Educación en casa, un estilo de vida moderno que impulsa el aprendizaje

Actualizado
  • 02/04/2020 06:47
Creado
  • 02/04/2020 06:47
A día de hoy, la educación tradicional en el aula de clase se ve desafiada por la que se imparte en la sala o el comedor del hogar, donde niños y jóvenes exploran sus intereses y desarrollan sus habilidades de manera más intuitiva que en un grupo de 30 o más compañeros

Tener a los hijos en casa todo el día puede ser un paraíso para los padres, durante vacaciones y fines de semana cuando se tiene un poco de descanso para pasar el mayor tiempo posible con los herederos y divertirse sanamente, hasta el momento en que deben regresar nuevamente a las aulas de clase y se note su ausencia por alrededor de seis a ocho horas diarias.

El 'homeschooling' o 'unschooling' ha ganado notoriedad entre grupos de padres de familia desalentados por el sistema escolar obsoleto de algunos países.

Pero cuando los niños deben estar en casa –que a la vez hace de salón académico–, los esfuerzos por dividir el tiempo de esparcimiento y el tiempo laboral se pueden llegar a complicar. Expertos y estudios han confirmado que aplicar el 'homeschooling' (educación en casa, por su traducción del inglés) o 'unschooling' (educación sin escuela,por su traducción del inglés) son opciones para estimular el aprendizaje de los hijos que cursan desde primaria hasta secundaria, sin necesidad de acudir a un instituto educativo.

Antes de decidir cuál aplicar en el hogar es necesario diferenciar ambos términos, ya que el 'homeschooling' engloba la educación que dan los padres a los hijos siguiendo un plan académico dado por una entidad educativa de su país, además de guiarlos a aprender de todas las asignaturas que les atraigan. Por otro lado, el 'unschooling' o educación autónoma, no se rige por un plan de estudios certificado y establecido por etapas, sino que los padres actúan como facilitadores en los temas en los que sus hijos están interesados, sin una guía específica y al ritmo que deseen, según explica el sitio web de familias 'unschoolers', El diario de la educación.

En la actualidad, la educación autónoma debe considerarse como un método de aprendizaje positivo y de crecimiento para los hijos.
Planificación y adaptación

Hacer la transición de los hijos del colegio a una educación libre y adaptada a sus comodidades no es una decisión que se puede tomar a la ligera. Muchos padres que educan autónomamente o según planes educativos predeterminados aseguran que es necesario consultar con la pareja antes de escoger alguna de las opciones a la carta.

“Los padres que no escolarizan a sus hijos actúan como facilitadores, proporcionando una variedad de recursos, ayudando a sus hijos a acceder, navegar y dar sentido al mundo, ayudándolos a crear e implementar objetivos y planes para el futuro inmediato y lejano”, explica la madre y educadora en casa Tere Garduza en el sitio web Educación en Casa.

Además, para llevar a cabo alguna de las dos opciones educativas, se debe considerar que alguno de los padres deje de trabajar o compagine su vida laboral con la familiar y el aprendizaje de los niños.

En el caso de la médica española Esther Querol Navaz, aplica el teletrabajo en horas tempranas de la mañana mientras su esposo acude a su trabajo regular de oficina, luego sus cinco hijos e hijas realizan diversas actividades por separado que cumplen sus horas de aprendizaje: “No tenemos clases por asignaturas, sino que cada niño sigue sus propios intereses y va avanzando según su ritmo. Todos han aprendido a leer, y matemáticas básicas”, comenta al diario español El País.

Para Navaz, llevar a cabo la educación en casa no resultó fácil, sin embargo, asegura en la publicación: “La clave es estar mucho con los niños: cuanto más tiempo dedicas a estar con tus hijos, menos gastas”. Ella, como muchas otras madres y padres de familia, entiende que es una vía un tanto costosa, pero con el correcto manejo de clases y distribución de horarios y prioridades, es posible de hacer permanentemente –y de manera más económica que un colegio normal– hasta acabada la secundaria.

En Australia, donde la educación en casa es legal, existen más de 20 mil menores que la aplican, según datos de entidades gubernamentales.

Lehla Eldridge-Rogers, madre de tres, escritora e ilustradora, define en su blog Unschooling the Kids, la manera en la que los niños suelen aprender durante el 'unschooling': “Ellos aprenden de nosotros y nosotros aprendemos de ellos; mis tres niños son más rápidos en las redes sociales que yo, por lo que el aprendizaje fluye de un lado a otro. Se equipan con lo que quieren saber o lo que necesitarán para el futuro”.

Las razones por las cuales las familias deciden utilizar estas alternativas académicas pueden ser varias: desde el rechazo a un sistema educativo obsoleto, hasta la protección de los hijos ante situaciones de bullying, acoso, desvalorización de la inteligencia o competencia insana. Para varios padres, la educación en casa y la autónoma fortalecen la unión familiar y el apego emocional de hijos a padres, que muchas veces puede disminuir durante la adolescencia; asimismo, es una manera de motivar los intereses y sueños de los hijos, sin exponerlos a problemas en el colegio.

Respaldo legal

Pese a que esta alternativa le ha hecho bien a muchas familias alrededor del mundo, mayormente en EEUU y Reino Unido, cunas de la medida educativa hogareña, otros países han limitado –e incluso prohibido– su aplicación, con algunas excepciones específicas. Dinamarca, Irlanda, Rusia, Portugal, Francia, Noruega o Polonia son algunos ejemplos de países que presentan la alternativa de forma legal en sus constituciones y sistemas educativos nacionales, sin embargo, Australia, Bélgica, Colombia, Honduras y Canadá presentan restricciones y evaluaciones obligatorias cada ciertos años para probar la efectividad de la educación en casa y los efectos de esta en los comportamientos de los jóvenes.

Actualmente, en Panamá, la medida de escolaridad en casa no está avalada por el Ministerio de Educación (Meduca), aún así, existen grupos de padres de familia que muestran apoyo entre sí con recomendaciones de colegios en el exterior que ofrezcan certificaciones que demuestren el avance de aprendizaje del menor y se puedan convalidar en entidades educativas del país, para no truncar la educación en casa.

Creatividad y disciplina

Para tener éxito en el camino educativo de los hijos se requiere de una constante renovación, evolución y creatividad al momento de impulsar la retención de información y conocimientos, además de presentar los temas de interés de manera entretenida, evitando por completo la rutina monótona que pueda desalentar el proceso.

Amelie de Marsily, directora del Center for Health, Well-Being & Happiness de IE University, destaca al medio El Tiempo algunos consejos para estudiar en casa sin mayores complicaciones, incluyendo: establecimiento de horarios como si fuera una clase presencial en el colegio, organizar descansos entre las actividades, e intervenciones cada 25 minutos en caso de que el estudiante se preste a distracciones o requiera de un ambiente estimulante para continuar.

Indudablemente, para hijos que mantengan una abierta interacción con amigos, estudiar en casa podría representar una limitación y un retraso en las habilidades de socialización, lo que confirma el profesor escocés Athole McLauchlan –padre de una niña de 7 años y un niño de 10–, quien ha estado trabajando desde su hogar tras el cierre de colegios en Reino Unido por la reciente pandemia del coronavirus. “El tiempo de interacción personal es la mayor pérdida para los niños, extrañan a sus amigos y la dinámica social de la escuela, que es imposible de replicar en casa o en aplicaciones como Zoom. También sienten el aislamiento, aburrimiento y la frustración, por lo que intentamos hacer tantas actividades análogas como sea posible”, comenta a CNN.

Pese a no ser un educador en casa, ya que sus hijos asistían a colegios regulares, sugiere a los padres que se han visto en la posición de afrontar esta medida en tiempos actuales, mantener la constancia y el interés por lo que aprendan sus hijos, no necesariamente de una manera sistemática. “Está bien tener días malos, sentirse culpable, darse cuenta de que has descuidado a tus hijos durante tres horas. No está bien si sigues haciéndolo todos los días. Pero no te castigues ni esperes que la experiencia de aprendizaje en el hogar sea perfecta”.

Eldridge-Rogers señala en el sitio web Unschooling the Kids una manera de visualizar la educación en casa y la autónoma: como un pastel. En el pastel imaginario que plantea la escritora existen seis pisos, siendo el primero la cocina, seguido de la matemática, la lectura, la lógica, las ciencias y, por último, la socialización y la colaboración. Los describe como una receta que los hijos tendrán que seguir paso a paso, como si fueran a hornear el pastel, y al mismo tiempo representa su aprendizaje que considera “rara vez lineal”.

“Este pastel representa una forma en que nuestros hijos aprenden, aprendieron principalmente a través de la vida, no hay un tema para aprender a la vez, el aprendizaje ocurre de muchas maneras”, explica la educadora; “los niños con los que he estado rara vez están compartimentados, una cosa lleva a la otra, el aprendizaje ocurre orgánicamente. Todo el tiempo, incluso cuando crees que no está sucediendo”.

En la creatividad, paciencia e innovación que requiere plantear una organización de educación autónoma se debe tener en cuenta la observación, más que la intervención en los procesos que adquieren los niños y jóvenes para llegar a una meta en conocimientos.

“Los niños siguen aprendiendo si están en la escuela o no, están diseñados para aprender, aprenden a caminar, a hablar, a comer, a ir al baño”, indica Eldridge-Rogers, “aprenden todas estas cosas de forma natural y cuando, fuera del sistema escolar, el aprendizaje no se detiene, sino que continúa”.

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