Detrás de las obras, así es el montaje de exposición en un museo

MAC Panamá abre sus puertas a este medio para descubrir lo que conlleva el proceso de planificar, crear y montar las exhibiciones artísticas

Las salas están desocupadas, no hay pinturas, fotografías ni grabados exhibidos, tampoco hay esculturas. El olor a polvo recibe a quien sube al segundo piso, tres hombres están derrumbando parte de una pared. Otro grupo de personas está descolgando cuadros, tienen las manos cubiertas con guantes blancos de algodón, envuelven las obras en papel manila para devolverlas a sus dueños o almacenarlas. Un joven tapa los agujeros que quedan en las paredes. Otras personas quitan, letra por letra, los textos que describían  las obras. En el suelo hay tornillos, taladros, un trapeador, una escalera y varios elementos que avisan que ocurrirá un cambio en el lugar. Parece una mudanza o una remodelación. Pero es un desmontaje y montaje en las salas de exposiciones del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC).

La instalación de una exposición de arte en un museo —en este caso, en el MAC— requiere meses de planificación. Lo primero que se hace es definir la agenda expositiva, buscando que cada acción tenga una razón de ser, invite al diálogo y a la reflexión, dé visibilidad a los problemas de las comunidades, cuente una historia, eduque y brinde oportunidad de intercambio de expresiones artísticas contemporáneas. También, se busca ofrecer un espacio para desarrollar el ecosistema artístico, local y regional.

“Si agregas todos esos ingredientes en una olla, te preguntas ¿cómo el museo puede servir a la comunidad panameña entendiendo que esta es su misión? Nos dimos cuenta de que una manera de tener esa respuesta era haciendo las preguntas directamente a distintas comunidades, campos de conocimiento, líderes, profesores, profesionales; ver qué está pasando y cómo el museo puede ser un espacio para obedecer a la misión”, explica la directora del MAC, María Lucía Alemán a La Estrella de Panamá.

Para definir las exposiciones futuras, “nos sentamos varias veces al año a conversar y a pensar qué urgencias hay en Panamá, qué hemos escuchado, qué vemos que está pasando en el museo con la gente que viene, qué diálogos podemos abrir de forma segura y participativa”, expresa Alemán. A partir de ahí, se establece el calendario de exposiciones “con mucha anticipación, aunque a veces tenga modificaciones en el camino”.

Además, antes de plantear una muestra, se toma en cuenta el espacio que tienen los salones, “el espacio siempre es determinante en una exposición, a mí me gusta que tenga su peso, no trato de esconderlo ni de construir muchas cosas”, expresa el curador jefe, Juan Canela.

Imaginar antes de crear

Una vez definido el programa del año, el equipo liderado por la directora y el curador, Juan Canela, comienza a organizar las exposiciones. Se reúnen con el resto del personal del MAC: asistente de dirección ejecutiva, curadora de proyectos especiales, curador del programa público y educativo, gerente de mercadeo y otros. Asimismo, hacen encuentros con los artistas, voluntarios y colaboradores que contratan por el periodo de desmontaje y montaje.

“Esta [obra] que estamos montando venimos trabajándola desde el año pasado. Es la primera vez que se van a mostrar los videos juntos de Donna Conlon y Jonathan Harker. Entonces, hay un diálogo con los artistas para decidir cuál va a ser el tono de la exposición, cómo se va a contar. Vemos cómo organizar el espacio, dibujamos planos, pensamos dónde y cómo vamos a colocar las obras. Se trata de ir entendiendo qué se va a encontrar el visitante”, detalla Canela.

El curador imagina las “coreografías” que el público realizaría en el espacio, “siempre van a ser muy variadas, pienso más en cómo jugar con las obras y la capacidad que tienen de generar algo en el espectador”. Luego, comienza a escribir los textos de la exposición: uno corto que explica de qué trata la instalación y uno para la hoja de sala que está en recepción, impresa y en digital con un código QR. Además, crean un glosario de términos y un libro por cada exposición.

Reestructuran los espacios del MAC para una nueva exposición

Para realizar la instalación de las obras, inicia un programa de unas dos semanas, aunque podría variar dependiendo del tipo de montaje que sea, en dicho plan está involucrada una gran cantidad de personas. Desmontan las exposiciones finalizadas, restauran la estructura del museo de ser necesario, eliminan y crean paredes, revisan iluminación, y más.

“Cada obra hay que tratarla de manera distinta durante el montaje, desmontaje y transporte. Por ejemplo, en la exposición pasada teníamos algunas obras textiles, que debimos doblar y guardar de determinada manera. Hay obras en video, al finalizar se debe borrar el archivo, no se puede dejar en un USB que luego vaya por ahí”, explica el curador.

Manos a la obra

Luego de desmontar, comienza el proceso de montaje. Huele a pintura fresca, un hombre retira las salpicaduras del suelo. Ahora, algunas paredes son de color gris oscuro y amarillo mango. En otra sala son de color azul oscuro y blanco. Hay una persona en recepción y el resto del personal está moviéndose de un lado a otro, con computadoras o papeles en las manos, todos están resolviendo algo.

Varias personas están instalando televisores, proyectores y bocinas, prueban audio y video. Los autores de ‘Esto es lo que hay: una retrospectiva seriamente juguetona’, Donna Conlon y Jonathan Harker, están apoyando en la instalación de su obra. Una colaboración entre el MAC y Casa Santa Ana, se mostrarán 18 videos de distintas formas.

Instalan televisores para la siguiente exposición

“Es la primera vez que mostramos, en un solo lugar, todas las piezas que hemos hecho en conjunto. Que sea aquí en Panamá y no en otra parte del mundo es muy importante para nosotros porque los videos se produjeron acá y aunque tienen muchos mensajes universales, la primera capa de significado tiene que ver con este país”, dice Harker.

La exposición se inaugura el 25 de mayo. El visitante, al entrar al MAC, encontrará varios televisores viejos, pantallas y proyecciones de la serie ‘Videojuegos’. Según comenta la artista Conlon, estos equipos son para mostrar las producciones realizadas en los años 2006 y 2007, “que son de otra calidad”. “Está muy presente el juego y lo lúdico, mostrado a través de algunos objetos muy representativos de la cultura panameña”, revela Canela.

En el piso arriba, el público verá una pared nueva. A la izquierda un televisor proyectará el video llamado ‘Lotería’. Al final del pasillo, en una pequeña sala, se mostrarán cuatro videos, “estarán sincronizados para proyectar uno a la vez. Se acaba uno y comienza el otro”, dice el curador.

En la sala grande están tres pantallas de video proyección “muy grandes, como de cuatro metros cada una, puestas en forma de triángulo”. Al final del último pasillo, el visitante encontrará la sala donde se proyectará el video más reciente de los artistas llamado: ‘Maníferos’, será la primera vez que se mostrará al público.

En la sala Panarte, en planta baja, estará la exposición Soplo. La artista Minia Biabiany —oriunda de la isla caribeña Guadalupe—, escogió dos obras de Haydeé Victoria Suescum de la colección MAC y a partir de estas ha creado una nueva producción. “Llegó la semana pasada a Panamá y está haciendo una serie de esculturas en madera (…) Vas a entrar a la sala y te vas a encontrar una tela colgando, con unas instrucciones sobre cómo manejar la respiración cuando estés mirando determinadas obras,”, adelanta Canela.

La muestra incide en la relación entre realidades coloniales y la sanación. Una instalación que propondrá al espectador usar su respiración como guía en su recorrido por el espacio. “Está trabajando a partir de plantas medicinales que se utilizan tanto en Guadalupe como en Panamá, tratando de generar estos vínculos con los conocimientos ancestrales que tienen que ver con la sanación, el cuerpo y la meditación”.

Finalmente, en la sala llamada La Bóveda estará la colección: Cuidar, sanar, recordar, resistir. “Se trata sobre las formas de cuidado y sanación entre personas afrodescendientes y cómo estas son maneras de autopreservación y rebeldía. Está compuesta por obras de Hugo Bilbao, José Braithwaite, Beatriz ‘Trixie’ Briceño, Hilary Cover, Giana De Dier, Agnes Essonti Luque, Dash Harris, A Morales Cruz, Olga Sinclair, Alfredo Sinclair y otros artistas”, adelanta la curadora de proyectos especiales del MAC, Ana Laguna.

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