Maritere Lee: 'Tenemos un estrés postraumático por la pandemia'

Maritere Lee (Panamá, 1982) nos recibe en esta entrevista vía Zoom cuando la salud mental ha sido vulnerada por tiempos difíciles. Luce sencilla: con aires hogareños, pero apropiada. Es una de esas personas que cae irremediablemente bien y no se esfuerza por lograrlo. Muestra firmeza, pero a la vez carisma, con un desenvolvimiento impecable al expresarse que no nota ni reconoce. “ Sufro de pánico escénico, debo trabajar en ello”, sonríe.

Lee se hizo psicóloga porque quería encontrar las respuestas de algo que pasaba en su familia. “La depresión ha estado presente desde que tengo uso de razón en mi entorno e incluso ha estado presente en mí y eso me llevó a investigar y por eso decidí orientarme a la psicología”, revela.

Dice, además, que es una mujer “con muchos objetivos y con una necesidad de compartir conocimientos sobre salud emocional y mental”. Y esa necesidad de conectar la ha convertido en escritora y también en una influencer consciente de que lo que se muestra en la redes debe ser real y responsable. Lee también toma el pulso mental de la población en primera persona desde su consulta, sesiones que se triplicaron en tiempos pandémicos.

La autora de Inmarchitable, Una cita contigo misma: Cómo dejar de ser una opción para ser una prioridad; Contigo fui todo menos yo analiza las consecuencias en la salud mental y emocional de eventos traumáticos como la pandemia de la covid-19, desmenuza los ingredientes para conservar las relaciones en pareja, pide más esfuerzos, a través de políticas públicas, para afrontar los problemas mentales y reflexiona sobre cómo vivimos con otros y con nosotros mismos.

Yo le debo tanto a mis padres. Me han enseñado algo muy importante: estructura, consistencia y congruencia. Soy una persona bastante estructurada.

Yo vivo y trabajo cosas que no son fuera de este mundo. Cuando veo mi éxito, y eso es algo que tengo que reconocer y apropiármelo, me doy cuenta de que fue por la crianza que tuve. Soy persistente, orientada hacia los objetivos. Soy constante. Soy una panameña, con genes chinos, mujer, madre y profesional. Soy una mujer que comparte todo de forma natural.

Desde que era adolescente, y si le preguntas a mi mamá ella siempre lo va a decir claro: 'Esta chiquilla desde que tenía 14 y 15 años sabía que iba a ser psicóloga' (risas).

Obviamente hay algo claro: el don que tienes y bueno, los números no se me daban en absoluto. Pero también siempre hay temas familiares que te marcan y que te llevan a querer saber más de eso.

Y voy a ser muy abierta. (suspira) en el tema de salud mental también hay temas genéticos . Y entonces en mi familia genéticamente está el tema de la depresión y la ansiedad. Y así como hay familias que tienen una predisposición a la diabetes, pues hay familias predispuestas a desajustes emocionales y trastornos mentales. La depresión ha estado presente desde que tengo uso de razón en mi familia e incluso ha estado presente en mí y eso me llevó a buscar respuestas y por eso decidí orientarme a la psicología.

¡Claro! Es bien sabido que la depresión y la ansiedad están en el top cinco de enfermedades más comunes en el mundo y la gente todavía no creen en eso. Hay que entender que tenemos el concepto de que la mente está separada del cuerpo. Pero está mal, la mente se puede enfermar igual que un estómago o que un pulmón. Muchas veces va más allá de la disposición de la persona. El cerebro (la mente) requiere de asistencia médica y terapéutica.

Yo tengo mi terapeuta, está en España. Lo conocí en mi época de maestría. Yo me atiendo cada semana. Un buen terapeuta, practica lo que predica.

Yo he tenido momentos muy duros de mi vida, por ejemplo cuando me separé del padre de mi hijo. Fue muy oscuro y muy difícil; mi terapeuta me dijo que no consideraba que yo tratase temas de divorcios y separaciones porque no lo iba a ver de manera objetiva. Hasta que sané, él me dio luz verde. Por eso siempre es bueno. Los terapeutas no solo cargamos lo nuestro sino lo de los demás, por eso es mejor siempre tener un mentor. No las sabemos todas.

La gente lo considera un lujo y eso pasa en países en desarrollo como el nuestro. Y qué lástima que el sistema público no le meta inversión a la salud mental desde la prevención.

Y hay que decirlo: en un país como Panamá tener un tratamiento relacionado a la salud mental sí es considerado un lujo. Pasó y pasa esta pandemia, y acaso el gobierno ha dicho: “Miren el daño psicológico que se ha creado”. En los niños, por ejemplo. No se ha hecho nada al respecto. No hay programas de prevención, no hay programas de post-trauma. La salud mental no ha sido considerada como prioridad en Panamá.

Tengo que ser muy honesta, imagínate. Ahora como terapeuta estoy teniendo secuelas porque tengo un síndrome de burnout .

Antes del año 2020 y la cuarentena excesiva, dos de cada 10 pacientes requerían asistencia médica psiquiátrica de medicación o de ser hospitalizado.

El 2020, empezando la pandemia, fue el año donde ocho de cada 10 requirieron asistencia médica. Puedo decir que financieramente o de carga profesional fue mi año, trabajaba de lunes a domingo, pero no lograba sacar solamente con terapia a los pacientes. Fue un año de más carga profesional, pero menos productivo desde el punto de vista del éxito terapéutico. Y ese éxito yo lo llamo, cuando logro sacar a adelante 100% un caso sin necesitar asistencia psiquiátrica. Ojo, a veces uno requiere trabajo en conjunto con el médico, pero el 2020 fue el 80%.

Yo trabajo mucho las distorsiones o catastrofismo o la manera en la que la gente se atormenta la mente.

Antes de la pandemia, si alguien tenía una ruptura amorosa, yo tenía herramientas para redireccionar el proceso de duelo afectivo.

En pandemia, muchísimas parejas rompieron. También perdieron su trabajo. También escuchaba el miedo a la preocupación de qué va a ser el futuro. Cuándo vamos a salir de esto. Y esa incertidumbre era real. No era una distorsión. No era algo imaginario que no viéramos la luz, es que no la estábamos viendo. Yo me sentía muchísimo con las manos amarradas. No le podía decir a una persona que estaba exagerando los pensamientos. Cómo le decía a una persona que perdió un familiar por la pandemia , que tenía un contrato suspendido y que tenía un problema emocional en casa que exageraba.

Hay un estrés postraumático. Vivimos un trauma severo, estamos y seguimos estresados. Estamos echando pa' lante, y me gusta la reactivación que se está dando, pero quedamos tensos, con agotamiento. Hay ansiedad de incorporarse al mundo.

En los niños ni se diga; ha sido terrible. Lo estoy viviendo con mi propio hijo. Muchos pequeñitos en una edad tan crucial donde aprenden socializando, perdieron y siguen perdiendo tiempo, porque sus escuelas no han abierto. Mi hijo, por ejemplo, desde los dos años y medio, hasta los cuatro le hizo mucho daño la pandemia y hoy en día mi hijo está en terapia porque su papá y yo sabemos que es necesario.

Muchísimo. Temas gastrointestinales, dérmicos, caída del cabello yo estoy dentro de esas. Aunque me he mantenido como un caballito de batalla, como todos los que estamos en el área de la salud, somos los que estamos al borde.

Tengo todo tipo de pacientes, unos acuden a la terapia porque están en un momento bueno de sus vidas, pero quieren canalizar su historia. Tengo pacientes que están en una crisis de ciclo de vida : sentirse estancados y no saber qué hacer en esta vida. En temas de pareja, en general siempre lo he dicho, preventivo es mejor. Me gustan mucho las nuevas generaciones que son mucho más abiertas. La pandemia fue un detonador crucial para todo lo que estaba en la cuerda floja, lo hizo caer.

Haré el ejemplo de mis bisabuelos por parte de papá. Mi bisabuela tuvo 16 hijos y haciendo un cálculo ella estuvo 35 años entre embarazo, lactancia... Mi bisabuela con 16 hijos, ¿habrá tenido un espacio para reflexionar si el esposo le hacía sonreír, era el amor de su vida o si era bueno en la cama? La sociedad ha cambiado. Los divorcios comienzan a darse con la generación de nuestros padres. Estadísticamente la mujer es la que pide el divorcio. Es la mujer la que dice ¡basta!

Son muchos, pero por encimita te digo: las relaciones adultas de cualquier tipo no son incondicionales, son recíprocas. La reciprocidad es el ingrediente esencial para crear dinamismo, prosperidad y abundancia. Otros de los elementos que definen a una relación viva es la complicidad: juntos mirando hacia un mismo objetivo. Los otros son los puntos de unión: toda pareja que sigue viva tiene algo (hobby, actividad…) que los une exclusivamente como pareja. Cosas que son muy propias de la pareja. Los puntos de unión se convierten en los rituales de pareja, esas ceremonias muy de pareja. No son rutinas. Las parejas que están mal están llenas de rutinas, aunque sea necesaria porque crea una estructura. Tiene que haber rutina y rituales. Las parejas que logran ese balance (rutina y rituales) hacen cultura de pareja y perduran con el tiempo. Por último, planes a corto, mediano y largo plazo de pareja.

Así es. Hoy en día casarse es como tirar una moneda al aire. Tú te casas sabiendo que tienes el 50% de probabilidades de que esto no sea para siempre.

¡Adelante!

Sirve para sanar el alma y para darle estructura a la mente.

Históricamente siempre se ha tenido que ir a la radicalización para después moderar. La radicalización rompe cosas, y lo que se necesita en estos momentos es romper con el racismo, la homofobia, la inequidad de género.

Sí sirven. Por eso yo los he escrito. Porque mucha gente no tiene acceso a la atención clínica.

Me encanta leer libros de colegas, recomiendo a Mariana Bermúdez, una psicóloga ecuatoriana, con su libro Los terremotos del alma. Habla sobre cómo trabajar el perdón, la muerte de un ser amado, entre otras cosas.

Mi hijo, para bien y para mal. Pero desde que soy madre todo cambia. Cuando mi hijo está atravesando por algún tema o algún desafío, me roba el sueño.

Hace rato quiero tener un canal de Youtube o un podcast, pero tengo este tema de pánico escénico que aunque no pareciera, es así. Tengo que trabajar en ello.

Muy importante: el sueño es la clave para reparar, restaurar. Tanto física como mental .