El desarrollo no se copia, se crea

Tuve que pensar con cuidado el título de esta nota. En los tiempos actuales el encabezado de un texto es clave para lograr que sea leído.

En la siguiente frase voy a resumir mi punto, “no podemos seguir tratando de crear nuestro modelo de desarrollo, copiando sin más lo que se ha hecho en otros lugares; esos modelos nos deben servir de inspiración, nuestro futuro se debe construir desde nuestra capacidad”.

Aquí amamos las franquicias, usar know how empaquetado nos evita tener que pensar. El modelo ha sido válido, pero nos ha dejado una mentalidad de “no dar valor al conocimiento”, que nos ha puesto en desventaja.

El mundo actual tiene como valor máximo el conocimiento. Tal vez en nuestro país no seamos conscientes de ello, pero basta analizar dónde están las empresas más valiosas, y la razón por la cual tienen ese valor, para darse cuenta de ello.

Mientras las personas con capacidad de inversión local no den valor a la generación de conocimiento, nunca tendremos un verdadero “ecosistema emprendedor”.

Mientras el conocimiento no tenga valor, nuestro sistema educativo nunca cambiará. Las sociedades invierten en las cosas que valoran. Si revisamos el presupuesto dedicado a la educación, veremos que es bastante alto, pero queda muy claro que no nos importa obtener algo valioso por la inversión que hacemos.

La riqueza en una economía basada en conocimiento, se cimenta en la cultura, la ciencia y la conectividad. Las dos primeras nos fallan y la segunda solo funciona en algunos puntos privilegiados.

“Comprar y vender” ha sido durante mucho tiempo nuestro máximo valor, pero hoy necesitamos cambiarlo por “pensar y comprender”.

Solo “pensando y comprendiendo” podremos saber qué es lo que necesitamos “comprar y vender” en el futuro, donde el cambio climático ya es una realidad, donde el talento debe poderse mover con la misma facilidad que los contenidos, y donde quienes crean conocimiento, logran entender los problemas y beneficiarse del valor que genera solucionarlos.