países. Oren produjo más de 85 cortometrajes para Rechov Sumsum y Shalom Sesame , las versiones israelíes de Sesame Street. Además, ha escrito e ilustrado más de treinta libros infantiles, entre ellos la serie de libros ‘Secretos de arcilla para todas las edades', que se han traducido en diversos idiomas. También ha producido comerciales donde aparecen vacas parlanchinas y un loro que habla, sus personajes favoritos para los filmes, junto con el pingüino y la rana. Rony Oren conversó con La Estrella de Panamá sobre la centenaria técnica (se remonta a 1900) que se sigue resistiendo a los embates de la era digital.

A TODOS LOS NIÑOS LES GUSTA CREAR CON PLASTILINA, ¿CUÁNDO NOTÓ QUE LO QUERÍA HACER COMO PROFESIÓN?

Recuerdo que mis padres me decían que había mucho movimiento en mis creaciones, tal vez había algo especial en mí. Profesionalmente, lo empecé a la edad de 22, pero en mis tiempos no había forma de estudiarlo, así que debí aprenderlo por mí mismo. Yo traté y fallé, traté de nuevo y de nuevo hasta que aprendí a hacerlo.

¿Y CUÁL ES LA MAGIA QUE ENCUENTRA EN LA PLASTILINA?

¡Amo tocar el material! La plastilina puedes sentirla, moverla… no es algo que se dibuja, sino que es muy real y sensual. En el estudio también trabajamos con otros materiales para hacer filmes, como el arroz.

¿CUÁL ES EL SECRETO PARA TRABAJAR EL ‘STOP MOTION'?

Es un proceso artístico que requiere mucho tiempo y paciencia. En ‘stop motion' se trabaja por cuadros, entonces las modificaciones para simular el movimiento deben ser muy sutiles para que se vea más real.

¿CÓMO UNA TÉCNICA ANTIGUA PUEDE SOBREVIVIR A LA ERA DIGITAL?

Para un filme combinamos la técnica más antigua pero con la ventaja de las nuevas técnicas. Tú puedes poner un personaje en plastilina en contexto con la animación 3D. Tú tocas el material y disfrutas de ser un creador realmente; la postproducción hoy en día se hace con softwares más modernos. Entonces, esta posibilidad de dos opuestos, lo más antiguo y lo más moderno, crea posibilidades impresionantes. Eso precisamente es lo que atrae a más gente hoy día.

¿QUÉ VENTAJAS TE HA DADO LA TECNOLOGÍA EN EL PROCESO CREATIVO?

Muchos años atrás usábamos cámaras con rollos de película fotográfica y yo tomaba cada cuadro. La primera vez que miraba el movimiento era cuando el material venía de regreso del laboratorio; ahora con los programas, yo hago un cuadro, lo cambio, lo grabo e inmediatamente veo el resultado, entonces puedo perfeccionar la cinta en maneras que nunca pude antes.

¿ENTONCES AHORA EL TRABAJO ES MÁS FÁCIL Y RÁPIDO?

Sorprendentemente, esta técnica me toma más tiempo. Cuando yo hacía la técnica vieja, si no salía perfecto, ¿qué más podía hacer? Eso regresaba tres meses después, entonces lo que pasaba, pasaba, al menos que fuera una catástrofe. Pero si ahora hago algo y no es perfecto, lo hago de nuevo, así que me toma más tiempo, pero el resultado es muy bueno.

CON LAS NUEVAS TÉCNICAS, ¿VALE LA PENA HACER ALGO TAN MINUCIOSO?

Algo que nunca cambia, incluso con las nuevas tecnologías, es que la animación necesita mucho trabajo. No importa si lo haces con manos y plastilina o con la computadora, esto no cambia. El cambio real es que cuando empecé mi carrera el equipo básico para una animación profesional me costaba alrededor de 40 mil dólares, en este tiempo lo que valía una casa; ahora tenemos softwares gratis, cámaras para internet con una resolución alta, así que mucha gente, incluso los niños, puede hacer una cinta profesional casi sin dinero. Una ventaja real de la tecnología es que es accesible a cualquiera que quiera hacer animación.

EN SUS 42 AÑOS DE EXPERIENCIA, ¿QUÉ EVOLUCIÓN HA VISTO EN EL ‘STOP MOTION'?

El cambio es mayormente en la dirección. Ahora es más rápido, más creativo pero la técnica básica realmente no cambió. De cualquier forma, le digo a mis estudiantes que la cosa más importante no es la técnica, sino el contenido; puedes ser un genio en técnica, pero si no tienes nada que decir, entonces, ¿cuál es el propósito de todo esto?

¿LA GENTE APRECIA REALMENTE LA ANIMACIÓN?

La animación es, en mi opinión, la forma más popular de arte porque cruza los idiomas, culturas, edades… ¡Todos aman la animación! Hoy es muy popular y tiene muchos usos, es muy comunicativa. Además, la animación no es un solo arte, es una combinación de dibujar, dirigir, escribir guiones, esculpir y fotografiar.

¿CUÁNTO TIEMPO LE TOMA CREAR UNA PIEZA ARTÍSTICA?

Depende de muchas cosas: el número de personajes y de sets, la complicación del movimiento. Pero generalmente una película siempre toma un par de años o más; los comerciales de medio minuto toman algunas semanas, ya sea en animación computarizada, animación de plastilina o dibujados.

¿CUÁLES SON LOS PASOS DE SU PROCESO CREATIVO?

Depende: si es una película profesional, necesitas una idea, escribes el guión, tienes que ir a buscar una persona que financie la idea y luego pasas al proceso de crear los personajes, diseñar un story board. Si es más experimental, puedes empezar a jugar con el material, experimentar y luego puedes descubrir qué y cómo hacerlo.

AHORA VEMOS QUE EL ‘STOP MOTION' HA TOMADO AUGE EN EL CINE. ¿CREE QUE HA DEJADO DE SER ALGO PARA NIÑOS?

Generalmente la animación es masiva, por ejemplo los ‘Simpsons', en todos los lugares del mundo la gente los ama; pero si es algo más artístico, lo puedes ver mayormente en festivales de animación o en internet, pues tiene un público específico que está buscando cosas más sofisticadas e interesantes y le gusta investigar para ir más profundo en el filme. Yo me dirijo a ambos públicos.

¿QUÉ MENSAJES LLEVA A SU PÚBLICO?

Muchas de mis series están basadas en antiguas historias tradicionales, no solo israelíes o judías, sino también de otras culturas, porque hay mucha sabiduría en ellas. Estoy interesado en el entretenimiento, pero también en dar algo en lo que creo.

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