La vestimenta ante la percepción de los hombres afrodescendientes

Actualizado
  • 22/12/2020 00:00
Creado
  • 22/12/2020 00:00
Según un nuevo estudio publicado por el Journal of Social Psychology, la vestimenta de los hombres afrodescendientes podría influir en las percepciones sociales
Desde la influencia de reinas congo, hasta colores vivos y texturas diversas, la moda afropanameña se posiciona como una herramienta de culturización.

Bajo el cuestionamiento de si tener éxito puede “desviar” la mentalidad racista que se dirige hacia los hombres afrodescendientes, el director del programa de Psicología General y del Centro de Enseñanza y Aprendizaje de la Oregon State University, Regan A. R. Gurung, junto a los investigadores de ciencia y psicología Rosalyn Stoa, Nicholas Livingston y Hannah Mather, se dedicaron a analizar cómo la vestimenta puede afectar la forma en que se reafirma o se desvía el racismo en la población estadounidense.

Los prejuicios raciales se han expandido a través de la sociedad y actualmente, han permeado diversos aspectos de la vida cotidiana, desde oportunidades laborales, de estudios o de defensa de derechos humanos. Pero la lucha contra este mal social ha llegado a afectar industrias como la de la moda, a la vez que ha moldeado la forma en la que las personas se refieren a hombres afrodescendientes que muestran un tipo de “imagen” relacionada con la criminalidad, violencia o vandalismo.

En el estudio de Gurung '¿Puede el éxito desviar el racismo? Vestimenta y percepciones de los hombres afroamericanos' ('Can success deflect racism? Clothing and perspective of the African American men', en su título original), la investigación se centró en determinar cómo las personas perciben a los hombres afroamericanos dependiendo del estilo de ropa que utilicen.

Para la muestra se estudiaron los resultados de más de 145 jóvenes estudiantes universitarias –la mayoría mujeres (77%) y blancas (81%)– para determinar en qué posición de la 'escala de racismo simbólico' se encontraban al finalizar las pruebas.

Para las pruebas, el equipo de investigación fotografió a cinco modelos afroamericanos vestidos en diversos estilos –vestimenta formal, deportiva y casual–, luego se le pidió a los encuestados clasificar las fotografías mediante diversos indicadores positivos y negativos a su percepción.

Tras conocerse los resultados, se identificó que los estudiantes que obtuvieron puntajes más altos en la 'escala de racismo simbólico' “tendieron a juzgar a los modelos con más severidad, clasificándolos más alto en rasgos negativos como peligroso y perezoso, y más bajo en rasgos positivos como inteligente y trabajador”, según el documento.

Como esperaba Gurung, “los varones vestidos formalmente recibieron mayor puntaje como personas de confianza, cálidas y más inteligentes que iaquellos vestidos en ropa deportiva de fútbol”, así mismo fueron considerados “más inteligentes, trabajadores y menos perezosos” que aquellos vestidos con ropa casual.

Sin embargo, lo que sorprendió a los investigadores fueron los resultados con respecto a la percepción de los hombres en vestimenta casual frente a los de vestimenta deportiva, siendo clasificados como “más inteligentes y menos violentos”, lo que los expertos señalaron como “un estereotipo relacionado con los deportistas” y que la comparación “pudo haber posicionado la vestimenta casual como un ícono de moda más que un indicador de conducta”.

“Aunque es tentativo decirles a las personas que la forma en la que se visten desencadena prejuicios negativos, esto evitaría profundizar en la raíz del problema”, indicó Gurung en el estudio, “de hecho, ordenar a las personas que cambien su ropa coloca la carga de mitigar los estereotipos y los prejuicios asociados en el usuario. En cambio, debemos considerar cómo podemos cambiar las percepciones de aquellos que sostienen y usan tales estereotipos de manera dañina. Necesitamos examinar cómo se forman esos estereotipos”.

Pese a que el estudio contiene un único grupo demográfico, el equipo investigador instó a que se hacen necesarios “mayores estudios al respecto”, incluyendo el origen de los prejuicios y las afectaciones en el grupo demográfico de hombres afroamericanos en diversas culturas, “algo de lo que hay poca información”, según indica el abstracto de la investigación.

Vestimenta y expresión

Muchas veces se ha descrito la ropa como una forma de expresión personal que puede, o no, estar influenciada por el último grito de la moda o lo que se adapta mejor al momento que atraviesa la persona que la utiliza, sin embargo, la ropa –y la moda– ha sido desde épocas antiguas una herramienta de distinción y, en muchos casos, de juicio hacia otros.

Desde siglos anteriores –e incluso en la actualidad–, la ropa emite un nivel de poder, estatus, educación o personalidad que puede caer dentro de diversos estereotipos ya establecidos, sin que esa sea la intención de quien la viste.

Mirada de un diseñador

Para el diseñador panameño Jean Decort, las piezas de vestir han sido influenciadas por los estilos estadounidenses, sin embargo, en años recientes las “prendas que representan la cultura afro han empezado a ganar reconocimiento nacional e internacional”, entre ellas destacó el 'dashiki', una prenda tradicional africana que ha representado la herencia cultural de los afropanameños.

Así mismo, Decort anotó que el interés de los hombres afrodescendientes por usar prendas de representación cultural ha “normalizado” estos estilos no como algo “únicamente ocasional”, sino como “un estilo personal e histórico que no trae consigo una reacción negativa, sino que destaca por ser algo diferente y formar parte de nuestra cultura y de lo que somos”.

Pese a que Decort considera que “los estereotipos aún prevalecen ante los hombres afrodescendientes en Panamá” dada la “influencia mediática a través de programas de televisión y demás plataformas”, la población no debe volver a la mentalidad de prejuicios contra los hombres negros “por la forma en que nos vestimos”.

“Muchas veces los hombres nos vestimos de forma casual con pantalones anchos, suéteres grandes y zapatillas, y eso no quiere decir que seamos personas de mal vivir, sin embargo, cuando hay otras personas utilizando el mismo estilo se considera algo de “buen gusto” o “chic”, por lo que existe un doble estándar en la sociedad que debe ser eliminado”, comentó.

“La ropa es una forma de expresión personal que, a través de la moda, funciona para hacer que haya una individualidad, pero los estereotipos destruyen esta misión causando mayor fricción en la sociedad”, apuntó el diseñador.

“Antes, la moda afro en Panamá era atacada, invisibilizada y se tomaba como si fuera un disfraz del montón cuando esa no es su esencia ni lo que representa”, indicó, “sin embargo, dada la evolución de la moda y el aumento de los diseñadores nacionales, hemos logrado que haya un cambio de mentalidad. Hemos confeccionado piezas que representan la cultura y pueden ser usadas de forma casual o formal, que tienen un significado y brindan un sentido de pertenencia a la comunidad masculina afrodescendiente”.

Para el diseñador de modas, hay un miedo “vivo” a que el hombre sea señalado, burlado o insultado por vestir prendas que “no están dentro del marco “normal” de la influencia americana que hemos recibido”, y esto crea una separación de las nuevas generaciones con sus raíces culturales, algo que “debemos mitigar enseñándoles que esta indumentaria es parte de nuestra identidad nacional”.

A su vez, enfatizó que a través de los años la comunidad de diseñadores nacionales ha “visto el interés de las nuevas generaciones en lucir piezas de vestir que posean indicadores culturales”, además “gracias a nuestros antepasados se ha podido mantener la historia de nuestra indumentaria, dándonos creatividad para unir el pasado con el estilo moderno del presente sin afectar su significado”.

Dentro de las colecciones de Decort, los estilos juvenil y representativo han despertado en los jóvenes “tener amor de su cultura, aprender, lucir y tener algo que los una a sus raíces y fortalezcan sus conocimientos”, lo que, sin darse cuenta, considera que “los convierte en agentes multiplicadores de información para otros jóvenes, que a su vez ayuda a la creación de la moda cultural y pasar de mano en mano la historia que une con la ropa que vestimos”.

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