La desinformación y su impacto en un escenario de pandemia

Actualizado
  • 30/03/2021 00:00
Creado
  • 30/03/2021 00:00
Con la crisis sanitaria se ha hecho presente la desinformación, que ha generando muchas veces desconcierto y además ha repercutido en la toma de decisiones en torno al consumo de medicamentos y la vacunación
La desinformación ha creado preocupación global sobre los síntomas secundarios de las vacunas.

Aunque las vacunas aprobadas tras numerosos ensayos clínicos como la principal vía para enfrentar la crisis sanitaria de la pandemia ya son parte de las políticas de salud pública de algunos países, la difusión de noticias falsas en plataformas digitales no ha dejado de tener un impacto en este escenario.

En febrero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que nos enfrentaríamos a una época de 'infodemia', dado que la desinformación sobre la covid-19 y su tratamiento desataría una guerra digital desde las redes sociales hasta los medios de comunicación oficiales, un fenómeno que, pese a ser común cuando se descubre una nueva enfermedad o problema de afectación mundial, en la era digital se expande con mayor facilidad.

Sylvie Briand, directora de Gestión de Riesgos Infecciosos del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, indicó a la revista médica británica The Lancet: “La diferencia ahora con las redes sociales es que este fenómeno se amplifica, va más rápido y más lejos, como los virus que viajan con las personas. Por lo tanto, es un nuevo desafío, y lo que está en juego durante un brote es asegurarse de que las personas hagan lo correcto para controlar la enfermedad o para mitigar su impacto. Y no es solo proveer información para asegurarse de que las personas estén informadas; también es asegurarse de que las personas estén informadas para actuar de manera adecuada”.

A raíz del auge de la desinformación con respecto a la pandemia del nuevo coronavirus, la OMS junto con diversas redes sociales como Facebook, Twitter, TikTok y Youtube crearon espacios de reconocimiento de palabras clave, como explicó a The Lancet, Aleksandra Kuzmanovic, gerente de redes sociales del departamento de comunicaciones de la OMS: “Nos aseguramos de que, sin importar dónde viva la gente cuando están en Facebook, Twitter o Google, buscan 'coronavirus' o 'covid-19' o algún término relacionado, tienen un recuadro que los dirige a una fuente confiable: ya sea al sitio web de la OMS, a su ministerio de salud o instituto de salud pública nacional, o al sitio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades”.

Vacunas y 'fake news'

Estos esfuerzos se han duplicado desde la llegada de las vacunas a diversos países alrededor del mundo, donde aún se perciben noticias falsas con respecto a sus efectos secundarios, que afectan la toma de decisiones del público, según explicó la revista especializada The Royal Society Publishing en un estudio realizado por los investigadores Jon Roozenbeek, Claudia R. Schneider, Sarah Dryhurst, John Kerr, Alexandra LJ Freeman, Gabriel Recchia, Anne Marthe van der Bles y Sander van der Linden, bajo el título 'Susceptibilidad a la desinformación sobre covid-19 en todo el mundo', publicado en octubre de 2020, el cual encontró que “una mayor creencia en la desinformación sobre el virus se asocia consistentemente con una menor disposición a vacunarse”.

El estudio científico de The Royal Society Publishing arrojó en sus resultados que existe una mayor susceptibilidad a la información errónea, lo que afecta negativamente el cumplimiento de las personas con las pautas de salud pública sobre la covid-19, “así como a las personas y su voluntad de vacunarse contra el virus y recomendar la vacuna a familiares y amigos vulnerables”.

La muestra del estudio llevado a cabo en países como España, Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos indicó que “en cada país encuestado se encontró que una mayor confianza en los científicos y tener mayores habilidades numéricas se asociaron con una menor susceptibilidad a la información errónea relacionada con el coronavirus”.

En una publicación al respecto, el medio investigativo The Conversation indicó que estos hallazgos se reafirmaron más tarde en el estudio 'Las redes sociales y las dudas sobre las vacunas', publicado en la revista especializada British Medical Journal (BMJ) y desarrollado por los investigadores Steven Lloyd Wilson y Charles Wiysonge en 2020. Es este se encontró una relación significativa entre las campañas de desinformación y la disminución de la cobertura de vacunación.

Los hallazgos del estudio son relevantes en el contexto de la pandemia del nuevo coronavirus, dado que las vacunas en desarrollo requerirán su despliegue a nivel mundial en miles de millones de personas durante el próximo año. “Los formuladores de políticas deben comenzar a planificar ahora las formas de trabajar en contra de los patrones encontrados en este estudio, es decir, exigir que las empresas de redes sociales sean responsables de eliminar el contenido anti-vacunación”.

Los rumores

La difusión de información falsa sobre las vacunas contra el nuevo coronavirus han incluido temas como la afectación de la fertilidad en las mujeres, problemas en el desarrollo del embarazo, hasta la implementación de chips microscópicos para el monitoreo de la ciudadanía, que se añaden a las teorías conspirativas que grupos antivacunación han incluido en sus narrativas a través de las redes sociales.

La desinformación y su impacto en un escenario de pandemia

En cuanto a los rumores sobre la afectación a las embarazadas, estos fueron descartados tras la publicación del estudio 'Respuesta a la vacuna covid-19 en mujeres embarazadas y lactantes: un estudio de cohorte' (Covid-19 vaccine response in pregnant and lactating women: a cohort study, título original), en el American Journal of Obstetrics and Gynecology el pasado febrero, el cual reveló la efectividad de las vacunas Pfizer y Moderna, respectivamente, en mujeres embarazadas y lactantes, tras el reporte de una mujer embarazada y vacunada contra el nuevo coronavirus que dio a luz a un bebé con anticuerpos en Florida, Estados Unidos.

Por su parte, el medio estadounidense The Washington Post indicó el pasado febrero que a medida que aumenta el despliegue de la vacuna contra el nuevo coronavirus en Estados Unidos, “las mujeres en edad fértil se han convertido en un obstáculo sorprendente para los esfuerzos por detener la pandemia mediante el logro de la inmunidad colectiva”, esto refiriéndose a la ola de desinformación en redes sociales que indica que “la inyección podría hacer que el sistema inmunológico ataque la placenta, lo que podría provocar un aborto espontáneo e infertilidad”, un rumor que ha sido descartado, según dijo al medio estadounidense Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud.

“Hay historias en internet sobre cómo la vacunación puede provocar infertilidad. No hay absolutamente nada cierto en eso. Pero cuando miramos a las personas que expresan dudas, en muchos casos se trata de mujeres en edad fértil”.

Asimismo, la agencia de noticias internacional AFP señaló en una publicación que la información falsa acerca de la modificación del ADN y riesgo de generar problemas autoinmunes eran infundamentadas científicamente, según indicó Roselyn Lemus-Martin, doctora en biología molecular por la Universidad de Oxford e investigadora de vacunas y tratamientos contra la covid-19. “No hay evidencia científica que demuestre que las vacunas de ARNm generen enfermedades autoinmunes o cáncer”, apuntó.

“Por el contrario, esta tecnología podría ayudar como terapia para tratarlas. Esa es la siguiente etapa de este tipo de vacunas”.

A medida que la pandemia continúa causando estragos en todo el mundo, el lanzamiento exitoso de una vacuna es de vital interés para la comunidad mundial. En una investigación realizada por The Conversation, se destacó que “la prevención de la propagación de información errónea sobre el virus y las vacunas que se han desarrollado contra este es un componente crucial de este esfuerzo” y que aunque no es posible vacunar a todos contra la información errónea de forma permanente, “si suficientes personas han obtenido un nivel suficiente de inmunidad psicológica a la información errónea, las noticias falsas no tendrán la oportunidad de difundirse tan lejos y tan ampliamente como lo hacen actualmente. Esto ayudará a detener el alarmante crecimiento del sentimiento anti-vacunación en internet”.

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