Enrique Jaramillo Levi: 'Quiero pensar que dejo frutos que producirán otros frutos'

Actualizado
  • 20/12/2021 00:00
Creado
  • 20/12/2021 00:00
El escritor, promotor cultural y catedrático de literatura conmemoró 25 años de carrera y lucha constante por las letras desde la Universidad Tecnológica de Panamá. Conversamos con este exponente sobre su legado y visión
Jaramillo se posiciona como uno de los promotores culturales y de literatura más influyentes en el país.

Enrique Jaramillo Levi (11 de diciembre de 1944), se ha destacado por más de dos décadas en las letras panameñas y en el panorama cultural como uno de los referentes nacionales de mayor importancia e influencia. Desde sus inicios como docente en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), ha sido un ferviente luchador por el reconocimiento de los nuevos escritores, logrando instaurar premios para cuentistas, ensayistas y novelistas como parte de su rol en la promoción cultural.

Levi ha creado importantes premios literarios como el Premio de Poesía Joven Gustavo Batista Cedeño (INAC), Premio Signos de Poesía Stella Sierra (Fundación Cultural Signos), Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán (Universidad Tecnológica de Panamá), Premio Nacional de Cuentos José María Sánchez (Universidad Tecnológica de Panamá) y Premio Signos de Minicuentos Rafael De León-Jones. Además, es el fundador del Foro/Taller Sagitario Ediciones, que sostiene el Premio Sagitario Ediciones de Narrativa Ariel Barría Alvarado, creado en memoria del profesor y escritor, fallecido este año.

Tras 25 años de labor esforzada en el área cultural, Levi fue homenajeado por la casa de estudios superiores el pasado 13 de diciembre, en un evento en el que su legado fue resaltado como pilar para la futuras generaciones de autores panameños.

En su discurso, Levi señaló el gran peso de implementar proyectos que realcen el rol de la literatura en la formación cívica, además de la responsabilidad que conlleva la pluma de quienes vuelcan sus ideas, sueños y visiones en el papel: “Estoy convencido de que quienes escriben novelas, cuentos y poemas interpretan el mundo, los altibajos de la vida misma, sus alegrías y desesperanzas, sus odios y amores, el a menudo contradictorio acontecer cotidiano; y lo hacen —lo hacemos— en una creativa fusión de memoria e imaginación, lo cual es parte vital de nuestro diario quehacer”.

En una conversación con La Estrella de Panamá, el escritor destacó su posición frente al retiro profesional, sus expectativas para el futuro postpandemia y la necesidad de la intervención gubernamental en las artes escritas.

En más de dos décadas dedicadas a las letras, ¿qué retos ha identificado en la industria literaria panameña?

Te aclaro que son 25 años luchando por las letras nacionales desde la UTP, donde laboré de 1996 a 2020. Pero escribo desde los 17 años, y mi lucha por las letras ha sido desde 1964, como escritor (cuentista, poeta, ensayista, articulista y prologuista), profesor universitario, promotor cultural y editor. Los retos para mi han sido: detectar nuevos escritores talentosos y ayudarlos a mejorar su escritura creativa; publicar obras de buenos escritores en varias pequeñas editoriales que he tenido, así como desde el departamento de Letras del antiguo INAC; desde la editorial de la Universidad de Panamá y luego desde la Editorial Tecnológica de la UTP; crear en 1974 un revista literaria importante Maga, que sigue con vida desde 2008 bajo la responsabilidad de la UTP, aunque bajo mi dirección; la creación de tres premios literarios anuales en la UTP, el más importante de los cuales sin duda es el Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán, que lleva 25 años de existencia; la organización anual de seis congresos internacionales de literatura en Panamá; y del Directorio de Escritores Vivos de Panamá desde hace 20 años, que sigue actualizándose en la red de la UTP; la coordinación anual de un Diplomado en Creación Literaria, también en esa universidad estatal. Todo lo cual ha dado un enorme empuje a las letras nacionales en los últimos 25 años.

Desde la creación de varios premios hasta el apoyo a los escritores y escritoras panameñas, ¿cuál considera que es el pilar de su legado cultural?

Tanto el Diplomado en Creación Literaria, como los premios literarios creados y la revista Maga.

De sus reconocimientos, ¿cuál considera que ha sido el mayor hito de su carrera en las letras?

El haber tomado un taller durante 11 meses con una beca internacional mexicana en 1971, bajo la conducción de dos grandes escritores de ese país: Juan Rulfo y Salvador Elizondo, que dieron como resultado mi libro de cuentos Duplicaciones (1973, Editorial Joaquín Mortiz); la publicación de dos libros de cuentos en la prestigiosa Editorial Alfaguara: Caracol y otros cuentos (1998) y En un abrir y cerrar de ojos (2002), así como un grueso volumen de cuentos antologados en la célebre editorial mexicana Fondo de Cultura Económica.

El haber sido el primer autor panameño en publicar dos libros de cuentos en España: la tercera edición de mi libro más celebrado internacionalmente: Duplicaciones, así como Luminoso tiempo gris; así como el haber ganado el Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró como cuentista en 2005 con mi libro En un instante y otras eternidades (INAC, 2006).

En su labor como docente y formador de nuevos escritores, ¿cómo vislumbra la evolución de este camino?

Los cuentistas y poetas surgidos desde finales del siglo XX y sobre todo en lo que va del siglo XXI tienen un gran futuro, debido a su talento innato y constancia.

¿Cuáles son sus proyecciones a futuro ahora en su retiro?

El largo encerramiento de la pandemia, y luego mi retiro laboral de la UTP, me han permitido escribir más que nunca antes en mi vida, tanto cuentos y minicuentos como poemas, ensayos y artículos de opinión, y preparar y publicar varias importantes antologías. En 2021 se han publicado en Panamá, Guatemala y Costa Rica, cuatro nuevos libros de cuentos, respectivamente: Lo efímero perdurable; Vuelta de tuerca: 100 Cuentos; Hueso duro de roer y hace unos días Top Secret (cuentos de Ovnis). Son libros bastante experimentales en cuanto a las técnicas narrativas. Y las antologías más recientes son: Consumacón de Eros (El cuento erótico en Panamá) y Ofertorio: Secuencias y Consecuencias (Mujeres cuentistas de Panamá: Siglo XXI). En esta última, la participación de 44 cuentistas de muy diversas edades, profesiones y estilos da cuenta de una gran proliferación del talento narrativo femenino en nuestro país surgido en los últimos 21 años.

¿De qué forma el país puede apoyar a los escritores emergentes?

El Ministerio de Cultura debe crear, formalmente y con seriedad, una editorial estatal que publique obras de buenos novelistas, poetas, cuentistas, ensayistas y dramaturgos nacionales, y no solo las que ganan premios auspiciados por ellos. Asimismo, deben crear becas anuales para escritores talentosos emergentes, como sucede en otros países, como México, en donde viví 15 años.

¿Panamá se encuentra fortalecida en cuanto a la enseñanza de las letras?

No, estamos muy endebles y atrasados en ese renglón. A menudo porque los profesores no se han actualizado en sus lecturas con buenos autores más recientes, tanto panameños como universales. También, crear certámenes literarios en la Secundaria, a distintos niveles. Asimismo, invitar al menos a un buen escritor por año para que converse con los alumnas sobre una obra suya leída en clase o sobre otros temas.

¿Cuál sería un consejo de su parte para quienes siguen el camino de la literatura y lo cultural?

No dejarse embaucar por el argumento de “te vas a morir de hambre como escritor”; o por el de “¿eso para qué sirve?”. Por supuesto, puedes tener otra carrera, pero no abandones tus dones de escritura creativa si las sientes bullir en tu ser profundo, es una gran satisfacción. Y lee mucho, de todo; y participan en talleres o en diplomados de creatividad literaria con escritores reconocidos.

¿Qué se siente que la Universidad Tecnológica de Panamá le haya organizado un homenaje por sus aportes?

Lógicamente, una gran satisfacción después de 25 años consecutivos de laborar en el área de la cultura creando concursos literarios que han resultado importantes, un diplomado en Creación Literaria que ha graduado a buenos cuentistas y poetas sobre todo; así como organizando congresos internacionales de literatura, entre otras actividades pioneras en una institución designada básicamente para formar ingenieros y técnicos.

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