Acoso callejero, el desprecio hacia la necesidad ajena de ser respetada

Un estudio reveló que el 80% de las mujeres ha experimentado acoso sexual en espacios públicos y un 25% comentó haber recibido ayuda por parte de un extraño. Para los especialistas, todavía falta mucho por hacer para combatir esta forma de violencia
La normalización del acoso callejero impide que niñas y adolescentes puedan asistir a programas sociales, culturales o académicos, por temor a ser acosadas.

Martha relata que hasta cuando estaba embarazada los hombres le gritaban frases en la calle: “Me daban ganas de llorar de la impotencia que sentía”. Gisela prefiere utilizar ropa holgada: “Me incomodan las miradas obscenas que recibo o las cosas que me dicen. Ya ni en la oficina me gusta usar pantalones ajustados porque los compañeros me miraban las nalgas y me decían, 'se te está notando el ejercicio”.

Mirada obscena, gestos inapropiados, silbidos, piropos, chasquidos de labios, ruidos de animales, chistes, comentarios sexualmente sugestivos sobre su cuerpo, presión para ir a una cita, dar su número de teléfono u otra información personal, referirse a ellas como “muñeca”, “bebé”, “preciosa”..., toqueteo, abrazos o besos sin consentimiento son algunas de las conductas de los acosadores hacia las mujeres.

Martha y Gisela representan el testimonio de las miles de mujeres que a diario sufren acoso sexual en espacios públicos que, de acuerdo con los especialistas, puede generar miedo a salir, inseguridad, cambios en la conducta y forma de vestir, sensación de vulnerabilidad, entre otros.

El psicólogo clínico Carlos Pavel expresó a La Estrella de Panamá que el acoso callejero “es una de las formas más normalizadas de violencia”.

Un estudio realizado por Ipsos junto a L'Oréal París en el año 2019, reveló que el 80% de las mujeres ha experimentado acoso sexual en espacios públicos.

“Es un acto cotidiano al que todas las mujeres se enfrentan desde muy temprana edad, desde los 10 o 12 años. Es, al mismo tiempo, una de las maneras de invisibilizar a las mujeres. Se minimiza el reclamo de ellas sobre el respeto”.

Pavel agregó que si los hombres no tienen “la capacidad de escucha, nunca van a entender el terror que significa para las mujeres enfrentar el acoso en un escenario. Para los hombres es casi como cumplir con un mandato de hacernos respetar, sin importar el hecho de que nos están diciendo que es una conducta profundamente incómoda para ellas y la seguimos repitiendo”.

El especialista enfatizó que hay un trabajo por hacer con los hombres, como “enseñarlos a escuchar, a que aprendan a respetar. Nosotros tenemos el privilegio de caminar por las calles sin miedo, aunque también nos pueden asaltar, pero no vamos a tener miedo de sufrir una violación, por ejemplo”.

Pavel destacó que la normalización del acoso callejero impide que niñas y adolescentes puedan asistir a programas sociales, culturales o académicos por temor a ser acosadas. Dio como ejemplo el caso de las chicas con quienes trabaja en el sector de Santa Ana. “Las niñas se exponen a riesgos innecesarios para evitar ser acosadas, en vez de caminar por una calle transitada, donde hay hombres que acosan, deciden tomar callejones”.

El psicólogo es director de la fundación Espacio Creativo, enfocada en brindar oportunidades a través de la danza, la educación y la cultura, que resulten en una transformación personal, social y cultural.

Un testeo reciente

Con las niñas de uno de los programas realizaron una consulta en diciembre de 2021 para identificar cuáles eran los principales riesgos de protección que les impedía participar en los programas que ofrece la fundación. La alarma se disparó cuando la mayoría respondió que el acoso sexual callejero.

Tras la consulta, decidieron hacer una propuesta de danza llamada: 'No me llamo mami', que fue presentada en el Casco Antiguo en febrero de este año.

Pavel adelantó que se están preparando para presentarla en los colegios de comunidades vulnerables. Además, el evento permitió conectar con la campaña 'Stand Up' de L'Oréal Centroamérica.

El director de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de la compañía, Nicolás Vanegas, reveló que la campaña forma parte del compromiso social de la empresa, “trabajamos muy cerca del empoderamiento femenino desde hace muchos años (...) cuando empezamos a validar cuál era el problema número uno que estaban enfrentando las mujeres y las niñas, vimos que la mayoría ha sido afectada por el acoso callejero”.

“No estamos hablando del acoso callejero simplemente para poner en boca de todos, sino de que se desarrolló una metodología con la oenegé internacional 'Right To Be' con la que buscamos, en primer lugar, concienciar a la mayoría de la población sobre qué es el acoso callejero, sobre todo porque en países latinoamericanos hemos normalizado muchos comportamientos”.

Por otra parte, “el segundo objetivo es ver cómo, ya conscientes de que esto es una problemática, garantizar que la mayor cantidad de gente sepa cómo actuar”.

Una campaña

'Stand Up' es una campaña de formación liderada por L'Oréal París y la oenegé Right To Be, en conjunto con la Fundación Ayuda en Acción para Centroamérica.

En abril se realizó el lanzamiento en Panamá y el próximo jueves 25 de agosto se llevará a cabo un segundo evento, de cara al Mes del Acoso Callejero a conmemorarse en octubre.

El objetivo de la campaña es capacitar a 1,5 millones de personas en el mundo con la metodología de las 5D; su misión es orientar y generar un diálogo que ayude como sociedad a identificar el acoso callejero, una situación que atenta contra el empoderamiento y la autoestima de las mujeres.

Un estudio realizado por Ipsos junto a L'Oréal París en 2019, reveló que el 80% de las mujeres ha experimentado acoso sexual en espacios públicos y un 25% comentó haber recibido ayuda por parte de un extraño.

La abogada Haydeé Méndez Illueca, vicepresidenta de la Fundación para la Equidad de Género (Fundagenero) de Panamá, apoyó la iniciativa de la empresa y las fundaciones. “Me encanta. Sobre todo porque L'Oréal se identifica con las mujeres al prevenir este tipo de violencia y demostrarles cómo defenderse”.

Aunque no hacen más que cumplir con su responsabilidad social, me satisface que hayan escogido el tema del acoso callejero, que siempre ha sido mal entendido y excluido de los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres.

“Bastante lejos”, respondió la abogada ante la pregunta de qué tan lejos está Panamá de ser un país cero acoso callejero y añadió que los diputados no han entendido lo que es el acoso y cómo afecta a las mujeres; por eso lo excluyeron de la ley que previene, prohíbe y sanciona actos discriminatorios (Ley 7 de 2018). “Le decían la 'ley del piropo', y el acoso no es un piropo”, comentó.

Méndez Illueca aseguró que en Panamá, se debe “incluir en la legislación el acoso callejero como lo que es: un acto discriminatorio y un tipo de violencia contra las mujeres. Incluir sanciones, simplificar los sistemas de denuncia y la posibilidad de hacerlo de forma anónima”.

Además, consideró que en el país se debe “sensibilizar a la sociedad por medio de campañas acompañadas de valores, para dejar de normalizar el acoso callejero y comenzar a condenarlo”.

Añadió que “hay que defenderse o defender a la víctima del acoso. Todos tenemos que participar, y no quedarnos callados”.

Las 5D de la campaña 'Stand Up'

Distraer: Causar una distracción con una pregunta o comentario, para darle oportunidad a la víctima para alejarse.

Delegar: Buscar a alguien con autoridad para que intervenga

Documentar: Registrar o grabar el incidente como testigo, para que le sirva de prueba a la víctima si se decide a denunciar.

Dar asistencia: Consolar y brindar ayuda a la víctima, y hacerle ver que no es un comportamiento correcto de parte del agresor, y que las defensoras estamos con ella.

Dialogar: Hablar con la víctima sobre lo que le ocurre y preguntarle en qué forma la podemos ayudar/aconsejarla. Decirle que ese comportamiento viola sus derechos y no tiene por qué tolerarlo.

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