Estrategias contra el acoso sexual cibernético

Actualizado
  • 17/05/2017 02:05
Creado
  • 17/05/2017 02:05
Niños y adolescentes son los más vulnerable ante el acoso a través de redes sociales. Expertos señalan acciones a tomar para prevenirlo

La cantidad de contenido en internet ha dificultado la tarea de cuantificar los niños y jóvenes víctimas del acoso sexual en línea.

Mariana Plata R., Msc.(c), Psicóloga Especialista en Niños y Adolescentes, explica que menores panameños no escapan de esta realidad, pues ‘en cualquier país donde hay acceso a Internet, se puede dar el acoso sexual por redes sociales'.

‘Los cambios abruptos en la conducta, estado anímico, ciclo de sueño, alimentación y/o relaciones con pares siempre son señales de alarma que algo más podría estar pasando',

MARIANA PLATA R,

PSICÓLOGA

En el 2010, el Internet Watch Foundation (IWF), registró unos 16,700 casos de abuso sexual infantil en distintas páginas web. Y esto, sólo contando las páginas web que se lograron detectar. ‘Lo que crea la necesidad que la protección al menor sea una labor interdisciplinaria', dice Plata.

SÍNTOMAS O SEÑALES DE ALERTA

Por el simple hecho de tener acceso a la tecnología, hoy en día, los menores se encuentran en una posición mucho más vulnerable que niños en épocas anteriores. Ante este hecho ‘es muy importante que los padres presten mucha atención a la cantidad de tiempo que los jóvenes pasan en línea, y estén anuentes del tipo de páginas que se están visitando', señala Plata.

Detalla que ‘los cambios abruptos en la conducta, estado anímico, ciclo de sueño, alimentación y/o relaciones con pares siempre son señales de alarma que algo más podría estar pasando'.

La psicóloga agrega que algunas señales específicas pueden ser que ‘se aísla, se muestra altamente ansioso y/o agitada a contestar el teléfono o tener acceso a su computadora, mantiene un comportamiento altamente reservado con otros adultos, intenta evadir conversaciones que lo inviten a hablar sobre las actividades en línea'.

El acoso sexual puede darse entre pares o ser entre un adulto hacia un menor de edad.

El término, explica la especialista en niños y adolescentes, ‘abarca mensajes de texto con contenido sexual; fotografías de contenido sexual; o, el más reciente grooming, en el cual adultos crean un perfil falso para engatusar a menores y generar un contenido de pornografía infantil a través de imágenes y videos de contenido sexual'.

El grooming, ‘es muy frecuente', sigue en aumento, afirma Miguel Ángel Mendoza, investigador de seguridad para ESET Latinoamérica.

Estudio reciente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revela que a un adulto mal intencionado le toma 12 minutos convencer a un menor de darle información, sean fotos o videos íntimos.

PROTECCIÓN DEL MENOR

‘Los adultos tienen la responsabilidad de cuidar a los menores, tanto en el ambiente típico, como en el digital', apunta el investigador de seguridad.

Por su parte, Plata asegura que frente al riesgo de acoso sexual, ‘lo primero (que se debe hacer) es abrir el diálogo entre padres e hijos. Esto va desde el tema de sexualidad y educación sexual, así como de autoprotección, hasta el tema del uso apropiado de las redes sociales'.

La profesional reconoce ‘que son temas difíciles de abordar', por lo que considera ‘de suma importancia abrir el espacio desde una postura abierta, transparente, sin emitir juicios y de manera empática'.

Desde el punto de vista tecnológico, ‘si los padres no cuentan con la experiencia o conocimiento, educarse en el ámbito digital debe ser una tarea a realizar', indica Mendoza.

Existen diferentes programas que los padres pueden utilizar para monitorear el comportamiento en línea de los niños y niñas.

Algunos ejemplos de estos programas incluyen Qustodio (encargado de monitorear el contenido al cual acceden los jóvenes, así como bloquear contenidos sexuales); FamilyShield (automáticamente bloquea sitios web que han sido etiquetados bajo el paraguas de contenido sexual); Kidlogger (que se encarga de llevar un registro a los sitios web que acceden los jóvenes); entre otros.

Es importante, señala Plata, que ‘si alguno de estos programas de vigilancia se van a instalar en casa con adolescentes, abrir el diálogo y negociar cuáles son los términos de vigilancia, pues es una etapa evolutiva donde la privacidad, y el respeto de límites cobran un puesto alto'.

La psicóloga apunta que el Estado también tiene su cuota de responsabilidad en el cuidado del menor.

‘Necesitamos hacer de la educación sexual un tema de acceso a toda la población infanto-juvenil es de vital importancia que los jóvenes manejen un conocimiento integral sobre su sexualidad, solo con el conocimiento podrán hacer frente a los riesgos que corren', dice.

Agrega que de igual manera se hace necesario ‘crear unidades de ciberdelincuencia dentro de nuestras fuerzas policivas, que se especialicen en el manejo de estos casos. En ambas situaciones se necesita del entrenamiento y la educación de profesionales, dos temas de los cuales el Estado tiene como deber hacerse cargo'.

QUÉ HACER SI HAY ACOSO SEXUAL

Plata brinda una serie de pasos a seguir frente a la situación.

Lo primero que se debe hacer es intentar guardar la calma. ¿Por qué? Hallazgos obtenidos por Unicef han encontrado que los jóvenes tienden a no contarle a sus padres por temor a que no vayan a entender o respondan de una manera punitiva y recurran a castigos', indica Plata.

Los padres deben tratar de reaccionar de la manera más exploratoria posible, donde se le pregunte al menor – paso a paso – cómo se manifestó el acoso.

Seguidamente, recoger la mayor cantidad de evidencia posible como conversaciones en línea, fotografías, videos. Es importante que esto se haga con prudencia, y siempre intentando ser lo más empático con el menor que está manejando sentimientos de culpa, vergüenza, enojo y tristeza.

Reportarlo a las autoridades de inmediato, y en caso tal que esté ocurriendo entre pares, reportarlo al colegio también.

Lo más importante, acudir a recibir apoyo psicológico. Las consecuencias psicológicas de estos actos dejan huellas emocionales en los jóvenes, por lo que la asistencia psicológica es crucial para poder abordar aquellos sentimientos de culpa, vergüenza, impotencia y enojo que son esperados en cualquier situación de esta índole.

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CONSEJOS

¿Qué hacer y a qué edad?

Miguel Ángel Mendoza, investigador de seguridad para ESET Latinoamérica, brinda los siguientes consejos. Hasta los 10 años: Los padres deben estar presentes en sus primeros pasos. Los primeros contactos del niño con Internet son una buena oportunidad para sentarse con ellos y guiarlos durante esa nueva aventura. Se deben establecer las reglas y ser un buen ejemplo. De 11 a 14 años: aproveche la tecnología existente y utilícela a su favor. Las herramientas de control parental permiten bloquear sitios que contengan material potencialmente ofensivo. Es importante aclarar a los niños que en el mundo virtual, no todas las personas son amigos y que algunos podrían hacerles daño. Por lo tanto, es clave no compartir información como: dirección, teléfonos, instituciones a las que asisten, etc. A su vez, el niño debería estar debidamente autorizado por sus padres, antes de compartir fotos familiares en Internet. De 15 a 18 años: Nadie debe conocer sus contraseñas. Mantener el diálogo, orientarlos a informar a sus padres inmediatamente sospechen de conducta inadecuadas hacia ellos.

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