El arte de leer la mente

Actualizado
  • 08/10/2022 00:00
Creado
  • 08/10/2022 00:00
Leer correctamente las emociones de un individuo y hasta sus secretos más profundos es posible con el entrenamiento adecuado
Instituciones como el FBI tienen un departamento muy interesante donde analizan la conducta de personas de interés.

Sin duda, leer la mente de otra persona es el deseo más anhelado de muchos. Querer saber qué piensa nuestra pareja, jefe, hijos, amigos o subalternos de nosotros, es una de las necesidades más codiciadas por quienes nos motivan la curiosidad en el fondo. ¿Se acuerda de la película de Mel Gibson: “Lo que las mujeres quieren”? Está basada en este deseo.

¿Se puede leer la mente de alguien como lo hace el personaje de Patrick Jane en la serie el Mentalista? ¡Sí y no!, ¿cómo así? Pues bien, leer correctamente las emociones de un individuo y hasta sus secretos más profundos es posible con el entrenamiento adecuado, realizando las preguntas correctas y observando a detalle el comportamiento de la persona de interés en todo momento, y claro, bajo los parámetros de investigación precisos. Hacerlo de la forma en que Hollywood nos lo presenta, bueno, lamento decirle, amigo lector, que no es posible.

Instituciones como el FBI tienen un departamento muy interesante donde analizan la conducta de personas de interés, y gracias a este departamento se ha detenido a terroristas, pederastas, psicópatas, asesinos seriales, estafadores... en fin, criminales que llegaron a cometer los delitos más atroces de la historia. Este departamento en particular fue el que inspiró las series Criminal Minds y Bright Minds.

¿Entramos en el mundo de la ciencia no verbal? Estudios de la Facultad de Psicología de Harvard, Princeton y Yale en conjunto lograron descubrir que existen 450 emociones, las cuales son el resultado de siete muy puntuales: tristeza, felicidad, ira, asco, miedo, sorpresa y desprecio. Cada emoción se puede revelar ante nosotros como libro abierto a través de micro o macrogestos, según sea el contexto, sin embargo, los gestos faciales no vienen solos; a ellos los acompañan el lenguaje corporal y ciertas palabras que sirven de guía creando clusters o agrupaciones que revelan a través de comportamientos no verbales, la pura verdad.

Chris Voss, uno de los negociadores de rehenes más importantes del FBI, y por cosas fabulosas de la vida uno de mis entrenadores en mi caminar profesional, usa tácticas muy sutiles que nos van guiando para entrar en la mente de una persona.

Cuando las aprendí, descubrí lo fácil que es obtener información clave para llegar a la verdad de muchos hechos, e incluso descubrir algo que él llama “el cisne negro”, que es una serie de datos difíciles de obtener pero que, con las preguntas adecuadas, quien es cuestionado las dirá sin pensar. No hay gritos, golpes, torturas ni amenazas, la información sale fluida y hasta de forma voluntaria en la mayoría de los casos.

Tácticas como “la verdad reiterativa”, “reflejos” y “etiquetados” son de las más sencillas y rápidas de aplicar, claro está, existen otras tácticas de inteligencia más complejas que son usadas en situaciones donde incluso se juega la vida o la muerte.

¿Le cuento algo? El cerebro humano es uno de los órganos más maravillosos del cuerpo y al mismo tiempo el más maleable y fácil de engañar. Si usted se ríe, él piensa que está feliz y, por si fuera poco, los estudios de Programación Neurolingüística (PNL) nos han revelado que tan solo se necesitan 21 días para cambiar un hábito.

También hay algo que pocos toman en cuenta y se llama el subconsciente, este señor es el responsable de traicionar nuestros más profundos secretos y, en los momentos menos pensados va a soltar la información hasta de la forma más cándida.

Muchos han interpretado que leer la mente solo lo pueden hacer psíquicos o personas con poderes paranormales. Podríamos hacer un debate interminable de ello, pues hay creyentes y detractores. Lo que no se puede negar es que un “psíquico” tiene como arma secreta la observación aguda.

En una sesión psíquica, quien busca respuestas con ansias mostrará a través de su lenguaje corporal esa necesidad de resolver las inquietudes que lo acechan, destapará involuntariamente datos o hechos que una persona sagaz que, si sabe escuchar y observar atentamente, utilizará a su favor para hacerle creer que tiene poderes más allá de...

Recuerde esto, el cuerpo no le miente al cuerpo y por tal motivo, cuando existen diálogos abiertos, pero sin palabras, la verdad siempre saldrá a la luz ya que la comunicación es en una relación, lo que la respiración es a la vida.

También debo recordarle algo clave: así como esta herramienta la usa gente íntegra para hacer el bien, también hay quienes la usan para el mal, lo que genera como consecuencia muchísimos problemas y delitos.

La mente sigue siendo un misterio y es compleja, de eso no hay duda, pero con las herramientas adecuadas y los estudios correctos con los profesionales idóneos se han logrado descubrir las maravillas del pensamiento, así como sus más atroces pesadillas.

Hoy, por temas de pandemia, invertir en la salud mental dentro de las empresas ya no es excentricidad ni lujo innecesario, es una necesidad urgente que debido a la sumatoria de la covid-19, la globalización, las presiones económicas del día a día, el aislamiento social, los despidos, suspensión de contratos, etc. la salud mental de muchos no solo está siendo retada, sino que, sin ayuda y solos, difícilmente se podrá enfrentar. Hay quienes lo logran, hay quienes no. Si su empresa tiene un departamento de recursos humanos, le recomiendo que tome un taller de comunicación no verbal.

Cierro con estas cifras: en Panamá, 1 de cada 3 personas miente en su entrevista de trabajo y hoja de vida. Cada 2 días se cometen suicidios y a diario hay seis intentos. El 75% de las parejas a los cinco años de convivencia se divorcia o separa, y el 85% de los despidos en una empresa ocurre por la mala comunicación y relaciones personales.

¿Quiere leer la mente de otros como un libro abierto? Comience por escuchar y observar con sus cinco sentidos metidos en su aquí y ahora.

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