Los educadores de museos, figuras clave cuyo rol reclama visibilidad

Actualizado
  • 18/05/2021 00:00
Creado
  • 18/05/2021 00:00
Para celebrar el Día Internacional de los Museos destacamos la importancia de las figuras que sirven de guía para propiciar una relación estrecha con estos espacios. La falta de profesionalización de este cargo ha afectado los museos en la región iberoamericana
En Panamá, la profesión de estos educadores no se encuentra registrada ni reconocida en las casas de estudio.

Cada 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos, establecido por el Consejo Internacional de los Museos (Icom, por sus siglas en inglés), y que en su edición 2021 se enfoca en el mensaje 'El futuro de los museos: recuperar y reimaginar', que impulsa la perspectiva social de los museos como agentes de cambio, en medio de la pandemia.

Frente a la importancia de los museos como espacios de conocimiento, aprendizaje e historia, también se destaca la profesión de los educadores de museos, aquellos que planifican el departamento educativo y fungen como guías para los visitantes de estas instituciones culturales.

Pese a su rol, la profesión de estos educadores se encuentra rezagada en países de la región, lo que afecta directamente el crecimiento de los museos en sus diversos géneros.

“Ha llegado el momento de repensar nuestra relación con las comunidades a las que servimos, de experimentar con modelos nuevos e híbridos, de consumo cultural y de reafirmar con fuerza el valor de los museos para la construcción de un futuro justo y sostenible”, señala el Consejo Internacional en su mensaje anual. Además de propiciar una mejor plataforma de interés para los museos, se debe promover la titulación oficial de la profesión del educador de museo, la cual es muchas veces ignorada por falta de conocimiento.

Los educadores de museos comparten una característica importante: no responden a un perfil único. Según la investigación de la investigadora y educadora María Vidagañ Murgui, 'Educación y Futuro 20' (2020), los educadores de museos se caracterizan por “proceder de formaciones y experiencias diversas en su práctica educativa”.

La falta de profesionalización de este cargo ha afectado los museos en la región iberoamericana, como destaca Vidagañ, ya que la mayoría no cuenta con una estabilidad laboral dentro de la institución.

“Para que realmente exista una profesionalización de los educadores y educadoras de museos, estos deberían pertenecer a la plantilla del museo, con un contrato y un sueldo que les permitiera dedicarse tiempo completo a su trabajo de educador”, señala la investigadora, “ya que las funciones que garantizan una práctica educativa de calidad son múltiples: la investigación, el diseño de las propuestas educativas, la formación continua y el contacto con el público”. Asimismo, expertos indicaron en la investigación la relación positiva entre los equipos educativos y la provisión de una formación inicial diversa (bellas artes, educación, historia del arte), puesto que esta interdisciplinariedad “proporciona mayor riqueza en las propuestas educativas”.

En España, la Universidad a Distancia de Madrid (Udima) ofrece el curso virtual de 'experto educador en museos' el cual se enfoca en la formación de “un carácter multidisciplinar”, clave importante debido a la dimensión pedagógica y de formación continua que están cobrando los museos y cuya demanda no puede ser atendida exclusivamente por funcionarios, becarios o personal eventual.

Sin embargo, en países como México, Argentina y Panamá, esta profesión no está consolidada en las casas de estudio superiores o en la titulación profesional de cargos laborales, lo que limita su oferta, a pesar de la alta demanda de los museos.

El rol de la educación museística

Pese a la falta de una oferta sustanciosa de profesionales para los museos, su rol no deja de ser una pieza vital en la organización de planes educativos, culturales y sociales para las diversas temporadas. “Los proyectos educativos que se desarrollan en los museos tienen el deber social de establecer modos de relación con el visitante en los que el conocimiento se construya de manera democrática”, comentó al diario español El País la jefa del área de educación del museo Reina Sofía (Madrid), María Acaso, “el vínculo por venir en la educación artística será virtual y saldrá del museo, aunque jamás podrá sustituir la participación presencial”.

Para la antropóloga especializada en museología Mónica Miguel: “La clave de la expansión de esta profesión es entender que los museos ya no son las galerías de curiosidades del siglo XIX, ni un espacio frío en el que el visitante no interactúa con aquello que se presenta a sus ojos”.

“Los museos deben ser, más allá de un contenedor de piezas, un espacio de interacción y reconocimiento del visitante con aquello que forma o ha de formar parte de su acervo identitario”, señaló, “y esto solo se logra a través de mecánicas y dinámicas específicamente preparadas para cada museo y cada colección, por parte de los departamentos y gabinetes de didáctica que estas instituciones deberían tener y, en los museos estatales panameños, no existen”.

En este sentido, la directora del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), María Lucía Alemán, apuntó a este diario que al museo convertirse en un apoyo comunitario en medio de la pandemia, “es prioritario dar servicios a través de la educación no formal”.

Es decir, el despertar de la curiosidad, el pensamiento crítico y la asimilación de información que son impulsados por facilitadores en los museos.

Un camino de retos

Si bien, la educación museística tiene la capacidad de transformar mentes, tanto Miguel como Alemán coinciden en la necesidad de “personas idóneas, formadas y capacitadas en el país” para el enriquecimiento cultural.

“Tenemos un potencial inmenso en la educación no formal, pero no lo estamos explotando”, anotó Alemán, “desde el MAC hemos recibido visitas de los médicos del Instituto Oncológico Nacional, lo que es muy especial, porque nos hace ver que no somos una plataforma únicamente artística, sino que servimos de enlace educacional para otros actores de la sociedad”.

Entre los obstáculos que se destacan para el crecimiento de este oficio, Miguel puntualizó “la nula atención y el escaso interés de los gobiernos”.

La invisibilización de estos profesionales ha pasado por cada administración, lo que la antropóloga indicó como un “desprecio del riquísimo patrimonio histórico y cultural” que tiene Panamá. “Si las autoridades responsables desprecian a las instituciones museísticas y no velan por la custodia y la puesta en valor de la herencia histórica, ¿qué horizontes laborales les pueden esperar a los que se plantean escoger esta carrera?”, enfatizó.

Y la preocupación no recae solamente en la falta de programas estatales para su formación, sino también en la escasez de apoyo económico para las fundaciones que conforman los museos, tal como describió Alemán: “El presupuesto es un punto crítico para la inclusión de nuevos profesionales a nuestras planillas, ¿cómo logramos los planes educativos, actividades, programas y exposiciones con un presupuesto económico reducido y con poca claridad de nuestro futuro?”.

“Para muchas instituciones, empezar un nuevo año es un lienzo en blanco en las finanzas, lo que al final afecta la cantidad de profesionales que podemos traer para enriquecer la experiencia de los públicos. Tenemos toda la pasión y los planes, pero hace falta mucho más que solo eso para armar los equipos profesionales y entendidos de la visión educativa del museo”, añadió.

Visión de soluciones

Para Alemán, se requiere de una “colaboración en conjunto con el Estado” y los museos, en pro de la promoción de educación y formalización del oficio de los educadores museísticos.

“A aquellos que están a la cabeza de los ministerios les exhorto a visitar los museos, a darse cuenta de que hay personas que pueden aportar al crecimiento de la educación y cultura nacional, que no es un trabajo únicamente de los centros educativos formales”, señaló Alemán.

“Necesitamos evolucionar para mejor, cada museo tiene una oferta distinta, pero al estar en contacto con estos espacios y con una persona que les dé una perspectiva más amplia desde su preparación, se crea una pasión que traspasa hasta las generaciones que vienen detrás de nosotros”, agregó.

Planificar programas educativos, crear iniciativas culturales y guiar a los visitantes son algunas de las funciones de un educador de museo.

El escenario actual se hace eco de la misión del foro 'Visiting Minds', una iniciativa creada por el artista panameño Humberto Vélez y que se llevó a cabo en mayo de 2013 en Ciudad del Saber. En el evento se realizaron diversas conferencias bajo el tema “Pedagogía radical: El arte como educación”, donde voces expertas en museología y arte se pronunciaron en pro de una hoja de ruta para la educación cultural latinoamericana.

La curadora independiente y gestora cultural panameña Gladys Turner indicó en el texto recopilado de 'Visiting Minds' (2013): “En Panamá hay un fuerte impulso tecnológico en la educación. Se usa mucho el concepto de 'innovación', aunque no tiene nada que ver con el fenómeno de la creatividad artística”. Esto lo respalda Alemán, apuntando a la urgencia de una mayor promoción de formación profesional en el contexto museístico.

“Un paso hacia adelante sería conectar a la juventud con diplomados, cursos, ofertas educativas en el extranjero, una voz desde las casas de estudios que se pronuncie y haga visible estas opciones de carrera para quienes tienen una pasión y compromiso con la misión de estas instituciones”, puntualizó.

Por su parte, Miguel anotó que se debe “exigir al Estado el reconocimiento y la puesta en valor de todo el patrimonio histórico y cultural panameño”.

Miguel también hizo hincapié en que si no existe una demanda de empleo en el área patrimonial y museística, no se ofertarán los estudios, y la cadena seguirá. Lo que se ha visto agravado por “la escasísima oferta de estudios centrados en las humanidades” en Panamá, como expresó la gestora cultural, lo que a su vez influye en el poco reconocimiento de los bienes patrimoniales que no son tangibles o susceptibles de tener un valor monetario, por lo que, “en un eterno círculo vicioso, cada vez menos gente reconoce los museos y los bienes que en ellos se custodian como algo importante y relevante en su vida”.

Esto deja en evidencia un camino a seguir para los educadores formales, lo que destaca Miguel como un trabajo “complementario” con los educadores de museos, lo que se podría lograr “con un gabinete educativo en cada museo que trabaje en mancuerna con el Ministerio de Educación y los maestros y profesores de cada plantel para que la oferta expositiva complemente y refuerce los conocimientos ofrecidos en el pensum académico”.

Para Alemán, la falta de registro de estos profesionales en el campo laboral debe impulsar al país a “destacar la presencia de los educadores en los museos”. “En el MAC contratamos asesores de forma eventual, y eso nos ayuda en ciertas exposiciones, pero carecemos de un profesional que sepa adaptar los conocimientos sobre arte, historia y su relación con la comunidad para el público común que llega, desde niños hasta estudiantes, adultos mayores, etc., lo que ciertamente afecta el alcance de los mensajes de las obras de arte en general, lo opuesto de lo que se desea en la actualidad”, enfatizó.

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