‘Hechizos de Luz', en la Binal

Para la mujer, que además de escritora es diplomática, la poesía actual es más directa, esa que llama ‘las cosas por su nombre', una idea que la panameña utiliza en las páginas

Luz Lescure (Panamá, 1957) no es una escritora cualquiera: es una poetisa que extrae sus raíces culturales y las hechiza con versos. Sus escritos ‘son parte de mi país. Ando cargando por el mundo, mares, cerros, palmeras...', dice. A pesar de vivir en Suecia, ‘donde los poetas cantan a las tan pronunciadas estaciones', asegura que no ha dejado de sentirse panameña. Con más de 10 obras en sus espaldas, Lescure regresa a su tierra para presentar un conversatorio sobre su poesía. La cita: hoy a las 5:30 de la tarde en la Biblioteca Nacional.

‘Hechizos de Luz' es el nombre elegido para el encuentro literario que será presentado por Leonor Calderón, exministra de Desarrollo Social y experta en políticas públicas enfocadas en la mujer. La actividad acogerá ‘una compilación de poemas que he escrito durante toda mi vida', matiza la escritora que pocas veces ‘ha tenido el privilegio' de presentar su obra a su público. Y es que sus piezas literarias y sus ponencias han llegado a Cuba, Guatemala, Nicaragua y Suecia. ‘Soy una boqueteña que lleva en el alma parte de este pequeño y bello país (Panamá)', suspira.

Para la mujer, que además de escritora es diplomática, la poesía actual es más directa, esa que llama ‘las cosas por su nombre', una idea que la panameña utiliza en las páginas. ‘Escribo para que me entiendan, puede ser un defecto. Decía el gran Oscar Wilde que ‘si quieres ser grande, sé incomprensible' pero no puedo con ello. Lo que quiero es escribir para que me entiendan, escribir para todos', subraya. Trozos de ira y ternura (Ediciones Tareas, 1991); La quinta soledad (Ediciones Tareas, Panamá, 1992); La práctica diplomática (Editorial Piedrasanta, Guatemala, 1994); Añoranza animal (Edit. Serviprensa Centroamericana, Guatemala, 1998); El árbol de las mil raíces (Edit. Serviprensa Centroamericana, Guatemala, 1998) y Volvería a ser mujer (Editorial Arte y Literatura, La Habana, Cuba, 2000) son algunas de sus publicaciones más emblemáticas.

Dicen algunos escritores que hay una conspiración de elementos en contra de la cultura: cierre de librerías, malos escritores, la adicción a la tecnología, nuevos formatos de lectura o falta de tiempo, una premisa que Lescure lamenta. ‘Poca gente lee poesía. Es un mal generalizado. Para muchos, es más importante hacer dinero', enfatiza.

Es la escritura una forma de iluminar al individuo. Y así, verso a verso, transformar las épocas. ‘Grandes movimientos en el mundo se han debido a escritores. Un buen escritor puede inspirar y hasta hacer que se generen cambios en la sociedad. La Biblia y el I-Ching son prueba de ello. Son formas avanzadas de comunicación humana y han incidido en la historia de las civilizaciones', explica.

La voz de los poetas siempre ha estado en los libros. Ellos son ese espíritu libre capaz observar y ensalzar la vida. ‘No podemos vivir sin la poesía. ¡¿Qué sería de los seres humanos sin esos locos que son capaces de hablar de atardeceres rosa y sonrisas de amanecer?! Creo que para escribir poesía hay que estar un poco loco y la ventaja de los poetas es que lo reconocemos', bromea.

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