La verdad reiterativa

Actualizado
  • 16/07/2022 00:00
Creado
  • 16/07/2022 00:00
Cuando se habla con la verdad se hace sin tapujos, asertivamente; no se pueden omitir detalles, maquillar, tachar o borrar fragmentos
Mentir es un proceso donde nuestro cerebro está bajo una gran presión y estrés.

Un refrán anónimo apunta: “Quien dice la verdad, ni peca ni miente”, imposible refutarlo porque es legítimo.

En la película de 1992 llamada “A Few Good Men”, donde el personaje de Jack Nicholson le grita al personaje de Tom Cruise: “¡No puedes manejar la verdad!”, se hace cada vez más icónica para mi, porque dicha escena, hace referencia a que son pocos, muy pocos, los que están dispuestos a afrontarla y llevarla a las últimas consecuencias, porque, quien la busca, corre el riesgo de encontrarla.

Cuando se habla con la verdad se hace sin tapujos, asertivamente, no se pueden omitir detalles, maquillar, tachar o borrar fragmentos. Es más, ¿le cuento un secreto, amigo lector? Cuando se habla de forma legítima, el subconsciente se alía gustosamente con el consciente haciendo que el primero le preste detalles únicos de información al segundo para que este haga su trabajo de forma rica, completa, y sobre todo, creíble.

Mentir es un proceso donde nuestro cerebro está bajo una gran presión y estrés. Decir la verdad debería ser tarea fácil, porque simplemente relata un hecho tal como lo recordamos. Es aún más sencillo si no estamos ligados emocionalmente al suceso.

La mentira es un acto que intenta disfrazar u ocultar una situación que nos perjudica y nuestra mente debe dividirse en un montón de roles para salvarse; tratamos de recordar lo dicho para no contradecirnos a paso lento, solemos imitar la actitud de alguien que dice la verdad para sonar más convincente, buscamos no añadir más detalles para no complicar una historia, ajustamos el tono de voz para parecer sinceros y decidimos qué hacer con nuestras manos, postura y mirada entre otras acciones voluntarias e involuntarias para buscar la manera de calmarnos.

Por todo esto existe una técnica (una de las mejores por cierto) para descubrir la verdad. Tanto la CIA como el FBI la usan constantemente y es llamada en el mundo de la investigación como “verdad reiterativa”.

La verdad reiterativa es una técnica donde, luego de escuchar la versión de los hechos, se le pide a la persona que repita su historia hasta cuatro veces de ser necesario; a veces, no una tras otra, sino con lapsos cortos o largos. Se preguntará, ¿por qué?, porque cuando los hechos son legítimos, el subconsciente irá desplegando detalles únicos, verídicos y probables que hacen de la historia un hecho real. Una persona que miente no puede darse ese lujo, ya que para sostener la mentira central, deberá inventar otras a su alrededor en fracciones de segundos para hacer de su historia algo creíble, y rara vez son difíciles de recordar cuando se repite la historia, lo que genera incongruencias y lagunas importantes.

Esta técnica también tiene otra razón más profunda y compleja, y es que existe una condición llamada “trastorno cualitativo del pensamiento” donde el cerebro puede jugarnos malas pasadas. En esta condición aparecen ciertas alteraciones del recuerdo referidas a uno mismo, a los demás, a hechos, momentos o lugares. Esta condición se divide en paramnesias (se producen modificaciones significativas del recuerdo) y pseudoamnesias (se trata de alteraciones en el reconocimiento).

En las paramnesias se dan situaciones como: Falsificaciones retrospectivas: recuerdos que puede falsificarse en detalles positivos o negativos, dependiendo del estado emocional actual y contexto. Pseudologías fantásticas: Cuando el individuo asocia elementos fantásticos como si estos hubieran sucedido realmente dentro de la historia. Suelen presentarse en personas mitómanas (personas con tendencia a desfigurar o engrandecer la realidad) y/o histriónicas (personas que se expresan con afecto o exageración propia en un hecho). Confabulaciones: cuando al recuerdo que evocamos le añadimos elementos que realmente no existieron con la finalidad de dar consistencia al relato, y Alucinaciones de la memoria: Sucede cuando el sujeto recuerda algo como si fuera absolutamente cierto, aunque no existió.

Cuando se habla de pseudoamnesias, se refiere a errores de reconocimiento. El sujeto o no reconoce, o cree reconocer equivocadamente determinados aspectos de la realidad. Los famosos Déjà vu son uno de ellos y es cuando una persona cree haber vivido o cree reconocer algo que nunca pasó. Jamais vu: Se trata de una situación en la que sucede justamente lo contrario. El sujeto niega que haya vivido o visto algo que de hecho si pasó y, por último, está el síndrome de Capgras: quienes padecen esta condición refieren que una persona es el doble de otra cuando de hecho se trata de la misma. No es raro encontrarlo en la esquizofrenia y en síndromes disociativos.

Como usted habrá notado, amigo lector, por muchas razones los verdaderos expertos en detección de mentiras no solo deben estudiar a mares, no solo deben tener una escucha activa en un diálogo y estar pendientes de microdetalles, sino que además deben estar familiarizados con terminologías usadas en psicología y psiquiatría (y saber reconocerlas) para ofrecer una lectura limpia y veraz de los hechos para descubrir la verdad.

No se puede ir por el mundo tachando a alguien de mentiroso de buenas a primeras, aun sabiendo la verdad, ya que pueden existir condiciones como los trastornos cualitativos del pensamiento que, de ser desestimados, entonces estamos claros en frente de quién estamos y, de existir, también estaremos claros en frente de quién estamos.

Recuerde esto, la verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores, y como decía santo Tomás de Aquino: “Es evidente que existe la verdad, porque el que la niega, reconoce su existencia”.

Reiterativamente lo invito a seguir el camino de la verdad e integridad, porque la grandeza de un hombre no se mide por las riquezas que adquiere, sino por su integridad y su habilidad de afectar positivamente a aquellos que le rodean.

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