Un escritor meritorio

El periodista y escritor panameño, Andrés Villa, deja un legado marcado por su pluma 'ágil y fecunda'
El escrito panameño, Andrés Villa, en una imagen de archivo cuando presentó su obra literaria Relatos Bicentenario 1821.

Aguerrido. De armas a tomar. El armamento de Andrés Villa fue: pluma, papel, cámara e ingenio. Armas que depuso el jueves 27 de julio cuando partió del plano físico. Dejó un legado imborrable en el que resalta su espíritu emprendedor y autodidáctico.

“Lamento profundamente la muerte de Andrés Villa, nacido en 1950. Un hombre bueno, sencillo, sabio, orgulloso de ser periodista y de haberse convertido en escritor meritorio y apreciado en nuestro medio. Siempre servicial y atento a las necesidades de los demás”, manifiesta Enrique Jaramillo Levi, escritor panameño.

Entre líneas, se lee en las obras de Villa pasión por reseñar eventos relevantes de la historia e idiosincrasia panameña. Su andar era lento, pero sus acciones terminantes, lo que le permitió cosechar triunfos literarios. Estaba regularmente, ligado a una nueva publicación o aventura: una nota, un reportaje, una gira turística o una nueva obra literaria.

Un escritor meritorio

“Su pluma era ágil y fecunda. Era ducho sabiendo narrar historias de gran interés humano y, a menudo, histórico. Era un gran nacionalista, en el mejor sentido de la palabra. Tenía un sentido práctico de la importancia de los detalles, por lo que en sus cuentos y novelas abunda en ellos. Sabía construir personajes y situaciones en sus historias, lo cual es fundamental al escribir ficción”, asegura Jaramillo.

Recuerda que conoció a Andrés Villa “cuando tomó, durante las diez semanas consecutivas de rigor (todas las noches), el Diplomado en Creación Literaria que ofrece cada año la Universidad Tecnológica de Panamá, y que tengo el honor de coordinar. Fue en 2003. Cuatro años más tarde, en 2007, publica su primer libro: La nueve, una novela corta. Y en 2009, su primera colección de cuentos: Perdedores, en donde reune 37 historias”.

Desde aquella primera publicación, Villa no permitió que el entorno de la comunicación se desconectara de él.

Un escritor meritorio

Colaborador de La Estrella de Panamá. Visitaba la redacción y sin sucumbir a la soberbia literaria, entre risas e historias, escuchaba opiniones sobre su trabajo.

“Tenía una forma singular de combinar su gran colmillo periodístico con una singular creatividad artística, sin que un aspecto le restara importancia al otro. Pero cuando escribía novelas o cuentos, eso eran, plenamente”, reconoce Jaramillo.

Para Andrés Villa, la historia fue mucho más que una afición. A ella dedicó sus últimas publicaciones: “Leyendas, Cuentos y Tradiciones, 500 años de la ciudad de Panamá”, para el V Centenario de nuestra ciudad, “9 de enero la novela”, para el cincuentenario de la gesta de los mártires; “Crónica 100 a los del Canal”, para el centenario de la Vía Interoceánica”, “Runnels el verdugo del Yankee Strip” y “Correoso, arrabal ardiente”.

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“Considero que su único libro de cuentos, Perdedores, (2009) que dio a conocer al salir del Diplomado en Creación Literaria de la UTP, es un excelente aporte al género en Panamá; por eso lo incluí en varias antologías. Ese Diplomado fue su sacudimiento literario y le abrió muchas puertas en ese sentido. Desde 2003 en que se graduó, no paró de escribir”, afirma Jaramillo.

Villa también dejó su sello en el ámbito deportivo. Nicolás Espinosa Serrano, profesional del periodismo deportivo, reseña que ante la escasa bibliografía sobre boxeo en Panamá (novelas, cuentos o biografías) Villa hizo su trabajo. “Me llamó gratamente la atención que, cual Quijote, Andrés Villa acometiera esa tarea con la novela ¿Han visto a Yuca Zapata?”, anota Espinosa en su publicación: “Andrés Villa, el pionero de la novela istmeña sobre deportes”.

“La novela es una trama que, efectivamente, gira en torno al deporte, específicamente, el boxeo, y donde el autor nos cuenta sobre un púgil mediocre que, pese a su muy pobre récord, es todo un “aguafiestas”, que los grandes prospectos miran con recelo y respeto”, redacta Espinosa en la nota publicada en La Estrella de Panamá.

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Creaciones literarias

Andrés Villa nació en Panamá, ciudad de Panamá, el 29 de mayo de 1950. Fue ganador de la primera mención del Concurso Maga de Cuento Breve en el 2004, con El Baile del Loco.

La obra Leyendas, cuentos y tradiciones (narraciones, 2019), reseña cómo Pedrarias Dávila obedece una orden de los Reyes de España de fundar la primera ciudad en América sobre el Océano Pacífico.

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“Obedece a su intuición, y a los silenciosos designios de la geografía que lo rodea. Para hacerlo, escoge el sitio de una antigua aldea de pescadores nativos, precisamente en una de las partes más bajas y estrechas del continente. La nueva ciudad de Panamá, fue un paso gigantesco para la conquista y el desarrollo del comercio, y el intercambio cultural entre dos mundos. Después nada volvió a ser igual”, se anota en la contraportada de la obra.

Sobre 9 de enero la novela (novela, 2013). Rodolfo De Gracia Reynaldo, académico de la Academia Panameña de la lengua, anota: Un hombre del pueblo y “de pueblo” como el escritor Andrés Villa, nos regala, en las cercanías del cincuentenario de los funestos hechos del 9 de enero de 1964, una novela homónima, que tiene como propósito sacudir la conciencia de una nación y poner en perspectiva la valoración que hace de su historia.

Runnels el verdugo del Yankee strip (biografías, 2012). La cuarta obra de Andrés Villa rescata la historia de un polémico personaje de los momentos en que proyectos como el Ferrocarril de Panamá y un canal interoceánico se perfilaban.

En el siglo XIX para atravesar el istmo, desde el Caribe, debía navegarse el río Chagres, corriente arriba, hasta llegar a Venta de Cruces. Ese poblado, en medio de la selva, era el punto de partida de una travesía en mula hasta la ciudad de Panamá. Una ola de asaltos puso en peligro la ruta transístmica y Ran Runnels, un ex ranger de Texas, fue recomendado para terminar con ese problema.

Correoso. Arrabal ardiente (novela, 2012). El escritor Alberto Cabredo describe esta obra como “una riqueza investigativa encomiable e imaginación sin límite, no solo el quehacer de Buenaventura Correoso, personaje histórico de relevancia histórica significativa, sino las circunstancias sociopolíticas que le tocó vivir, con una mirada crítica perspicaz que va develando diversos hechos que rodean el acontecer anterior a 1903”.

Perdedores (novela, 2009). Un compendio de cuentos, al que Villa consideró un verdadero desafío.

La nueve (novela, 2007). “Una novela que muestra la violencia que desatan las pandillas juveniles en las calles de los barrios populares de cualquier ciudad de Latinoamérica”, e lee en la contra portada de la obra.

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