Osvaldo Sempris Sotillo 'nunca se rindió' ante las trabas en el mundo musical

Actualizado
  • 11/04/2020 00:00
Creado
  • 11/04/2020 00:00
Ricardo Risco Cortés, director asistente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Panamá rememora los aportes del maestro, fallecido el pasado lunes 6 de abril

“Me encargó que le hiciera una obra para el ensamble de percusión que tenía. Aparte de su extraordinaria dedicación a la docencia, siempre estuvo interesado en que la música profesional panameña se escuchara, y para ello encargaba obras que él mismo tocaba. Fue un gran promotor de la música nacional”, así recuerda Ricardo Risco Cortés, director asistente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Panamá, a Osvaldo Antonio Sempris Sotillo, profesor y músico panameño.

Osvaldo Sempris Sotillo 'nunca se rindió' ante las trabas en el mundo musical

Sempris falleció el pasado lunes a los 54 años de edad. No fue solo un maestro de la percusión, era un incansable transmisor del valor cultural y social de la música, tanto a los profesionales como a las nuevas generaciones.

Risco, quien lo conoció en el año 2000, trabajó con el maestro en la Sinfónica Nacional de Panamá y en el Conservatorio Nacional de Música. “Desde los primeros días en que nos relacionamos me externó esto que ya estaba haciendo desde antes que yo regresara a Panamá, los campamentos y orquestas musicales juveniles. Como él sabía que a mí también me interesaba todo ello, me invitó a participar”.

Al desaparecer físicamente un gran exponente de la música, con alto valor sociocultural, como el percusionista Sempris, surge una mezcla de estupefacción y resignación. Su música ha llenado espacios en la vida de muchos, ha levantado ánimos, ha forjado y ayudado a materializar sueños y anhelos. No habrá más conciertos suyos a los que acudir. Ante este mundo de emociones y pensamientos nace una estrella que, con su luz, su legado musical, continuará guiando e inspirando a muchos.

Sempris nació el 20 de enero de 1966; el reconocido maestro Emilio Sempris Level (su padre) trató de instruirle con el clarinete, pero Osvaldo Sempris demostró su amor por la percusión, al aprender a tocar la caja en la banda de guerra de la Guardia Nacional. Estudió en el Instituto Nacional de Música, y de ahí ingresó a la banda de música de las Fuerzas de Defensa; esta fue su primera gran experiencia como músico, ya que se destacó muy bien en la percusión. Descrito como un extraordinario artista, maestro de la percusión, gran amigo, patriota y digno representante de la cultura de Panamá, su colega Rommel Charpentier resalta que, gracias a su inmensa pasión por la música, dedicación y esfuerzo, llegó a tocar casi todos los instrumentos de percusión y alcanzó muchas de sus metas personales y profesionales.

Fue secretario general de la Asociación de Profesores del Instituto Nacional de Cultura, también perteneció a la Orquesta Sinfónica Nacional (como percusionista) y a la Orquesta Sinfónica Mundial (invitado en dos ocasiones). Estuvo como director de la banda de música sinfónica del Municipio de Panamá.

“Él nunca se rindió. Hay que resaltar su constancia en los diversos proyectos que lideraba. Con lo difícil que es conseguir apoyo en Panamá, también es fácil rendirse, pero Osvaldo jamás se rindió. Desde que lo conocí, hasta que por culpa de su enfermedad no pudo seguir, siempre estuvo allí, queriendo hacer muchas actividades para la juventud”, señala Risco. “Entendía que los jóvenes aunque no se dediquen a la música, deben tenerla como parte de su vida. Comprendía claramente el valor de la música en la formación integral, pues es una actividad que les da disciplina, es una forma de expresarse. Con este enfoque buscaba ayuda en todas partes para cumplir con los proyectos”, añade.

Gracias a su trabajo, fue elegido en varias ocasiones para participar en festivales de orquestas juveniles internacionales, en países como Puerto Rico, Colombia y Venezuela. Su colega Charpentier reseña que Sempris también fue profesor y director del Instituto Nacional de Música (Conservatorio Nacional de Música), momento en el cual, junto con otros profesores o colegas, planearon crear el Sistema Nacional de Bandas, Orquestas y Coros.

Gracias a su experiencia con diferentes orquestas internacionales juveniles, fundó en 1996 este ingenioso sistema en la república de Panamá; en estos campamentos llegaron a reunir hasta 1,500 jóvenes en solo uno de ellos, interpretando música de calidad.

Ante su fallecimiento, el ministro de Cultura, Carlos Aguilar Navarro, resaltó los atributos como ser humano y prolijo trabajador de la cultura, destacando sus aportes como educador y miembro permanente de la Orquesta Sinfónica Nacional.

En su acervo musical también figura su liderazgo en las bandas de música de los colegios Alberto Einstein, Las Esclavas, además fungió como director y fundador de la banda de música del colegio Nuestra Señora de Lourdes.

“Panamá ha perdido a un excelente músico en todos los sentidos, como ejecutante y como educador. A un gran promotor de la música, y a una persona que siempre quiso apoyar y dar lo mejor de sí a la juventud”, indica Risco. Su música vivirá por siempre.

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