Toledo, más que una imponente ciudad amurallada

Actualizado
  • 17/06/2019 02:00
Creado
  • 17/06/2019 02:00
La capital de Castilla - La Mancha, España, atesora un importante acervo histórico y cultural. Recibe a miles de turistas que anualmente pasean curiosos y expectantes por sus calles

Durante nuestra estancia en Madrid nos aventuramos a transitar los caminos de Toledo. La capital de la región de Castilla - La Mancha, una de las grandes referencias turísticas de España y escenario de algunos pasajes eternos de Miguel de Cervantes con ‘Don Quijote de la Mancha', nos recibe con los brazos abiertos para respirar y palpar su historia, luego de trasladarnos a solo 70 kilómetros desde Madrid.

El Puente de San Martín, obra insignia del siglo XIV, deja ver a nuestro paso los cinco arcos que lo constituyen, dominantes e imponentes sobre las aguas del río más largo de la península Ibérica.

Ya pasadas las 10 de la mañana, el clima no pesa. Recién inicia el verano y una larga caminata nos eleva a la antigua ciudad amurallada, bañada en sus alrededores por el río Tajo. Desde lo alto de una gran colina, es posible divisar entre verdes y azules, la planicie desde la cual emergen algunas residencias, comercios y alojamientos.

Al adentrarnos en el casco antiguo, nos recibe la plaza Zocodover, un punto importante de referencia en los tiempos medievales y donde en estos tiempos, clonfluyen caminantes provenientes de diversas latitudes que congestionan y dan movimiento a los comercios y restaurantes del sitio.

Nuestro destino es la Catedral de Santa María, ancla de la ciudad y símbolo de la predominancia del catolicismo. Un templo cuyos muros comenzaron a edificarse en el siglo XII. Durante el trayecto, andamos entre estrechos y empinados laberintos y callejones, fieles guardianes de la arquitectura de la época, bañados de pintorescos balcones. Es una fiesta que recuerda la mezcla de las tres culturas que alguna vez dieron vida al lugar: cristiana, árabe y judía.

Avanzando en las pendientes, en el centro histórico toledano, entre suelos adoquinados, la multitud invita a apresurar el paso y así nos desplazamos desde la llamada calle del Comercio de Toledo, que se extiende desde el final de la Plaza de Zocodover y termina en la catedral, siendo una de las más largas en la localidad. Allí los torreones se funden con las flores y la herrería forjada de algunas fachadas.

Ya al ingresar a la también denominada Catedral Primada de Toledo, es notable la magnificencia arquitectónica de esencia gótica; el silencio y la precaria luz del lugar, son solo interrumpidos por las voces de quienes guían a decenas de visitantes que admiran curiosos cada detalle. En esta sede de la Archidiócesis de Toledo, se encuentra el cuarto del Tesoro donde yace la Custodia de Enrique de Arfe, una obra imponente y ejecutada por Enrique de Arfe, platero de origen alemán, entre 1515 y 1523.

Según datos oficiales, esta creación cuenta con 309.5 centímetros de altura, es de plata dorada y está concebida como una torre gótica de planta hexagonal: ‘En el basamento, un friso quebrado nos ofrece, en sus entrepaños rectangulares, los relieves en plata dorada de El Prendimiento de Jesús, San Pedro cortando la oreja a un soldado, Cristo azotado, Jesús camino del Calvario, El Llanto sobre Cristo muerto y la Resurrección. En los netos, en sus caras internas, se efigian en plata en su color los profetas Amós, Oseas, Miqueas, Sofonías, Nahúm, Habacuc, Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías, Joel y Jonás'.

Para viajar a España es posible volar desde el Aeropuerto Internacional de Tocumen a través de Air Europa. La aerolínea cuenta con cuatro frecuencias de vuelo semanales que conectan el Itsmo con el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas.

María Teresa Gómez, una simpática española que conoce el templo como la palma de su mano, confiesa que esta joya ‘es de una solemnidad y belleza extraordinarias. La custodia la hace a principios del siglo XV un artista alemán, que permanece en España y llega a fundar toda una familia de orfebres, que tienen obras en Málaga, Córdova y en todas las grandes catedrales de España'.

‘Pesa 200 kilogramos. Todo es plata dorada, decorada con piedras preciosas y perlas. Una obra de valor incalculable, tanto económico como artístico', comenta.

Más adelante, avanzamos hacia El Altar Mayor, una creación majestuosa cuyo retablo se levanta en no menos de 10 metros de altura, elaborado en madera policromada a finales del siglo XV y principios del XVI, que representa la vida de Jesús desde su nacimiento hasta la crucifixión.

‘Todo este trabajo de escultura es extraordinario y corresponde a 27 artistas de cinco países europeos', explica Gómez. En efecto, su construcción duró seis años (1498-1504) y en ella se articularon grandes escultores de la época como Felipe de Bigarny, Diego Copín y Sebastián Almonacid, siendo dorado y policromado por Francisco de Amberes y Juan de Borgoña.

En La Sacristía, espacio museístico y religioso, nos topamos con un fresco del pintor barroco Luca Giordano (siglo XVII), de más de 400 metros cuadrados, que representa el descenso de la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso, patrón de Toledo.

En el lugar destaca ‘El Expolio', obra pictórica de El Greco, ejecutada por encargo del Cabildo y enmarcada en un retablo de mármol y bronce realizado en 1798, que sustituyó al realizado por el mismo Greco. Los trazos del artista muestran en un óleo sobre lienzo, a un Jesucristo envuelto en ropajes de color rojo sangre, rodeado de hombres dispuestos a desnudarle.

Actividad comercial

Al abandonar el templo, continuamos el trayecto que nos llevará a algunos comercios populares de Toledo. Ropa, bares y algunas farmacias están presentes en el camino. El mazapán, dulce toledano por excelencia, abunda en las tiendas. Su receta a base de almendras y azúcar, no solo le ha dado popularidad sino que ha permitido incorporar a su elaboración elementos como el coco, el chocolate y frutos secos. Actualmente se exporta a numerosos países y es común ver a los turistas portando bolsas de las populares confiterías.

El damasquinado, que da vida a las artesanías que combinan el hierro con el oro es común y uno de los mayores atractivos comerciales. Se trata de un trabajo de artesanía mediante el cual se realizan figuras y dibujos con la incrustación de hilos y láminas de oro y plata en acero o hierro, normalmente pavonado. El nombre hace referencia a la ciudad siria de Damasco.

Antes de partir, precisamos asistir a la parroquia de Santo Tomé de Toledo, lugar que resguarda ‘El Entierro del Duque de Orgaz' (1586), una de las obras más importantes de El Greco, resguardada en una capilla aneja con acceso a la calle y admirada como una obra maestra de la pintura mundial. Doménikos Theotokópoulos es considerado uno de los mayores exponentes del arte. Algunas de sus memorias reposan en Toledo, y ésta de manera especial, atrae a centenares por su valor histórico. En un óleo manierista, el artista realizó un encargo cuyo objetivo era representar ‘un milagro' que en aquel momento existía en la memoria popular toledana: el descenso del cielo de San Agustín y San Esteban, para enterrar el cuerpo del señor Orgaz.

La magia de Toledo desborda frente al sentimiento de quienes la descubren por primera vez, por algo fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad el 26 de noviembre de 1986, durante la Décima Sesión del Comité para el Patrimonio Mundial.

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