The Golden Frog Inn, un pulmón natural fuera de la ciudad

Actualizado
  • 13/01/2020 00:00
Creado
  • 13/01/2020 00:00
Hoy le acercaremos a los espacios de este sitio ideal para quienes anhelan desprenderse de una manera casi mágica, del ajetreo en el andar citadino. Al llegar, es inevitable sumergirse en un espectáculo de verdes y azules, a unos envidiables 22 °C de temperatura con la hospitalidad propia de los habitantes de El Valle de Antón

Sin bocinas que alertan, sin esmog, ni tráfico; allí, donde el aroma a café es más intenso y se siente la brisa profunda que acaricia el cráter del volcán extinto, está en El Valle de Antón, provincia de Coclé. Son solo 120 kilómetros de recorrido desde Ciudad de Panamá o unas tres horas en auto, para entrar al pueblo de montaña más acogedor, fresco y accesible desde la capital, situado a 600 metros sobre el nivel del mar.

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Recientemente conversamos sobre La Ranita Gourmet, un espacio gastronómico cuyas instalaciones se extienden en The Golden Frog Inn, alojamiento turístico que rinde honor a la rana dorada o Atelopues zeteki, una especie muy nuestra y también, en peligro de extinción.

Hoy le acercaremos a los espacios de este sitio ideal para quienes anhelan desprenderse de una manera casi mágica, del ajetreo en el andar citadino. Al llegar, es inevitable sumergirse en un espectáculo de verdes y azules, a unos envidiables 22 °C de temperatura con la hospitalidad propia de los habitantes de El Valle.

La primera construcción de la infraestructura data de hace 50 años. Posteriormente, el sitio fue convertido en hotel desde hace 15 años. La intención era lograr un bed & breakfast íntimo y familiar.

Con la llegada de Petr Novák, gerente, y su socio, Allan Young Lim, se realizaron algunas remodelaciones y una reconceptualización con el fin de ampliar a mayor escala el servicio de hospedaje.

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“Soy de la República Checa y Allan es panameño, con nacionalidad china y además creció en Canadá; somos una mezcla de todo y tenemos una visión bastante internacional”, asegura Novák.

“El Valle es el clima, las montañas, las diferentes opciones de actividades. Ofrecemos lo que ofrece El Valle pero además, tenemos una vista increíble ya que no estamos en el centro como el resto de los hoteles, lo que representa una ventaja porque puedes disfrutar de más calma”, dice.

Confiesa que como equipo, procuran hacer sentir a los clientes como en casa; velando porque el personal reciba el mejor entrenamiento.

“La vista es un plus pero cuidamos mucho la higiene y el servicio. Somos un paquete full; no sólo se trata del hotel sino del restaurante y el bar. Si el huésped así lo desea no necesita salir; es como un mundo pequeño donde puedes alejarte de todo”, remarca entre risas.

El hotel dispone de 11 habitaciones y tiene una capacidad máxima para 30 personas, con tarifas que varían según la temporada.

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Aunque es común la llegada de turistas locales, Nóvak explica que actualmente reciben más extranjeros que panameños. “Nos gustaría cambiar esta realidad y promover aún más El Valle como una fuente importante para el turismo nacional”.

El empresario checo se muestra enamorado de las bondades del suelo istmeño y del compromiso que adquirió al gerenciar una compañía donde el servicio, es lo más importante.

Comparte que “la experiencia conlleva una gran responsabilidad pero todo fluye de manera natural. Elegí lo que hago, es un trabajo y una diversión, una combinación de todo y de todo el equipo”.

“Estudié Derecho y siempre trabajé con la gente, sin embargo, ahora disfruto de lidiar con un público en mejores condiciones porque están más relajados y el ambiente ayuda muchísimo desde que salen de sus autos”, afirma.

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Sobre el personal, Nóvak asegura que le brindan oportunidades a los jóvenes. “Hemos procurado crear un ambiente que le guste a las chicas y chicos; que lleguen al trabajo y se sientan felices. No se trata solo de pagar bien, también celebramos todos los cumpleaños y somos como una familia pequeña aunque suene exagerado; intentamos que el ambiente sea lo más cómodo y amable posible”.

¿Pet friendly?

Actualmente es cada vez más común que cualquier alojamiento dentro y fuera de la ciudad, admita la presencia de mascotas.

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Aunque, evidentemente aún reste un largo camino por transitar, en Panamá es posible disfrutar de espacios en cafés, almacenes comerciales, restaurantes y hoteles con políticas amigables para nuestros compañeros de cuatro patas.

Este también es el caso de The Golden Frog Inn; la preocupación de delegar el cuidado de nuestra mascota para viajar a El Valle de Antón puede quedar atrás. El único requisito es mantener una conducta responsable y considerada con el resto de los huéspedes. Fuera de ello, su mascota podrá disfrutar de caminatas en hermosos jardines.

Si en algún momento la calma le aburre, con el apoyo del equipo, es posible organizar actividades que incluyen la observación de aves, canopy tours, caminatas o visitas turísticas a la ciudad y a las cascadas.

The Golden Frog Inn cuenta con fácil acceso al Mercado de Artesanías, a Heavens Buterfly, a diferentes restaurantes y a otras amenidades como Nispero Zoo.

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