Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 17/01/2015 01:00
Los museos han convertido a la moda en un rentable invitado. Una relación de conveniencia que cambia cuadros por prendas y que, en 2015, cuenta con una amplia programación presidida por las retrospectivas de McQueen y Lanvin, escoltados por innovadoras propuestas expositivas.
‘Alexander McQueen: Savage Beauty’ aterriza en el Victoria & Albert Museum de Londres del 14 marzo al 19 de julio, como la más prometedora de las exposiciones del año, por su tamaño (más de 200 conjuntos) y porque devuelve a su ciudad natal el fascinante y onírico universo del diseñador, fallecido en 2010.
Esta exposición es una reedición ampliada de la que programó el Metropolitan de Nueva York en 2011, y que marcó un antes y un después en la historia de las exposiciones de moda.
El lenguaje ecléctico, onírico y en ocasiones oscuro de McQueen, apodado el ‘hooligan’ de la moda, atrajo al museo más de medio millón de visitantes, una popularidad a la altura de las muestras dedicadas a Da Vinci y Picasso, que la convirtió en la octava exposición más vista de la historia del museo.
Junto a este ‘revival’, el Victoria & Albert propone un viaje por los diseños extremos de los zapatos con ‘Shoes: Pleasure and Pain’ (del 13 de junio a enero de 2016), o una reflexión sobre el significado del lujo en ‘What is luxury?’, a partir el 25 de abril.
La relación de la mujer con el poder se ve reflejada en su utilización de la vestimenta, o por lo menos así lo cree el Design Museum de Londres, que analiza en ‘Women Fashion Power’ -en un espacio diseñado por Zaha Hadid-, cómo Lady Di o Anne Hidalgo (alcaldesa de París) han utilizado la moda como herramienta de expresión y poder.
Al otro lado del estrecho de Calais, París rinde su particular tributo a Jeanne Lanvin (1867-1946), la mujer que comenzó como sombrerera y levantó una de las más importantes casas de alta costura del siglo pasado. Una muestra que se podrá ver en el Palais Galliera (8 de marzo al 23 de agosto).
La primera gran retrospectiva de la diseñadora retrata la relación con su hija -que aparece en el logo de la marca-, su amor por la artesanía, los bordados o el art-déco, así como la transformación y nueva etapa de esplendor de la casa a manos del diseñador Alber Elbaz.