Conviértete en un líder disruptivo

El éxito no es gratuito y también tiene algunas consecuencias menos reconfortantes como la crítica y la envidia
Muchas situaciones complejas se convierten en lecciones únicas.

Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella: Aristóteles.

El éxito no es gratuito y también tiene algunas consecuencias menos reconfortantes como la crítica y la envidia. En realidad, ambos conceptos son dos caras de una misma moneda, puesto que criticar no es sino poner palabras a la envidia.

Si tienes éxito, te van a criticar (envidiar). Pues siempre hay alguien que critica. No es agradable y es algo con lo que hay que aprender a lidiar, y no es fácil, pero hay algo mucho peor: que nadie te quiera criticar.

Toma en cuenta que siempre te vas a encontrar personas que te quieren cortar las alas. Y cuanto te ataquen, demuestra tranquilidad y no te preocupes.

Hay algo que funciona muy bien, es ignorar y no dar importancia a los ataques. Es una táctica que desconcierta, ya que al no echar más leña al fuego se da por finalizada la guerra antes que se inicie. Como se suele decir, dos no discuten si uno no quiere.

Entrar en una discusión consume demasiada energía y tiempo. Recuerda las enseñanzas de Winston Churchill: “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojarle piedras a cada perro que te ladre”.

Los males y complejas experiencias están allí por alguna razón, solo cuando ya las hemos superado comprendemos por qué estaban allí. Todo pasa para algo y en nuestras manos está aprender o culpar las situaciones.

Muchas situaciones no son nada agradables ni fáciles de soportar cuando ocurren, pero se convierten en lecciones únicas con la serenidad y claridad que da el tiempo y la madurez de comprenderlas. Casi siempre cuando las cosas no van bien es porque nos falta conocimientos, habilidades o experiencia por adquirir.

Si continuamos enfocados hasta el final, veremos que muchas veces el bien está disfrazado de mal, pero continúa siendo el bien.

Anaxágoras, filósofo griego dijo: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía”.

Piensa frío siempre, no pierdas jamás la cabeza. Hasta la próxima.

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