Min Chen: 'Hay que reconocer el rol de la mujer en todas las profesiones, en especial en las ciencias'

Actualizado
  • 28/07/2020 00:00
Creado
  • 28/07/2020 00:00
La emprendedora panameña narra sus inicios y comparte los desafíos durante su carrera. Además, resalta la importancia de robustecer la educación y de establecer igualdad de oportunidades sin distinción de género, raza o clase social

Min Chen nació en la República Popular de China. Es ingeniera, emprendedora y “orgullosamente panameña por elección”.

Chen asegura que aún es muy baja la representación femenina en el campo de la tecnología.

Durante una entrevista con este diario, cuenta que llegó al territorio nacional desde temprana edad. Sus padres decidieron emigrar a Panamá sin conocer el idioma, pero esto no fue impedimento para seguir adelante.

“Nos establecimos en Colón, donde nació mi hermano. Por varios años vivíamos con $2 al día para alimentar a una familia de 4”.

La creativa admite que pese a que su familia no tenía recursos, nunca sintió que le faltara nada. “Mis padres nos decían que la herencia más importante que nos podían dejar era una buena educación, porque lo material se pierde, pero la educación no”.

Chen, quien fue nombrada recientemente ejecutiva del año, comenta que de todas las enseñanzas que ha recibido en la vida, la que más resguarda es la de sus progenitores, y da gracias porque desde casa priorizaron el tesoro más grande.

Hoy esta mujer emprendedora ha sabido llevar sus ideas a la realidad; se muestra resiliente ante la vida para resurgir de cualquier adversidad, y no se pone límites por ser mujer.

Chen es una prueba de que, con conocimiento y dedicación, se puede superar cualquier obstáculo. Sin más preámbulos conozca la historia de la ingeniera panameña que es una de las fundadoras de Wisy, la compañía que se convirtió en la primera startup del país.

¿Cómo surge su afición por la ciencia?

De niña, la clase que más me gustaba era matemáticas, porque podía seguir la clase y hacer la tarea, aunque no entendiera español. También era usual ver a mis padres crear cosas con pocos recursos y mucho ingenio. Para cualquier problema se imaginaban una solución, la diseñaban y la construían. Desde hacer muebles, donde aplicaron conocimientos de matemáticas, geometría, y mecánica, hasta diseño de maquinarias con conceptos de química y electrónica.

Pude ver cómo se aplicaban en ciencia e ingeniería para llevar una idea a la realidad para resolver un problema concreto. Años más tarde, participé en olimpiadas de matemáticas, física y redacción mientras estudiaba en el colegio de La Salle, en Colón, y me gradué con el primer puesto de honor de mi promoción. Ya como adolescente me tracé la meta de hacer una maestría en Estados Unidos con una beca Fulbright. Durante las vacaciones, ayudaba en el taller de electrónica de mis padres y desarrollé un software para administrar las órdenes de reparación. Luego de graduarme, me mudé a la ciudad de Panamá para ingresar a la Universidad de Panamá y estudiar ingeniería en informática, un programa piloto adoptado de la Universidad Complutense de Madrid que prometía una formación sólida en ciencias exactas. Fui becada durante todo el programa y me gradué con el primer puesto de honor de la Facultad de Ingeniería. Para entonces ya había trabajado en varias empresas de prestigio para acumular la experiencia necesaria para aplicar a la beca Fulbright. Participé en el primer Concurso Nacional de Software y mi equipo ganó el premio mayor con el desarrollo de un sistema de administración de citas para el Hospital del Niño. Microsoft patrocinó los premios y un viaje a Estados Unidos para el lanzamiento mundial de Windows XP, y allí conocí a Bill Gates. Mi último empleo fue en Silicon Valley para una empresa de software de facturación. Luego me mudé a Pennsylvania para cursar la maestría en ingeniería de software en Carnegie Mellon con otra beca Fulbright y luego regresé a Panamá para fundar mi primera empresa.

¿Quién es su referente?

Muchas personas me han inspirado. Desde personas con una gran trayectoria que han luchado por un mundo más justo, hasta jóvenes que me han enseñado a ver el mundo de una manera diferente. Mis mayores referentes son mis padres por su resiliencia, valentía y disciplina para lograr metas.

¿Qué representa estar nominada como ejecutiva del año por Apede?

Esta distinción tiene mucho significado para mí, porque me acerca a Panamá ahora que estoy lejos. Soy afortunada de haber crecido en Panamá y de ser panameña. Mis padres emigraron de China comunista para darme mejores oportunidades y eligieron Panamá por sus valores democráticos y su libertad para emprender. No es coincidencia que estos sean los valores que Apede promueve como parte de su misión.

¿Cómo describe su rol en el campo de la tecnología?

Así como otros me inspiraron a mí, yo espero inspirar a niños y niñas a seguir las carreras de ciencia y tecnología. Además de ser una referente en tecnología, también planifico hacer que esta profesión sea más inclusiva para mujeres y otras minorías que no están representadas.

Usted ha dirigido varias iniciativas. En ese sentido, ¿considera que un líder nace o se hace?

Nadie es líder porque dice que lo es; solo es líder aquel al que los demás deciden seguir. Como individuos, solo tenemos el control de las acciones que hacemos; y solo si eso inspira a los demás, entonces nos convertimos en sus líderes.

¿Cuál es la fórmula para alcanzar el éxito?

El éxito ocurre cuando la oportunidad encuentra la preparación. Si un emprendedor tiene determinación, es constante, tiene ingenio, es resiliente y trabaja por años, va a alcanzar el éxito. Cada uno tiene que crear sus oportunidades y abrir su camino. En el proceso nos toca vencer el obstáculo más grande que somos nosotros mismos, pero aprendemos, nos reconstruimos, y nos volvemos inevitables. Frecuentemente tengo que vencer mis miedos y no dudar de mí misma, pero cuando dejo de ponerme barreras, logro lo imposible.

Hablemos de sus proyectos, ¿cómo surge Wisy y el desarrollo del programa Star en Panamá?

De 2014 a 2016 fui la presidenta de IEEE Women in Engineering (WIE) en Panamá, en el cual creamos un movimiento para inspirar a niñas, jóvenes y mujeres a considerar carreras en ciencias e ingenierías. STAR fue reconocido como el mejor proyecto de América Latina y fuimos invitados por la vicepresidenta de República Dominicana a presentar en el Palacio Presidencial. Esto nos abrió puertas para ganar fondos de Estados Unidos para seguir realizando nuestros proyectos. STAR fue creado desde cero para inspirar a niños y niñas y, en conjunto con muchos voluntarios y profesionales de diversas disciplinas, diseñamos experimentos divertidos con materiales reciclados para enseñarles que las ciencias no distinguen color ni raza ni clase social ni género. Y fue gracias a los resultados en IEEE WIE que me inspiré a comenzar de nuevo con la fundación de Wisy en la Ciudad del Saber, en 2016. Luego de ganar en todo el país, representamos a Panamá en la competencia Seedstars en Suiza, en donde ganamos el premio ViaGlobal al mejor emprendimiento con potencial de expansión en Estados Unidos. Con esfuerzo propio y sin inversión logramos en los dos primeros años ganar clientes de la talla de Cemex, Texaco y Nestlé. En 2017 hicimos historia otra vez, al ser el primer emprendimiento en levantar más de $1M en Panamá. Me mudé a Silicon Valley en 2019 para expandir Wisy en la meca del emprendimiento tecnológico. En año y medio, Carnegie Mellon invirtió y aceleró Wisy. Luego SAP.iO y Plug and Play. Fuimos parte del equipo ganador junto con Marea Verde del Benioff Ocean Initiative y The Coca-Cola Foundation como líder mundial para definir las buenas prácticas y tecnologías para el manejo de residuos plásticos. Wisy se convirtió en un socio de SAP y fue reconocido como Nasdaq Milestone Maker en junio 2020.

¿Cuál es la etapa más difícil cuando se inicia como emprendedor?

La etapa más difícil al inicio es comenzar. Es lanzarse y aprender en el camino. Si estamos seguros de lo que queremos y trabajamos con determinación, constancia e ingenio, el éxito llegará en su momento.

¿Considera que en Panamá se fomenta o no la cultura de emprendimiento?

Con excepción de casos puntuales como la Ciudad del Saber y Senacyt, no se fomenta el emprendimiento ni hay apoyo significativo. En los últimos años se habla más del tema y un emprendedor es mejor visto, pero nada fundamental ha cambiado. La leyes comerciales y laborales rígidas, los impuestos que se cobran antes de facturar, la cultura del panameño de trabajar en una empresa grande por la estabilidad, la resistencia de las empresas grandes en contratar emprendimientos, la inexistencia de capital de riesgo, la poca preparación en ingeniería y baja calidad en la educación en general hacen que emprender en Panamá sea muy difícil. Muchos hablan de emprendimiento, hacen foros de emprendimiento, pero son pocos los que realmente entienden el tema y qué se necesita para promoverlo.

Wisy, una empresa que asesora sobre cómo adaptarse a las nuevas formas de hacer negocio en tiempos de covid-19, ¿qué tan desafiante cree que es mantener o crear un negocio en medio del confinamiento?

Todo cambio es desafiante, pero la transformación es necesaria para mantenerse relevante. Es posible tomar decisiones más oportunas con la tecnología existente para adaptar los negocios a la nueva normalidad. Es importante que las empresas incorporen innovación como parte de su modelo de negocios y no como un accesorio para ser más eficientes. Sin tecnología e innovación, ya no se podrá hacer negocios. En Wisy estamos ayudando a los fabricantes, productores, distribuidores y comercios de productos de consumo masivo para adaptarse a la nueva forma de ofrecer servicios de bajo contacto.

Usted mencionó durante una entrevista: “estoy orgullosa de representar a Panamá, especialmente en estos tiempos en que la diversidad y la equidad se están cuestionando tanto”. En esa línea, ¿qué tanto puede afectar este tipo de comportamientos en el desarrollo de una sociedad?

Una sociedad que no tome en cuenta diferentes puntos de vista, incluya talento multidisciplinario, y tenga igualdad de oportunidades sin distinción de género, raza o clase social, está condenado a quedarse en la historia.

Por otro lado, ¿cómo ve la participación de la mujer panameña en el ámbito tecnológico y científico? ¿Qué opina del empoderamiento femenino?

Aún es muy baja la representación femenina en el campo de la tecnología, y aún menos en emprendimientos de base tecnológica. Hay que reconocer el rol de la mujer en todas las profesiones, especialmente en las ciencias y en puestos de liderazgo. Este reconocimiento debe comenzar por nosotras mismas. Somos el 50% de la población y el mundo nos necesita ahora. Es tiempo de que ya no pidamos permiso, es el tiempo de nosotras para decir “aquí estamos, y vamos a lograr que el país y el mundo resurjan”.

En materia de educación, ¿qué se debe reforzar? ¿El presupuesto que invierte el gobierno actualmente en el área tecnológica, es suficiente?

Trabajemos por una educación que enseñe a pensar, que prepare para aprender, más allá de formar, porque las carreras del futuro no se han inventado aún. Una educación para resolver problemas; una educación que perdure a pesar de los gobiernos, de la barrera de idiomas y de la situación económica del país. Hagamos inversión en ciencias y artes, porque son estas disciplinas las que desarrollan el pensamiento abstracto para analizar la nueva realidad y crear conocimiento relevante. El pensamiento abstracto es lo que nos ha permitido evolucionar como especie, es lo que nos permite desaprender lo aprendido, para hacer las preguntas correctas y entonces hallar nuevas soluciones. No solo las ciencias y las ingenierías están basadas en conceptos abstractos, también la democracia, los principios morales, lo que une a las religiones y la verdad misma, todos son conceptos abstractos.

La ciencia es un campo donde predomina la presencia masculina, ¿cómo ha logrado usted marcar su huella? y ¿cómo fortalece la presencia de otras mujeres en el área de la ciencia y la tecnología?

Tuve la suerte de crecer en una familia de ingenieros, en donde mis padres me inculcaron la curiosidad, el pensamiento lógico, ser autodidacta y a no ponerme límites por ser mujer. A lo largo de mi carrera me han apoyado hombres y mujeres que creen que las oportunidades se deben dar según el mérito, sin importar el género. También he creado mis propios espacios para tener la oportunidad de triunfar. Me he preparado con estudios, experiencias y acciones. Para fortalecer la participación femenina, es importante eliminar los estereotipos de que las ciencias y las tecnologías son solo para hombres; hay que desarraigar este pensamiento en las familias, las escuelas, las empresas, y en la sociedad entera. Es importante resaltar a las mujeres todas las carreras e incluirlas en puestos de liderazgo de acuerdo con el mérito, para darles a las niñas modelos a seguir. Es importante que tanto hombres como mujeres que tengan una posición avanzada o privilegiada, ayuden a las nuevas generaciones.

¿Qué aportes quiere dejarle a su país?

Inspiración y un modelo a seguir para que surjan más emprendimientos de clase mundial en Panamá, y que entre todos cambiemos la educación.

Para cerrar, si tuviera que enviar un mensaje de reflexión en esta época tan agitada, ¿qué diría?

El mundo cambió de la noche a la mañana, no solo en la forma de hacer negocios, sino también en la forma en que nos interconectamos. No podemos ser ajenos ni indiferentes a lo que pasa en el mundo. Las acciones de solidaridad global son las que asegurarán la supervivencia de esta sociedad y por ello debemos trabajar en conjunto, de manera inclusiva y con equidad.

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