Carmen A. Miró, hacedora de la Demografía crítica latinoamericana

Actualizado
  • 04/12/2022 00:00
Creado
  • 04/12/2022 00:00
Fue una de las académicas más conocida, reconocida e influyente en la investigación demográfica en América Latina a lo largo del siglo XX y el actual. Su obra y trayectoria académica es vasta, muy significativa en el planteamiento y replanteamiento de problemas
Carmen A. Miró, hacedora de la Demografía crítica latinoamericana

El domingo 18 de septiembre falleció en la ciudad de Panamá la Dra. Carmen A. Miró, a la edad de 103 años. Socióloga y demógrafa panameña y latinoamericana, considerada como una de las iniciadoras y promotoras más destacada de la investigación demográfica y los estudios de población en América Latina. Forjadora de la que podría considerarse como la “Demografía crítica latinoamericana”. Una mujer de carácter firme y convicciones infranqueables, pero a la vez sensible, generosa y solidaria. Una académica audaz y comprometida con las transformaciones sociales. Su vida y obra hablan de una época y de un proyecto de cambio en el largo y azaroso siglo XX, caracterizado por el proceso expansivo del capitalismo industrial dependiente, el impacto de la transición demográfica acelerada experimentada en la región y la disputa académica, ideológica y política por un proyecto de nación y modelo de desarrollo a seguir ante las ya crecientes condiciones de desigualdad, marginación y pobreza generadas.

El origen y contexto

Nació en la ciudad de Panamá el 19 de abril de 1919, en el complejo entorno de la naciente República, cuando el país escasamente superaba los 400 mil habitantes y la provincia de Panamá, alrededor de 90 mil personas, cuando apenas se ensayaba el andamiaje institucional con que se intentaba otorgar legitimidad al modelo de país. En particular, la ciudad de Panamá ya experimentaba una relativamente alta concentración demográfica promovida por la construcción y apertura del Canal, pero, sobre todo, exhibía las consecuencias sociales del modelo adoptado o, en cierto modo impuesto, en lo inmediato, afectado por la crisis económica que azotó al mundo a finales de la Primera Guerra Mundial. Este contexto estructural y coyunturalmente adverso pudo haber despertado su temprano interés y motivación especial por la cuestión demográfica vinculada al desarrollo económico y su preocupación por la política pública orientada a la cuestión poblacional.

Fue, en muchos sentidos, afortunada. Desde muy temprano pudo nutrirse del ambiente intelectual y cultural que giraba en torno a su familia. La tenacidad, el compromiso y la constancia fueron características sobresalientes que marcaron su personalidad y la distinguieron a lo largo de su vida. Su condición de mujer no la limitó, en un mundo intelectual y político ampliamente dominado por los valores de la sociedad patriarcal. Incursionó en la vida pública desde muy temprano. Apenas con 27 años, en 1946, asumió la dirección del Departamento de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, cargo que ejerció por diez años. Tuvo bajo su responsabilidad la realización del Censo de Población y Vivienda de 1950. Pudo, desde ahí, contribuir al diseño de un sistema de información de estadística oficial, en aquellos tiempos reconocido como uno de los más completos y confiables de la región. Resultado de su desempeño, en 1957 fue invitada por Naciones Unidas para asumir la dirección del recién instituido Centro de Estudios Latinoamericanos de Demografía (Celade), al que dirigió por más de veinte años. Desde ahí Carmen Miró proyectó su obra pionera, la cual fue enriqueciendo a lo largo de su amplia trayectoria académica, que hoy configura su legado intelectual.

La Demografía crítica latinoamericana

Contrario a lo que usualmente sucede, asumió la labor de funcionaria, docente e investigadora en un sentido integral, como propias de un mismo quehacer intelectual. No sólo ejerció la docencia en la Universidad de Panamá, también lo hizo en el Celade, a lo largo de su gestión como directora, como parte de la planta docente de los cursos de especialización y posgrado que ofrecía la institución, con lo que contribuyó a la formación de numerosas generaciones de demógrafos de la región. Se podría decir que fue una maestra en el sentido pleno, pero, sobre todo, una gran investigadora, generadora de pensamiento crítico. Toda su obra, como funcionaria, docente e investigadora, estuvo marcada por la confrontación de ideas y la crítica al sistema de explotación y exclusión social imperante. Concibió y asumió la investigación, no como un fin en sí mismo, sino como un medio a través del cual pudo ofrecer pautas para la acción, de allí su empeño reiterado por los estudios de las políticas públicas y de la política de población.

Entendió la Demografía no como una disciplina cerrada en sí misma, aparte de las demás ciencias sociales, sino como parte del sistema complejo de las ciencias humanas y sociales, que coloca al individuo en el centro de sus preocupaciones. Su concepción interdisciplinaria de la investigación se hizo patente en sus planteamientos y en sus investigaciones. Desde muy temprana carrera, sostuvo que “no había problemas de población”, sino “población con problemas”. Lo que quería enfatizar es que no hay problemas de población per se, y estrictamente demográficos, sino que implican diversos ámbitos problemáticos a la vez. De ahí que haya situado el centro de la problemática en el modelo o estilo de desarrollo seguido y en las posibilidades de transformarlo.

En su concepción no se asumieron los problemas demográficos, como problemas poblacionales en sí, sino como problemas de desarrollo que, en consecuencia, ameritaban cambios en el abordaje y tratamientos en la investigación y, de ahí que igualmente promoviera un cambio de perspectiva de las políticas públicas que subvirtiera las concepciones dominantes de la época. Este cambio de enfoque está presente a lo largo de su obra intelectual, particularmente enfatizado en su artículo “Política de población: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Para qué?”, publicado originalmente en 1970, considerado un referente clásico para la investigación demográfica. En la apreciación del destacado sociólogo Marcos Roitman, quien, en un artículo recientemente publicado en La Jornada, en ocasión a su legado, la consideró “hacedora del siglo XX latinoamericano”, que en términos de su contribución marca un sentido de ruptura, lo consideró equiparable a las “Siete tesis equivocadas sobre América Latina” de Rodolfo Stavenhagen y el trabajo “El colonialismo interno” de Pablo González Casanova. Dicho artículo enfatiza las limitaciones de una política de población “autónoma” desligada de la planificación y coordinación global de los objetivos y metas del desarrollo económico y social, al sostener que “se torna difícil […] trazar una clara línea divisoria entre política de población y política económica y social”.

Carmen Miró enfrentó y rebatió las ideas neomalthusianas de la época, que asociaban la pobreza con el rápido crecimiento poblacional, pero también las concepciones más renovadas que asumían que la caída de la fecundidad a tasas o niveles de reemplazo (por sí sola) tendría un efecto sobre el desarrollo económico. Las puso en duda al reconocerles ciertos efectos, pero limitado, toda vez que enfatizó en el cambio de modelo económico. Podríamos decir que vivió todo el periodo de la transición demográfica, como testigo y como actora, promotora y generadora de investigación desde las concepciones críticas que planteó y defendió, pero también como impulsora de alternativas sobre la cuestión demográfica y el desarrollo económico y social.

Su legado y reconocimientos

Carmen Miró fue una de las académicas más conocidas, reconocidas e influyentes en la investigación demográfica en América Latina a lo largo del siglo XX y el actual. Su obra y trayectoria académica es vasta, pero, sobre todo, muy significativa en el planteamiento y replanteamiento de problemas. Su trabajo le valió muchísimos reconocimientos: entre ellos el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana, Cuba; el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, Argentina, el Doctorado Honoris Causa por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales; el Premio Mundial de Población de las Naciones Unidas, en 1984, y el “Premio Daniel Cosío Villegas”, otorgado por El Colegio de México. El desarrollo de la Demografía crítica en América Latina está indefectiblemente ligado a su persona y a su obra intelectual y científica.

El autor es sociólogo y demógrafo panameño. Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México.

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