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Ximena Eleta de Sierra: El arte es la mejor manera de combatir la violencia
- 06/06/2023 00:00

Ximena Eleta de Sierra nos recibe con una cálida sonrisa en Xielo, hogar de la Fundación Gramo Danse. Arregla la tela lila que está en el techo del estudio. En marzo, en ese mismo espacio, Ximena estaba suspendida con arneses sobre una estructura de bambú y acero. Ese fue el escenario principal de 'I~tension', una obra que indaga sobre la búsqueda del equilibrio constante del ser humano: hombre y mujer.
Colgar de un arnés, aro o una tela es lo que más le “fascina” a Ximena, quien es un referente de la danza vertical. La clave del éxito para lograr sus metas ha sido el colectivo que ha tenido, además de la perseverancia y la pasión que tiene por el arte. “Nunca es tarde para retomar un sueño”, dice. Aunque es cofundadora y codirectora del Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá (Prisma), su inicio en la danza de manera formal se dio luego de tener su tercer hijo, a los 34 años de edad.
En Panamá, a la danza se le miraba de una manera peyorativa. Ximena no se dio el permiso de estudiarla cuando era joven, sin embargo, la conexión que tiene con la danza fue más fuerte que los prejuicios que se tenían en aquella época.
Han pasado más de tres décadas de trayectoria profesional. Parte de su portafolio lo integran las puestas en escena: 'Peldaños' (sobre una escalera convertida / suspendida) 'Hilo' (sobre cuerda); 'A domicilio' (danza vertical). Además de representar a Panamá en el Festival Detonos (Bogotá) y Dança a la deriva (São Paulo).

Es la esencia de mi vida. He estado tomando clases desde los cinco años. Mi mamá me dice que antes de empezar a tomar clases de baile, bailaba por los pasillos de la casa. Una vez que empecé a tomar clases, no paraba de bailar durante todo el día.
Un modelo en particular no, te diría que muchos. Las maestras que siempre son modelos para nosotros, compañeras que les veía la disciplina, la perseverancia, el talento.
Sí, sin duda, él hablaba siempre de la búsqueda de la excelencia, que no te puedes conformar con la mediocridad. Es algo que me marcó mucho, y sin duda la pasión, él sentía pasión por todo lo que hacía (...) Mi madre también, es igual de perseverante, disciplinada y apasionada. No tenía por donde salir distinta (ríe).
A los 17 años, cuando tenía que escoger una carrera, no me di permiso siquiera de considerar la danza como una opción de estudio, siendo eso lo que más me apasionaba. Justamente porque no era considerada una profesión respetable. En Panamá en esos tiempos nadie podía ganarse la vida bailando (...) Ni siquiera en la maestría me atreví. No fue sino después de muchos años que me dije: “a mí lo que me fascina es esto: bailar, quiero volver”. A los 34 años regresé a la danza. Si han dejado una pasión, nunca es tarde para recuperarla y hacer lo que realmente les pide al corazón.
Nada tan específico, pero sí, todos los bailarines solemos calentarnos físicamente para tener nuestros cuerpos listos. Además de eso, tenemos que preparar la mente, muchas veces hacemos algunas respiraciones, como en yoga, que nos ayudan a enfocar la energía.
Definitivamente, prefiero estar suspendida en lo que sea: tela, aro, trapecio, arnés, lo que sea, prefiero la danza aérea.
Estoy de acuerdo. Existe algo que las personas pueden tener, se le puede llamar talento (...) Pero sin duda la perseverancia es lo que va a determinar si eres exitoso o no.
La perseverancia y la pasión. Si tienes esas dos cualidades, vas a llegar lejos, en danza o en cualquier cosa que hagas. En mi caso, nunca podría haber llegado a ser ni la bailarina, ni la gestora cultural que soy, si no fuera por el colectivo, por los integrantes de la Fundación Gramo Danse.
Las giras al interior, han sido siete en total, cada vez que nos vamos como compañía al interior del país sentimos una acogida tan fuerte por parte de las personas. Como les llega tan poco arte, ellos lo aprecian tanto.
Pues sí, te diría que igual de mal, digamos, que no es consuelo para nadie. Sin embargo, tanto el hombre como para la mujer tienen las mismas oportunidades, por ejemplo, en una Escuela Nacional de Danza, de poder entrenarse de forma gratuita.
Sin duda es un tema de políticas de Estado, se debe designar un presupuesto a la cultura, dentro de ese presupuesto iría un porcentaje a danza, y eso apoyaría a las compañías existentes, como nosotros o como COCO (...) Todo va a salir del dinero, raramente las artes pueden ser autosostenibles.
En efecto, utilizar la danza como herramienta de cambio (...) En la danza se les enseña pasión, a soñar, a respetar tu cuerpo; alguien que respete su cuerpo no se va a inyectar droga. Eso se traduce en un ser pacífico, en un ser que quiere ser parte integral de la sociedad. El arte es la mejor manera de combatir la violencia.
En estas dos organizaciones tenemos proyectos anuales (...), pero Ximena va más allá de Gramo Danse, y Prisma. Yo soy esposa, soy mamá; mi hijo mayor está casado, la segunda va a estudiar una maestría en Londres, el tercero está trabajando en Nueva York. Así que tengo una familia muy grande. Estamos muy unidos.
Estoy completamente convencida de que hice lo correcto, y mis hijos me lo agradecen (...) Eso también es un mensaje muy importante para las mujeres que se debaten con ese sentimiento de culpabilidad (...) Es el mejor ejemplo que puedes darles a tus hijos: se pueden hacer las dos cosas, que es difícil, sí, que vas a estar agotada... muchas veces, nadie ha dicho lo contrario, pero de que lo puedes hacer, sí, y a la vez ser buena hija, hermana. Todo se puede, es cuestión de organizar tu tiempo, tener las prioridades claras, y defender lo tuyo.
(Sonríe) Hay varios; definitivamente la danza típica, el folclore me fascina (...) También hay un baile que se llama GAGA, es una técnica de movimiento israelita, es casi como una meditación con el cuerpo (...) Es fascinante.