El tapir, un jardinero excepcional que se extingue

Actualizado
  • 03/01/2012 01:00
Creado
  • 03/01/2012 01:00
PANAMÁ. El tapir es clave para lograr bosques mucho más diversos, sin embargo, en Panamá enfrenta el riesgo de desaparecer. El mamífero ...

PANAMÁ. El tapir es clave para lograr bosques mucho más diversos, sin embargo, en Panamá enfrenta el riesgo de desaparecer. El mamífero es un dispersador de semillas. Se encarga de asegurar la supervivencia del 33 por ciento de las plantas de la selva. ¿Cómo lo hace? Lo hace de forma involuntaria mientras busca el 60 por ciento de sus alimentos: los frutos del bosque. Siembra las semillas al defecarlas en sus heces.

El enorme mamífero, que puede llegar a pesar entre 250 y 300 kilos y medir hasta un metro de altura, es selectivo al momento de escoger sus alimentos. Y este detalle lo convierte en jardinero exquisito ya que sólo dispersa las semillas que le gusta, aquellas que pueden satisfacer su apetito. El comportamiento tiene una importante función ecológica: mantener la diversidad y la estructura de una área boscosa. ‘Los bosques serían extremadamente diferentes, más pobres y menos diversos si no existiera el tapir’, explicó a BBC Mundo, Patricia Medici, de la Universidad de Kent.

UN SOBREVIVIENTE

El tapir que es un familiar l ejano del caballo y del rinoceronte complementa su alimentación con hojas de árboles, raíces y plantas acuáticas de los pantanos donde se esconde de sus depredadores. Pero este fósil viviente, llamado así por no haber cambiado mucho genéticamente en los últimos 20 millones de años, tiene posibilidades de desaparecer producto de la cacería ilegal, la deforestación de su hábitat y su largo ciclo reproductivo. El tapir demora dos años para reproducir una sola cría.

POBLACIÓN

Hasta el año 2006 había en Panamá 27 espécimenes en cautiverio. En densas zonas boscosas de Darién, Bocas del Toro, Chiriquí y Colón sobrevivían cerca de dos mil ejemplares.

DEPREDADORES

El mamífero, de color gris, ojos marrones con puntas blancas y hocico alargado, pertenece a la familia de los Tapiridae, que está representada por cuatro especies: una que habita en el sureste de Asia y tres en América Central.

Son animales poco apreciados por las personas por su aspecto físico. Su conservación es importante no sólo porque cumplen en papel de dispersadores de semillas sino también porque son presas del jaguar. Si desaparece la presa de los felinos las posibilidades para preservarlo también será mucho más difícil.

Además, del jaguar, el hombre es otro de los enemigos naturales del tapir. A través de la cacería y de la destrucción del hábitat natural de este mamífero, cuyos ancestros datan de más de 55 millones de años en Norte América, Europa y Asia, lo está llevando a la extinción.

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