Rose Marie Tapia: 'La crítica a una mujer que triunfa en las letras siempre es feroz'

Actualizado
  • 22/09/2020 00:00
Creado
  • 22/09/2020 00:00
La escritora panameña goza de sus éxitos con humildad. Acepta los comentarios que edifican y rechaza los mal intencionados. En esta ocasión, Tapia opina sobre el feminismo y la importancia de la lectura, y revela los detalles de su próxima obra

Rose Marie Tapia nació en Panamá el 6 de diciembre de 1947. Se define como una mujer proactiva, con una formación familiar basada en cuatro pilares: amor a Dios, amor al prójimo, compromiso con una sociedad justa y la búsqueda de la misión en la vida. Tapia es amante de la lectura, la música y el cine. Cuenta que su sed por adquirir conocimientos es interminable, así como sus ganas de enseñar. “Mientras tenga vida seguiré la senda del aprendizaje”. Esta escritora presume más de una veintena de libros publicados. Desde 2000 no ha tomado descanso. La tinta, el papel y las ideas parecen ser sus fuentes inagotables. Este año en la Feria Internacional del Libro presentó Veinte años después, como la continuación de su novela Roberto por el buen camino. El tema de la delincuencia juvenil, el pandillerismo y la propuesta para el combate de este flagelo están presentes en el escrito. Un aspecto que resaltar de esta panameña es que ha sido merecedora de reconocimientos como la mención de honor del Concurso Ricardo Miró en 2000. También ha recibido la Estrella de Oro, Premio a la Cultura Estrella de Azuero 2007. Fue designada por el Círculo Cultural Anita Villalaz como Escritora del año 2009, y en 2017 se le otorgó el premio Honor al Mérito Don Manuel García Castillo, categoría talento. Durante una charla con este diario, la autora de La raíz de la hoguera destaca el valor de la amistad, habla de la igualdad de género y reconoce su fortaleza para hacerle frente a las críticas y a los desafíos de la vida. “Soy frágil como el cristal, fuerte como el acero”, dice.

Rose Marie Tapia, escritora.
¿Cómo llegó a ser escritora?

El profesor Roberto Carrizo, en el colegio José Daniel Crespo, fue la persona que me hizo amar la lectura con sus enseñanzas del análisis literario de cada obra leída, los movimientos literarios, esa forma de estudiar la literatura por etapas según las características de los autores. Todavía recuerdo sus recomendaciones de lecturas, todas acertadas. Desde que fui su alumna quise ser escritora, crear un mundo paralelo, un mundo mejor.

'Roberto por el buen camino' ha tenido un tiraje de más de 100 mil ejemplares, ¿cómo se alcanzan estas ventas?

El tiraje exacto es de 101,000 novelas. Roberto por el buen camino ha sido una novela que se creó en el momento preciso, lleva un mensaje contundente de que el crimen no paga y, alternativamente, el mensaje de la segunda oportunidad. Es una novela realista que golpea y duele. No obstante, observa al delincuente desde otra perspectiva. El niño nace bueno, el entorno lo corrompe. Por otra parte, incluye a la sociedad en la trama para que sea parte de la solución. Con la fundación, Roberto por el buen camino ofrece una propuesta para combatir el problema de la delincuencia. Los promotores de la novela fueron sus lectores.

¿Cuál es el factor que le ha permitido posicionarse como una de las escritoras más leídas en el territorio nacional?

Los factores son múltiples. Pasión por la escritura, compromiso y disciplina. Escribo todos los días, a excepción del domingo. Una producción continua; por esa razón los lectores en los encuentros me preguntan cuándo publicamos la próxima novela. Atención a mis lectores, siempre les contesto a sus mensajes y correos..

¿Qué obstáculos le ha tocado enfrentar a lo largo de su carrera?

La única barrera que he encontrado es la envidia de los que no lograron sus metas y atacan sin piedad a la persona que trabajó día a día para lograr un sitial cónsono con su esfuerzo.

Entonces... ¿qué tanto le afectan las críticas?

Sí me afecta la crítica, pero cada vez menos. Cuando es constructiva, aprendo, y de eso podrá dar fe mi editor literario, Ariel Barría; cuando es destructiva la tomo como un homenaje al mérito. Casi siempre respondo, tengo la suficiente elocuencia para hacerlo y dejarlos sin palabras. Un amigo de uno de esos señores me dijo que lo hacían para que desistiera. Ahora que lo sé, me animan a seguir escribiendo. En silencio oro por ellos.

¿La igualdad de género es un principio que se respeta dentro del universo de las letras?

Para nada, algunos escritores que atacan a las mujeres que escribimos, son incapaces de hacerlo con un hombre. Tal vez piensen que debemos ocuparnos de otro oficio, o es por simple cobardía. No lo sé. Pero la crítica a una mujer que triunfa en las letras siempre es feroz.

¿Cómo ve la participación femenina en el ámbito literario?

En todos los ámbitos a las damas nos cuesta más esfuerzo, pero eso no significa que debemos desistir. A pesar de esa circunstancia, la participación de la mujer es cada día mayor y más exitosa.

Ahora que hablamos de mujeres, ¿está usted de acuerdo con los movimientos feministas?

Por supuesto, en mi casa hasta mi padre era feminista, porque asignaba los oficios domésticos tanto a sus hijas como a sus hijos. Comparto la lucha; mientras haya machismo la lucha continuará.

Retomemos su labor en la escritura. De todas sus obras, ¿cuál le ha representado el mayor reto?

Mi mayor reto ha sido escribir Vida de compromiso, la historia de mi madre, educadora por 30 años, que hizo de su profesión de maestra, un compromiso de vida. En cada una de sus páginas nos encontramos con pasajes que nos tocan el alma y nos dejan sin aliento por el significado de vida que conllevan.

Si tuviera que modificar algunos de sus escritos, ¿cuál sería y por qué?

No modificaría ninguno, porque cada uno tenía esa necesidad de comunicar un tema importante, aunque afectara a algunas personas que se sintieron señaladas, como es el caso de las novelas políticas.

¿Cómo alimenta la fluidez de sus ideas para seguir creando nuevos libros?

Los mecanismos más importantes son: las lecturas previas y la investigación del tema. Cuando se tienen estos elementos, las ideas fluyen porque se conoce el tema y se desarrolla con responsabilidad.

¿Qué tanto hay de realidad y de ficción en sus escritos?

Cuando se recrea la realidad, ya es ficción, porque es el punto de vista del narrador. Recuerdo al filósofo que decía que todo es interpretación. En algunas novelas mi fundamento es la realidad, pero en otros, es realidad inventada. Lo malo es que en ocasiones sucede y el lector exige ver mi bola de cristal.

Para ser un buen escritor, ¿qué cualidades se deben reunir?

Honestidad, disciplina, compromiso, amor por lo que hace, ser testigo de su tiempo y sentir un auténtico respeto por su lector.

Conversemos sobre la repetitiva frase: “El panameño no lee”.

En Panamá sí se lee; lo demuestran mis ventas y la actividad que tengo en más de 100 conversatorios anuales, donde los lectores comentan mis novelas.

En esa línea, ¿qué opina sobre el panorama de la educación local?

Ha cambiado y me siento optimista. Los niños están leyendo novelas de más de 100 páginas en cuarto grado. Si observa mi canal de YouTube, podrá ver en mis videos conversatorios a los niños haciendo preguntas bien formuladas en compañía de sus padres, porque ellos son sembradores de lectores. La lectura es un fundamento importante en la educación.

En cuanto a la cultura, ¿qué hace falta reforzar?

Las bibliotecas locales con libros, actividades culturales diversas, como la música, la danza, las exposiciones artísticas en las comunidades. Ya se observan los esfuerzos por incrementar estos eventos, pero siempre se puede hacer más. Creo que es falta de recursos y no de voluntades.

Después de la entrega de su última obra, ¿qué sigue?

Terminé la novela del próximo año hace más de dos años, porque escribo de manera adelantada. Les adelanto el título: La burbuja invisible. En estos momentos estoy trabajando en la segunda parte de La noche no dura para siempre.

Antes de que se despida, ¿cuál es el legado que le gustaría dejar a Panamá?

Desde el programa sociocultural 'Siembra de lectores' me gustaría lograr que los índices más altos de lectura en Latinoamérica sean en Panamá. Que los niños sean lectores desde la escuela primaria, que amen la lectura y que algunos se inspiren y se atrevan a convertirse en escritores.

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